Se descubre que el NY Times difunde información errónea sobre el Dr. Mercola

Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola. Datos comprobados

9 de Agosto, 2021

¿Dónde está la prueba de que soy el ‘principal difusor de información errónea’?

HISTORIA EN BREVE

De acuerdo con el periódico The New York Times, soy el principal difusor de información errónea sobre el coronavirus, pero mi nombre ni siquiera aparece entre los 15 principales en una búsqueda de Crowdtangle para publicaciones de Facebook
La reportera Sheera Frenkel, afirmó que la Administración de Alimentos y Medicamentos me impuso multas multimillonarias. Esto es una verdadera mentira, ya que la FDA nunca me ha multado
Frenkel también dio a entender que me di a conocer como el autor de un artículo sobre la vitamina D para el COVID-19 y dice que «no pudo verificar» mi afirmación, a pesar de tener un enlace directo al mismo. Mi artículo también se puede encontrar en PubMed.gov con solo buscar mi nombre
El 24 de julio de 2021, el periódico The New York Times arremetió fuertemente contra los pensadores críticos, al publicar un artículo que dice que soy «El difusor de información errónea sobre el coronavirus más influyente». Este reportaje, que también se publicó en otros medios de comunicación alrededor del mundo, afirma lo siguiente:

“Los investigadores y reguladores dicen que Joseph Mercola, un médico osteópata, crea y se beneficia de afirmaciones engañosas sobre las vacunas antiCovid-19 …

‘Mercola es el pionero del movimiento contra las vacunas’, dijo Kolina Koltai, investigadora de la Universidad de Washington que estudia las teorías de conspiración en línea. ‘Es un maestro en capitalizar períodos de incertidumbre, como la pandemia, para hacer crecer su movimiento’.

El presidente Biden culpa a la información errónea publicada en Internet de hacer que las personas se nieguen a recibir las vacunas. Pero incluso cuando el Sr. Biden ha exhortado a las empresas de redes sociales a ‘hacer algo con la desinformación’, el Dr. Mercola demuestra lo complicado que es.

Y en lugar de afirmar de forma directa que las vacunas no funcionan, las publicaciones del Dr. Mercola a menudo cuestionan su seguridad y discuten estudios que otros médicos han desmentido. Facebook y Twitter han permitido que algunas de sus publicaciones permanezcan con marcas de precaución, mientras que las empresas han hecho esfuerzos por crear reglas para eliminar las publicaciones de esa índole.

‘El Dr. Mercola ha parecido más accesible porque adopta posiciones menos radicales que sus compañeros’, dijo Koltai. ‘Se aleja de la idea de que un activista antivacunas es una persona marginal’, dijo».

¿Quién le tiene miedo a las preguntas directas?

Quizás la parte más reveladora de esta pieza es el penúltimo párrafo: «Y en lugar de afirmar de forma directa que las vacunas no funcionan, las publicaciones del Dr. Mercola a menudo cuestionan su seguridad y discuten estudios …” Es un comentario muy triste que demuestra que la censura progresiva prohíbe todo lo que contradiga a los CDC y la OMS.

En respuesta a la acusación de que soy el principal difusor de información errónea sobre las vacunas, le dije a la autora, Sheera Frenkel, que me cuesta entender cómo podría socavar la campaña multimillonaria de vacunas cuando muchas de mis publicaciones en Facebook solo reciben unos cientos de me gusta o las comparten unos pocos. Y aunque tenemos 1.7 millones de seguidores, FB ha limitado nuestro alcance a menos del 1 % de ellos, por lo que el 99 % nunca las ve.

Cualquier periodista puede verificar mis cuentas de redes sociales y ver las interacciones, así como la precisión de todas las publicaciones que de alguna manera me categorizan como un «súper difusor de información errónea».

También le dije que, como autor principal de una publicación revisada por pares sobre la vitamina D y el riesgo de COVID-19, tengo todo el derecho de informar al público sobre mi investigación médica. Como profesional médico con licencia, también tengo derecho a informar sobre otros estudios que los principales medios de comunicación ignoran, tergiversan o censuran por completo.

Frenkel afirmó que ella era «incapaz de verificar» que yo había publicado dicho artículo, a pesar de que le proporcioné el enlace directo del mismo. Verificar mi afirmación también se puede hacer en PubMed.gov y solo basta con buscar la palabra «Mercola». Mi estudio revisado por pares aparece como el primer resultado disponible. Está publicado en la revista Nutrients, pero no es necesario que lo sepa para encontrarlo.

Primero difaman y después corrigen

El NYT utiliza la estrategia de primero publicar narrativas de descrédito basadas en mentiras, para luego emitir correcciones que están ocultas y que prácticamente nadie las ve. Por ejemplo: hace poco corrigieron un artículo de Jeremy W. Peters en el que difamaba y realizaba declaraciones falsas sobre la periodista de investigación Sharyl Attkisson, pero la corrección se produjo solo después de que la víctima contrató a un bufete de abogados para buscar una compensación legal.

Frenkel afirmó que la Administración de Alimentos y Medicamentos me impuso multas multimillonarias. Esto es una verdadera mentira, ya que la FDA nunca me ha multado. Frenkel también dio a entender que me di a conocer como el autor de un artículo sobre la vitamina D para el COVID-19 y dice que «no pudo verificar» mi afirmación, a pesar de tener un enlace directo al mismo.
De acuerdo con Attkisson, Jeremy W. Peters “alteró una cita e incluyó información e implicaciones falsas y fabricadas. También violó la política del New York Times al no ponerse en contacto conmigo para hacer comentarios antes de la publicación».

El 26 de julio de 2021, le envié a Frenkel del NYT un aviso legal donde le exigía que se retractara de su artículo debido a las falsedades que contiene. Por ejemplo, Frenkel afirmó que la Administración de Alimentos y Medicamentos me impuso multas multimillonarias. Esto es una verdadera mentira, ya que la FDA nunca me ha multado.

Como se acaba de comentar, Frenkel también dio a entender que me di a conocer como el autor de un artículo sobre la vitamina D para el COVID-19 y dice que «no pudo verificar» mi afirmación, a pesar de tener un enlace directo al mismo.

¿Dónde está la prueba de que soy el ‘principal difusor de información errónea’?

Frenkel afirma que soy el principal difusor de información errónea en línea, pero no especifica qué es la «información errónea». Sin especificar qué es lo que busca, ¿ cómo puede cuantificarlo?

Tampoco proporciona ninguna prueba de que yo, en comparación con todas las demás personas, tenga el mayor alcance para informar sobre las vacunas antiCOVID. A continuación, se muestra una búsqueda en la plataforma Crowdtangle de publicaciones de Facebook en los Estados Unidos y que mencionan las palabras «vacuna», «vacunas» o «vacunado» desde mediados de junio hasta mediados de julio de 2021.

Yo ni siquiera aparezco en esa lista, entonces, ¿cómo es que me apodan el principal difusor de información errónea sobre las vacunas? El segundo en la lista es uno de los principales medios de comunicación: ABC World News Tonight. El presentador de Fox News, Tucker Carlson, cuya audiencia en línea es mucho mayor que la mía, también está en la lista y ocupa el puesto 13.

La mayoría de las otras personas que nombró nuestro presidente tienen poco o ningún alcance; me atrevería a decir que nunca he oído hablar de la mayoría. Sin embargo, ¿solo 12 personas difunden dos tercios de toda la “información errónea sobre las vacunas” sin penalización por parte de los controladores de medios altamente sensibles en Twitter y Facebook?

El Centro para Contrarrestar el Odio Digital (CCDH, por sus siglas en inglés), un «grupo extranjero con dineros oscuros», para citar al senador de Missouri Josh Hawley, surgió de la nada para crear listas de personas que se deben destituir y censurar. Pero ¿por qué ningún periodista pregunta sobre la financiación del centro y del socio que cita en este grupo, AntiVaxWatch.org?

Publicaciones de Facebook sobre vacunas antiCOVID con mayor alcance en un periodo de 30 días

De acuerdo con el senador Hawley, antes de que el CCDH comenzara a atacar a las personas por hablar sobre los peligros de las vacunas antiCOVID, el ente unipersonal intentó que se prohibieran y desplazaran varios sitios web y organizaciones de noticias.

“¿Quién financia a este grupo de dineros oscuros en el extranjero? ¿Las grandes empresas de tecnología? ¿Activistas multimillonarios? ¿Gobiernos extranjeros? No tenemos idea», dijo Hawley en un tweet del 20 de julio de 2021, y agregó que «las personas en Estados Unidos merecen saber qué intereses extranjeros intentan influir en la democracia de su país».

Creo que las «doce personas que crean desinformación» es solo el comienzo. Es mucho más fácil apuntar y derribar a personas con poco poder. Pero, en algún momento, puede estar seguro de que los disidentes de las vacunas estarán en la mira. En ese momento, descubriremos hasta dónde están dispuestos los gobiernos a llegar con esta represión totalitaria contra la información.

Un golpe político

No tengo ninguna duda de que el CCDH se creó con el propósito de realizar trabajos políticos. Su presidente, Simon Clark, es miembro sénior del Center for American Progress, que se financia con dinero oscuro de un multimillonario suizo liberal llamado Hansjörg Wyss. Wyss también es miembro de la junta del Center for American Progress. De acuerdo con lo informado por Capital Research:

“[Wyss] se negó a decirle al New York Times si tiene la nacionalidad de Estados Unidos y, en 2014, declaró que no tiene ninguna ciudadanía que le otorgue la residencia permanente.

En 2016 se metió en problemas cuando se reveló que Wyss contribuyó con 41 000 dólares a los comités de acción política demócrata (PAC), lo cual viola la estricta prohibición del gobierno federal a los ciudadanos extranjeros que donan a campañas políticas de Estados Unidos.

Este ciudadano extranjero también donó al menos 1 millón de dólares a través de su fundación a States Newsroom desde 2018, este es un conjunto de sitios en internet que realizan ataques partidistas y que se hacen pasar por medios de noticias imparciales, generados por los consultores Arabella Advisors, en Washington, D.C.».

El portal InfluenceWatch describe las relaciones entre Wyss y Arabella de la siguiente manera:

“Arabella y su red sin fines de lucro ha sido criticada por ser patrocinadores de ‘dinero oscuro’, tanto por canalizar cientos de millones de dólares a organizaciones de izquierda, como por albergar cientos de ‘grupos emergentes’, sitios web diseñados para parecerse a organizaciones sin fines de lucro independientes que en realidad son proyectos de una organización sin fines de lucro dirigida por Arabella».

La conversación sobre los grupos emergentes me hace pensar en AntivaxWatch.org, que no tiene rostro público ni información de fundación o de financiación. Es solo una organización creada de forma anónima que afirma ser «una alianza de personas preocupadas que buscan educar al público en Estados Unidos sobre los peligros de la industria antivacunas», y que se vincula a artículos e informes de empresas como el CCDH y de otros vendedores extremistas de vacunas.

AntivaxWatch podria ser una creación de Arabella. El CCDH posiblemente también otorga fondos a Arabella. No lo sé, pero ambos encajan en el patrón del tipo de estilo que crea y apoya el “dinero oscuro” de Arabella. ¡Ojalá con el tiempo podremos saber cuál es la verdad!