¡Seduce mi mente! Autor: Víctor Hugo Hernández Cedillo.

Cuando tenía 14 años, estuve enamorado de una mujer dos años mayor que yo. Fue la novia a la que aún le debo la mejor y la peor cosa en eso del amor: con ella supe lo que era amar para ser feliz y a su vez, supe lo que era sufrir por amar… Durante cuatro años de relación, en los dos últimos, ella me decía:
«Seduce mi mente» yo, a esa edad y en esos tiempos, pensaba que para seducir su mente tenía que masajear su cabeza con mis diez dedos. —No comprendía bien lo que intentaba decirme—, ¡Yo y mi inocencia!
Un día se cansó de decirme tantas indirectas y por fin fue directa… me dijo:
«Si quieres que tengamos relaciones sexuales, debes saber todo sobre ese tema y sobre literatura».
Mi limitado conocimiento sobre sexo y mi nula experiencia en el acto, hicieron darme cuenta que debía leer varios libros sobre Literatura y más sobre sexo. Todas las tardes por durante casi dos años acudí a las librerías o a las tiendas departamentales donde exponían en sus aparadores libros sobre el tema y algunas otras novelas. Conocí el Kamasutra. No sé cuántas horas pasé metido ahí, no sé cuántas libros leí. Lo único que sabía es que ese acto de amor tan puro e inocente, me llevó a mi primer decepción amorosa y posteriormente, a seguir con el gusto por la lectura…

Cuando por fin me sentí listo y un poco más letrado… Ella me dejó, o mejor dicho, me cambió por un hombre dos años mayor que ella. Según, porque le atraía su inteligencia. Con todo esto… lo único que descubrí, es que ella nunca me quiso, mucho menos me amó, pero más que eso…, supe que su interés hacía los hombres, era sólo por sus conocimientos.

Según los sexólogos, algunas mujeres bien se podrían definir como sapiosexuales. “Los hombres y las mujeres tenemos cerebros distintos y, mientras el sexo masculino se estimula más con la vista, el femenino necesita de otros estímulos”, dicen.
Sapiosexual es toda persona que, más allá del físico de las personas, se sienten atraída sexualmente y eróticamente por la inteligencia de otra.

Es complicado para algunas mujeres determinar qué es aquello que buscan en un hombre; hay quienes no se fijan particularmente en nada, sino simplemente sienten y desean ser amadas, es decir, pueden experimentar atracción por una forma de ser, por un discurso, por su forma de escribir, por un debate o una plática, entre otras cosas.

En los sapiosexuales el factor esencial, es la inteligencia, y no sólo se trata de aparentar ser inteligente, como muchos creerían, o vestir como nerd. Es en verdad tener algo interesante en el cerebro y poder compartirlo.

Pocos hombres están siguiendo esta tendencia, llegando inclusive a afirmar que ellos disfrutan del romance intelectual, lo cual explicado en otras palabras: es recibir y dar frases de amor pero inyectadas de inteligencia…, algo así como: “Tú eres mi Atenea porque tras tu sabiduría me siento resguardado de las más infames injusticias de este caótico mundo” o «Tú eres la Literatura que inspira mi mundo lleno de Letras Rojiblancas»; es similar a jugar con las palabras pero insertándoles conocimiento y sentimiento. Cuantas más palabras inusuales se utilicen, mayor fortaleza y profundidad tendrá el mensaje. De hecho, muchos sapiosexuales afirman que sus relaciones sexuales mejoran considerablemente cuando en el acto se traen a coalición frases de este tipo o cosas con imaginación, fuera de la rutina.

Ahora, ¿por qué está de moda esta tendencia? Tal vez son demasiados los factores influyentes; sin embargo, uno de los que más fuerza puede tener, es que hoy en día el sexo es muy fácil de encontrar, casi que en cualquier parte, lo cual motiva a las mujeres a buscar algo diferente. Muchas se sienten atraídas por eso: alguien que destaque del montón; y dado a la lastimosa realidad actual que vivimos en la que “nadie quiere pensar”, los inteligentes se han vuelto populares y demandados…

Algunos personajes de la televisión preferidos por los sapiosexuales podrían ser: Hermione Granger, de la saga Harry Potter; Leonard Hofstadter, de la serie The Big Bang Theory; o Spencer Reid, de Criminal Minds. Nada que ver con el típico modelo: Homero Simpson. Y para que el objetivo sea hallar a alguien de este tipo en la que uno podría aprender muchas cosas nuevas, no limitando la relación solo a las caricias, al acto sexual o a los gustos afines, debes seducir y que te seduzcan la mente…

Evita que alguien te abandone cuando esa persona te diga: «seduce mi mente» y tú sólo le hagas ‘piojito’…

¡De nada!

Conclusión: ¡a poner a la inteligencia de moda y a mejorar no la raza, pero sí el intelecto humano…!

Twitter: @Vichhc