PÁGINA DE LA SALUD: Carne con medicamentos prohibidos

Historia en Breve

  • El 83 % de las carnes de supermercado (pavo, cerdo, carne molida y pollo) está contaminada con bacterias fecales, incluyendo bacterias resistentes a los medicamentos; el pollo contaminado es responsable de la mayoría de las enfermedades transmitidas por los alimentos.
  • Las pruebas revelan que la carne también podría contener medicamentos que están prohibidos para su uso en animales para consumo humano. Se han encontrado medicamentos como ketamina, fenibutazona y cloranfenicol en el suministro de carne de los Estados Unidos
  • Algunas de las posibles rutas de entrada incluyen el uso indebido, uso de medicamentos falsificados o alimento contaminado, así como su uso indebido e intencional con fines de lucro
  • Se encontraron varias muestras que contenían medicamentos prohibidos en niveles superiores al límite establecido por el Servicio de Seguridad e Inspección Alimentaria del Departamento de Agricultura. Sin embargo, no se ha tomado ninguna medida al respecto
  • Los inspectores de alimentos inspeccionan visualmente 140 cadáveres por minuto—entre dos y tres pollos por segundo—en busca de material fecal; las pruebas en busca de medicamentos y bacterias solo se realizan durante verificaciones esporádicas

Por el Dr. Mercola

Los pollos de granjas industriales han sido identificados como el alimento responsable de la mayoría de las enfermedades transmitidas por los alimentos, esto gracias a la presencia de bacterias patogénicas, muchas de las cuales son resistentes a los antibióticos.

Ahora, las pruebas revelan que el pollo y otros tipos de carne también podrían contener medicamentos que están prohibidos para su uso en animales para consumo humano.

De acuerdo con la organización Consumer Reports,1 se han encontrado medicamentos como ketamina, fenibutazona y cloranfenicol en el suministro de carne de los Estados Unidos.

«Los datos ─así como la revisión de Consumer Reports de otros documentos gubernamentales y entrevistas con granjeros, expertos de la industria, funcionarios del gobierno y profesionales médicos─ plantean una gran preocupación sobre las medidas de seguridad establecidas para proteger el suministro de carne estadounidense«.

Esto según el artículo y agrega que:2

«Estas preocupaciones comienzan desde la forma en la que se crían las aves de corral, ganado y cerdos de este país e incluyen preguntas sobre qué pruebas realiza el gobierno federal en la carne de estos animales y cómo investiga y castiga las posibles violaciones«.

La carne de todo el país contiene medicamentos prohibidos

El Servicio de Seguridad e Inspección Alimentaria (FSIS por sus siglas en inglés) del Departamento de Agricultura es la agencia responsable de garantizar la seguridad del suministro de carne de los Estados Unidos.

Los datos de las pruebas de FSIS salieron a la luz en cuando se supo de una demanda contra Sanderson Farms, presentada por la Asociación de Consumidores Orgánicos (OCA por sus siglas en inglés), la organización Friends of the Earth y el Centro para la Seguridad Alimentaria.

Los demandantes afirman que Sanderson Farms promociona su pollo como 100 % natural, algo que es falso, ya que la compañía alimenta a sus animales con antibióticos.3

La productora avícola Sanderson Farms también enfrenta una demanda colectiva por parte de sus inversionistas,4 que acusan a la compañía de hacer «declaraciones materialmente falsas y engañosas sobre las políticas comerciales, operativas y de cumplimiento de la compañía».

De acuerdo con la demanda, Sanderson ha realizado fijación de precios, lo que constituye una violación a las leyes antimonopolio y por lo tanto, los ingresos durante estos tres años en cuestión fueron el resultado de una conducta ilegal).

Gracias a la Ley de Libertad de Información (FOIA por sus siglas en inglés), OCA, Friends of the Earth y Centro para la Seguridad Alimentaria, obtuvieron los datos de las pruebas de FSIS que demuestran la presencia de varios medicamentos que están estrictamente prohibidos para su uso en la producción de carnes de res, aves de corral y cerdo.

Otras muestras de carne revelaron la presencia de medicamentos que, aunque no están prohibidos, deberían eliminarse del sistema del animal antes de sacrificarlo para utilizar su carne para el consumo humano. Consumer Reports revisó los datos y señala que:

«Las muestras provenían de productores grandes y pequeños e incluyeron carne destinada para supermercados, restaurantes, hospitales, escuelas y otros establecimientos. Sin embargo, a pesar de la existencia de estos datos, los funcionarios de FSIS no han tomado ninguna medida.

Cuando se les preguntó por qué no han hecho nada al respecto, Esteban de FSIS dijo que las muestras no cumplían con muchos de los criterios utilizados por la agencia para considerarlas como muestras que requieren de pruebas de seguimiento.

Dijo que algunos de los resultados provenían de pruebas que jamás han sido validadas para ciertos animales o medicamentos.

Y, también dijo que, en muchos casos los resultados estuvieron por debajo de un nivel que la agencia considera preocupante. Luego, la agencia publicó un segundo conjunto de datos que, según ellos, reflejan los resultados de las pruebas después de aplicar estos criterios y que invalidan los resultados iniciales.

En una respuesta por escrito, el vocero de la agencia declaró que: «Reportar los datos preliminares no confirmados será un error, ya que estos datos no representan ningún riesgo para la salud pública de los consumidores». Sin embargo, los científicos de seguridad alimentaria de Consumer Reports no están de acuerdo con esta declaración.

¿Por qué FSIS está ignorando los resultados de sus propias pruebas?

Uno de los científicos de Cosnsumer Reports es James E. Rogers, Ph. D. Rogers trabajó como microbiólogo en FSIS durante 13 años, antes de unirse a Consumer Reports como director de investigación y pruebas de seguridad alimentaria. De acuerdo con Rogers:

«Estos resultados son lo suficientemente creíbles como para esperar que el gobierno se tome en serio todas estas señales de advertencia. Uno creería que estos resultados llevarían a la agencia a investigar por qué la presencia de estos medicamentos, qué riesgos representan y qué se puede hacer para proteger a los consumidores».

Y a diferencia de otras agencias gubernamentales, el límite para los medicamentos y otras sustancias químicas (como pesticidas) de FSIS es superior, lo que nos hace cuestionar aún más la seguridad.

En el caso del cloranfenicol, que es un antibiótico muy potente y peligroso,5 el límite de FSIS es 10 veces mayor que el establecido por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos.6 Como lo señala Consumer Reports:

«A algunos expertos… les preocupa que al basarse en ese límite superior, FSIS podría estar pasando por alto posibles amenazas para la salud.

Algunas investigaciones, incluyendo una revisión de 2015 publicada en Journal of Veterinary Science & Toxicology, sugieren que la exposición a largo plazo a bajos niveles de residuos de medicamentos contenidos en la carne puede aumentar el riesgo de cáncer, daño fetal, resistencia a los antibióticos y mucho más«.

Además, se encontró que varias muestras contenían medicamentos prohibidos a niveles superiores al límite establecido por FSIS. Sin embargo, no se ha tomado ninguna medida al respecto. También es muy desconcertante que FSIS tampoco investigue cómo llegaron los medicamentos a la carne en primer lugar.

Cuatro medicamentos que son particularmente preocupantes

Los cuatro medicamentos identificados por ser particularmente preocupantes y cuyos niveles se encontraron en algunas de las 6 000 muestras de carne, fueron:

  • Cloranfenicol7— Este antibiótico está relacionado con varios efectos tóxicos en humanos, incluyendo anemia aplásica (incapacidad para producir células sanguíneas nuevas, en pocas palabras, es una forma fatal de anemia) y este efecto no depende de la dosis.

Debido a sus graves riesgos para la salud humana, el uso de cloranfenicol solo se permite en perros y gatos, a pesar de esto se encontró en las muestras de carne de res, pollo, cerdo y pavo. Los niveles más altos se encontraron en la carne de res.

En total, 81 de las 2 865 muestras de carne de res contenían este peligroso medicamento y 12 de ellas contenían niveles superiores al límite establecido por FSIS (que repito, es 10 veces mayor al límite establecido por la FDA para alimentos importados). Después de la carne de res, la carne de cerdo, seguida por la de pollo, contenían los niveles más altos.

  • Fenilbutazona— este analgésico antinflamatorio también es conocido por causar anemia aplásica en humanos, junto con otros trastornos sanguíneos y cáncer. Veinticuatro de 1 448 muestras de carne de cerdo contenían este medicamento, uno superó el límite establecido por FSIS.
  • Ketamina— la ketamina es un anestésico alucinógeno, utilizado en experimentos como antidepresivo. De las 4 313 muestras de carne de res y cerdo combinadas, 225 contenían ketamina por encima del umbral sugerido por Consumer Reports, mientras que 15 superaron el límite establecido por FSIS.
  • Nitrimidazol— un medicamento antifúngico con posible actividad carcinógena, de las 5 756 muestras de carne de res, cerdo y aves de corral, 667 contenían este medicamento, 136 de las cuales superaban el límite establecido por FSIS.

¿Cómo llegan todos estos medicamentos hasta su carne?

Entonces, ¿cómo llegan estos medicamentos al suministro de carne? Consumer Reports enlista una serie de posibles rutas de entrada o exposición que incluyen:

  • Uso indebido, como darles dosis muy altas o administrarlas poco antes de sacrificar al animal
  • Medicamentos falsificados8
  • Alimento contaminado
  • Uso indebido e intencional

En mi opinión, el sistema de las granjas industriales se basa en el uso indebido e intencional con fines de lucro, debido a que las ganancias están estrechamente relacionadas con el peso de cada animal.

Por ejemplo, Consumer Reports señala que «el ganado que no puede sostenerse por sí solo no puede utilizarse para carne. Por lo que, cuando un animal no puede sostener por sí solo se le administra fenilbutazona, un analgésico, poco antes de ser sacrificado, esto con el fin de que el animal puede pasar las puertas del matadero sin que nadie tenga que inspeccionarlo de cerca».

Los pollos también tienen que estar lo más grandes y carnosos posible. De hecho, las granjas de pollo no son dueñas de los pollos. La gran mayoría de los criadores de pollos en los Estados Unidos son granjeros contratados. Los pollos pertenecen a la industria avícola de principio a fin, y esta les paga a los granjeros para que las críen, y el pago depende del tamaño del animal.

Entre más grande sea el pollo, más dinero gana el granjero y esto provoca que los granjeros utilicen medicamentos para promover el crecimiento, y esto casi nunca representa un problema ya que como muchos de estos medicamentos no han sido probados, cuando los encuentran, no se consideran peligrosos.

El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos niega que exista un problema

El mismo día que Consumer Reports publicó su reporte, Carmen Rottenberg, subsecretaria adjunta de seguridad alimentaria en FSIS, emitió un comunicado de prensa9 en el que aseguró a todas las personas que viven en los Estados Unidos que la seguridad de los alimentos es su principal prioridad y que:

«Cuando vea el sello de inspección de USDA, puede confiar en que los productos han sido inspeccionados y aprobados—lo que significa que cada cadáver ha sido inspeccionado, los inspectores del USDA han tomado las muestras necesarias para que sean analizadas por científicos en un laboratorio del USDA y que su etiquetado es veraz y confiable».

También explica que los resultados de las pruebas que mostraban la presencia de medicamentos prohibidos en aves de corral se «publicaron erróneamente en respuesta a una solicitud por parte de FOIA» y todo debido a que la agencia trató de actuar de forma «rápida y transparente».

«Es posible que haya visto que Consumer Reports publicó una historia que afirma que la carne de ave de corral que compra en el supermercado y con la que alimenta a su familia puede contener residuos de medicamentos dañinos. Eso no es cierto.

Esta historia no es más que infoentretenimiento sensacionalista que tiene como finalidad confundir a los compradores con pseudociencia y tácticas de miedo». Escribió Rottenberg.

¿Qué tan rigurosas son las inspecciones de carne?

Sin embargo, no hay forma de que cada uno de los cadáveres sea inspeccionado y analizado minuciosamente en busca de medicamentos y patógenos. De hecho, si lee detenidamente su declaración, ella lo admite.

De acuerdo con Rottenberg, el proceso de inspección de FSIS involucra inspeccionar cada cadáver, sacar muestras y realizar pruebas en busca de residuos de medicamentos «en múltiples puntos» y si una muestra da positivo, entonces se realiza una prueba de seguimiento para confirmarlo.

Ella también afirma que «si se encuentran residuos de medicamentos en cualquier producto cárnico o avícola, FSIS no permite que ese producto sea vendido para el consumo humano».

Sin embargo, ¿qué tan rigurosas pueden ser las inspecciones cuando un inspector de alimentos tiene que inspeccionar 140 cadáveres por minuto? Esa es la velocidad de la línea en la que sacrifican animales, ¡lo que significa que un inspector analiza de dos a tres pollos por segundo! (La velocidad de la línea en las plantas procesadoras no está regulada).

El año pasado, el Consejo Nacional de Avicultura solicitó a FSIS aumentar la velocidad de la línea de sacrificio a 175 aves por minuto. Como lo señaló Food Safety News,10

«La principal amenaza para la seguridad de los alimentos en esta parte del proceso es eliminar la materia fecal visible…Debido a que la presencia de heces en los cadáveres es alta, las instalaciones tienen todos los incentivos para garantizar que se elimine, ya que nadie compraría el producto si no se elimina por completo.

Del mismo modo, debido a que las heces pueden representar una amenaza para la seguridad de los alimentos, es necesario que FSIS continúe con las inspecciones visuales«.

Las inspecciones visuales para la contaminación fecal son muy lógicas, pero ninguna bacteria o medicamento puede detectarse de forma visual y si un cadáver no tiene excremento visual, no significa que no está contaminado con baterías fecales.

Se estima que cada año, se procesan de 811 a 912 billones de pollos en los Estados Unidos. ¿Estos billones de pollos se analizan en busca de patógenos y medicamentos? La respuesta es no. Eso se hace a través del muestreo.

Si cada uno de los cadáveres se analizara en busca de patógenos y medicamentos y ninguno de los productos vendidos para el consumo humano diera positivo a estas sustancias dañinas.

Entonces el pollo no estaría causando más de 3 100 enfermedades transmitidas por los alimentos cada año13 y las pruebas esporádicas14 de la carne vendida en los supermercados de los Estados Unidos no revelarían bacterias fecales en el 83 % de sus productos cárnicos (pavo, cerdo, carne molida y pollo).15,16

Está claro que, la realidad de esos hallazgos no concuerda con las afirmaciones hechas por Rottenberg de que cada cadáver se somete a inspecciones y pruebas. El pollo de granjas industriales se ha vuelto un notorio portador de bacterias como salmonella, campylobacter, clostridium perfringens y listeria, incluyendo las cepas resistentes a los antibióticos.17

El USDA está a cargo de promover la carne proveniente de granjas industriales

Una parte del dilema del USDA es que, aunque es responsable de la inspección y seguridad de los alimentos, también es responsable de promover a la industria que regula. Es probable que ya sepa que la industria alimentaria tiene el poder de influir en sus hábitos alimenticios a través del uso de publicidad y cabildeo, con el fin de obtener regulaciones que la favorezcan.

Lo que tal vez no sepa es que el gobierno estadounidense financia algunas de estas actividades a través de la recaudación y distribución de impuestos en ciertos alimentos, incluyendo la carne de res.18

Al hacerlo, el gobierno está apoyando activamente a los sistemas agrícolas que van en contra de la salud pública y ambiental y no apoya la adopción de sistemas agrícolas más saludables y ecológicos, como la producción de carne de res proveniente de animales de pastoreo.

En pocas palabras, el programa de verificación de carne de res de USDA19 es un programa obligatorio que obliga a los productores de ganado a pagar una cuota de $1 dólar por cabeza de ganado vendida.

Esto, básicamente, es un impuesto federal en el ganado; pero el dinero no va al gobierno, el dinero va a los consejos estatales de carne de res como el Consejo Nacional de Carne de Res (CBB por sus siglas en inglés) y la Asociación Nacional de Carne de Res (NCBA por sus siglas en inglés).

Todas estas organizaciones tienen preferencia por el modelo de operaciones concentradas de alimentación animal (CAFO por sus siglas en inglés).

El dinero recaudado por los consejos estatales de carne de res, que se quedan la mitad y utilizan la otra mitad para financiar a CBB, que está a cargo de las campañas nacionales para promover la carne de res. A nivel nacional, las cuotas de verificación de carne de res suman aproximadamente $80 millones de dólares al año.

Como contratista principal del programa de verificación, NCBA recibe la mayoría de los ingresos, que se utilizan para la investigación y promoción de la carne de res. El emblemático eslogan «Beef, it´s what´s for dinner» (Carne de res para la cena) salió de este programa.

Los inspectores de alimentos del USDA también son vulnerables a la captura del regulador ─un término utilizado para describir lo que pasa cuando los inspectores se ven muy influenciados por la industria─ debido a que están tratando de hacer cumplir la ley mientras que al mismo tiempo trabajan en una instalación que paga por sus servicios.20

Evitar comer carne no es la respuesta

Si bien la presencia de medicamentos y patógenos en la carne podría hacerlo considerar dejar de consumir carne por completo y volverse vegetariano, es importante entender que el problema con las CAFO también afecta a los vegetales. El estiércol producido en las CAFO muchas veces se utiliza como fertilizante y si el estiércol contiene patógenos peligrosos, las plantas se volverán portadoras.

Los biosólidos también pueden contener niveles peligrosos de metales pesados y otras toxinas. El brote más reciente de E.coli-que infectó a 210 personas en 36 estados y mató a cinco—se originó por la lechuga romana contaminada de una granja ganadera cercana.21,22

Se cree que los residuos de estiércol contaminaron un canal cercano, y esta agua contaminada con E.coli que se utilizó para el riego de los campos de lechuga. Las CAFO también son la principal fuente de contaminación de agua subterránea. Como lo señaló el Departamento de Calidad Ambiental de Arizona:23

«A nivel nacional y en Arizona, existe la posibilidad de contaminación de agua superficial subterránea debido a que las granjas industriales descargan sus residuos contaminados con estiércol en las vías fluviales naturales, si como también las aguas residuales llegan a los acuíferos«.

Compre sus productos en su localidad

Una de las mejores maneras de garantizar la seguridad de los alimentos es comprar de forma local en granjas que conozca y en las que confíe. La mayoría de los granjeros contestarán todas sus preguntas sobre cómo producen sus alimentos y estarán dispuestos a darle un recorrido por sus instalaciones si así lo desea. Esto es particularmente importante en el caso de los productos de pollo.

Aunque muchos supermercados ya venden productos orgánicos, lo mejor es comprarlos directamente de productores locales siempre que le sea posible, ya que muchos de los productos orgánicos vendidos en los supermercados son importados.24 Si vive en los Estados Unidos, las siguientes organizaciones pueden ayudarlo a encontrar alimentos frescos:

Demeter USA — Demeter-USA.org tiene un directorio de marcas y granjas certificadas como biodinámicas. Puede encontrar este directorio en BiodynamicFood.org.
American Grassfed Association — El objetivo de esta organización y promover la industria de las carnes de animales alimentados con pastura a través de relaciones con agencias gubernamentales, investigaciones, marketing inteligente y educación al público.

El sitio de internet también le muestra como buscar productores aprobados por AGA, que cuenten con la certificación según las estrictas normas que incluyen criar animales 100 % con forraje; en pastizales y nunca estar confinados en un corral.

Además, que estos animales nunca hayan recibido antibióticos ni hormonas; y que hayan nacido y crecido en granjas familiares de los Estados Unidos.

EatWild.com — Eat Wild ofrece listas de los agricultores orgánicos conocidos por producir productos lácteos crudos, así como de carne de res alimentada con pasto y otros productos frescos de granja (aunque no todos son productos certificados orgánicos).

También puede encontrar información sobre los mercados de agricultores locales, así como las tiendas y restaurantes locales que venden productos de animales alimentados con pasto.

Weston A. Price Foundation — Weston A. Price tiene capítulos locales en la mayoría de los estados, y muchos de ellos están conectados con clubes de compra, en los cuales se pueden comprar fácilmente los alimentos orgánicos, incluyendo a los productos lácteos como la leche cruda y la mantequilla.
Grassfed Exchange — Grassfed Exchange tiene una lista de productores que venden carnes orgánicas y de pastoreo a lo largo de los Estados Unidos.
Local Harvest — Este sitio web le ayudará a encontrar los mercados agrícolas, granjas familiares y otras fuentes de alimento producido de manera sostenible en su área, donde se pueden comprar productos, carnes de animales criados con pasto, y muchas otros bienes alimenticios.
Farmers Markets — Una lista nacional de los mercados de los agricultores.
Eat Well Guide: Wholesome Food from Healthy Animals — EatWellGuide es un directorio en línea de carnes de animales alimentados con pasto de forma sostenible, aves de corral, productos lácteos y huevos de granjas, tiendas, restaurantes, posadas y hoteles, y puntos de venta en línea en los Estados Unidos y Canadá.
Community Involved in Sustaining Agriculture(CISA) — CISA está dedicada al mantenimiento de la agricultura y a promover los productos de granjas pequeñas.
The Cornucopia Institute — El Instituto Cornucopia mantiene una clasificación de herramientas web de todas las marcas orgánicas certificadas de productos lácteos, huevos y otros productos básicos, en función de su suministro ético y las prácticas agrícolas auténticas que separan a la producción «orgánica» CAFO de las prácticas orgánicas auténticas.
RealMilk.com — Si todavía no sabe dónde conseguir leche bronca o sin pasteurizar, revise las páginas Raw-Milk-Facts.com y RealMilk.com. Estas le indicaran los lugares donde podrá conseguir leche legalmente en su estado y le proporcionarán una lista de las granjas que venden productos lácteos sin pasteurizar en su área.

Farm to Consumer Legal Defense Fund25 también proporciona una revisión de las leyes de la leche sin pasteurizar en cada estado.26 Los habitantes de California también pueden encontrar vendedores minoristas de leche, al utilizar de un localizador disponible en el sitio web www.OrganicPastures.com.