Un día sin comercio informal en las calles de 5 de Mayo y Dr. Emilio García

Este martes 15 será recordado porque las céntricas calles de Dr. Emilio García y 5 de Mayo, en pleno centro de la ciudad, lucieron totalmente despejadas de comerciantes, un milagro logrado por el presidente municipal, Carlos Herrera Tello, que con motivo de rendir su Segundo Informe de Gobierno, le hicieron caso y levantaron sus puestos, claro, que no fue gratis, ellos no tenían motivo para perder las ventas y sus utilidades de ese día.
Amparado el alcalde, con la entrega de 28 puestos nuevecitos y bien presentados, que tampoco serán gratis, para quienes venden antojitos por la noche en 5 de Mayo, quizá eso dió confianza a los otros vendedores y creyeron en la buena voluntad del munícipe.
Por la tarde, en Dr. Emilio García los puestos fueron colocados nuevamente. En 5 de Mayo, los que venden antojitos, estrenaron sus puestos metálicos desde la tarde, distribuyendo, no vendiendo, sus productos a la gente que acudió a escuchar y ver, el Segundo Informe, la calle, Ocampo, frente al palacio municipal, lucía iluminada con los 28 puestos, a los dueños se les veía contentos. En su lugar habitual había autos estacionados.
Este miércoles, todo volvió a la normalidad, 5 de Mayo y Dr. Emilio García, presentaban el mismo aspecto de hace muchos años, llenas de puestos. Por la tarde-noche, los vendedores de tacos, pozole, enchiladas, corundas, quesadillas, flautas, tostadas, atole, tamales, gelatinas, buñuelos, pambazos, puff, espero no se me haya olvidado algo, reestrenaron los puestos y la calle lució muy diferente a dias, semanas meses y años anteriores.
Se supone que habrá más higiene, lo que redundará en salud para los tragones, pero que los vendedores se bañen, se laven las manos. se vistan más limpios, que el que prepara los tacos y en general todos los antojitos, no cobre poque agarra billetes y monedas con miles de microbios, algunos usan en las manos,una bolsita de polietileno, pero no es garantía de higiene.
¿Oiga, Salubridad todavía tiene que ver con la venta de comida?, porque nunca sabemos que haga revisiones y vigile que haya limpieza. Como hace falta Emilio Canchola, cuando estaba a cargo de la vigilancia sanitaria, él si sabía lo que hacía y desquitaba su sueldo, no se la pasaba atrás del escritorio, hacía recorridos por fondas, restaurantes, cantinas, puestos y vendedores ambulantes, hasta le temían los que vendían productos insalubres.
Aprovechando que las dos centricas calles estuvieron sin puestos todo el día martes, los ganones fueron muchos automovilistas que las aprovecharon como estacionamiento, nadie sabe para quien trabaja. Si algún dia estas calles fueran despejadas de vendedores, debería evitarse el estacionamiento, o de nada serviría y solo de cambiaría de obstáculos.
La mal llamada «calle del hambre» porque aquí eso es lo menos que hay, luce atractiva y llamativa, pero insisto, que los vendedores luzcan limpios, aseados.