P. Ángel Espino García. Contemplando la Creación: LA VIRGEN DE GUADALUPE, JUAN DIEGO Y MÉXICO (17)

1.- Cuentan que en Escocia una gigantesca águila llegó al patio de una casa donde dormía un bebé en una hamaca,
mientras la madre trabajaba en la cocina. Ante los gritos de la señora todo mundo se movilizó ofreciendo su apoyo,
pero el águila se elevó y se fue a posar sobre un despeñadero. Era una montaña escarpada. Todos temían por la
suerte del bebé. Unos intentaron subir, pero pronto regresaron. Después lo intentó el personal de la Cruz Roja, pero
no fue posible. Por último lo intentó una humilde mujer campesina la cual subió roca sobre roca hasta que llegó a la
cumbre del despeñadero. Todos los aldeanos la animaban con sus gritos a la mujer, hasta que fue bajando aquel
lugar escarpado y regresó con su bebé junto a su pecho. ¿Porqué esta mujer lo logró? Porque era su madre y su
amor maternal la llevó a arriesgar su vida por salvar a su hijo.

2.- ASÍ EN LA VIDA.- ¿Qué es el amor? Es la comunión de dos almas que buscan ser una sola. Es la fecha del
aniversario que no se olvida. Es el momento en que se vive el dolor, pero un abrazo lo hace olvidar. Es la sonrisa de
un niño después de haber hecho muy bien su tarea. Es lo que somos y la razón por la que existimos. Amor es
también el madero de Cristo Crucificado con su historia limpia y pura, y con la nuestra también.

3.- MARÍA ES SEÑORA Y ABOGADA NUESTRA.- Nuestra Madre tiene poder para nuestra salvación. Es tan grande el
poder que tiene una madre sobre sus hijos, que aunque alguno llegue a ser un gran monarca, nunca el hijo olvidará a
su madre, y la tomará en cuenta en las peticiones que le haga. En Nazareth Jesús obedeció a su Madre. ¿Qué el
Hijo no podrá tomar en cuenta a su Madre en el cielo?

4.- PRIMERA APARICIÓN.- Era el sábado 9 de diciembre del año 1531.- Juan Diego se despidió con reverencia de
ella y le dijo: “Santísima Virgen, mi Señora. Haré todo lo que me pides”. Y se despidió. Bajó el escarpado cerro del
Tepeyac y se dirigió extasiado hacia la ciudad de México. El sol comenzaba a salir en el frío cielo azul. Cruzó la
calzada principal sobre el Lago de Texcoco y pasó a través de la puerta norte de la ciudad. La gente dormía y Juan
Diego se dirigía rumbo a la casa del Señor Obispo Fray Juan, pensando cómo lo recibiría, pues su ropa era humilde
y él era de baja estatura. Pensaba si los sirvientes lo recibirían bien o lo correrían por atreverse a molestar a tan
temprana hora. Su corazón dudaba, pero estaba decidido a llevar a cabo la encomienda de la Reina del Cielo. Tocó
lentamente la puerta de la casa episcopal y le abrió un sirviente, el cual quedó desconcertado con tal apariencia y lo
miró sospechosamente. Después de dudar lo dejó pasar y de mala gana le ordenó que se sentara en el patio y allí
esperara. (No se pierda el próximo capítulo de la serie)