Migración, de solidaridad a xenofobia y oportunismo electorero

  • De acuerdo con el Latinobarómetro, prevalece en la región un ánimo antiestadounidense a la baja y erosión de la democracia, sostiene Guadalupe González, investigadora del COLMEX.

Vivimos en un contexto global y sin embargo el paso fronterizo entre países se torna cada vez más hostil; las puertas se cierran mientras las personas intentar continuar con un proceso que lleva más de 60 mil años ocurriendo: la migración.

Uno de los ejemplos más recientes de este fenómeno y sus implicaciones políticas es la caravana migrante. Al respecto, Silvia Giorguli, presidenta del Colegio de México (COLMEX) deploró que el incremento de un ambiente de polarización en torno a la caravana de migrantes centroamericanos que cruzan nuestro país con rumbo a Estados Unidos.

“Por un lado tenemos expresiones de racismo y xenofobia (pero) también hay una movilización de la sociedad civil que tiene décadas atendiendo, de maneras mucho más eficientes que los gobiernos federal y estatal, los temas de los migrantes en tránsito”, dijo Giorguli durante el panel “México y América Latina en caravana: desafíos en materia de migración, derechos humanos y política exterior” que se llevó a cabo en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) en #Guadalajara.

Para el periodista y académico Ricardo Raphael, “la migración es la invención de un problema con propósitos electorales y tiene dos motivos: uno migra porque en el otro país hay trabajo o bien porque hay problemas políticos que vuelven insostenible seguir viviendo (en el país de origen)”.

La realidad latinoamericana

Es importante entender a las migraciones del sur hacia el norte, de Centroamérica a México y Estados Unidos, dentro del contexto en que se desarrollan: como un problema no solo político sino de derechos humanos.  

De acuerdo con la investigadora del COLMEX, Guadalupe González, Latinoamérica está pasando por un periodo que se caracteriza por dos hechos principales: por un lado está el enorme dinamismo del regionalismo antiestadounidense que va a la baja, y por otro, estamos presenciando la erosión de la democracia; esto queda claro al revisar elLatinobarómetro de este año que encontró el apoyo más bajo a la democracia desde su primera medición en 1995.

En este contexto, los procesos internos de México se vuelven particularmente complejos desde que “se mueve a la izquierda cuando el resto de los países en América y Latinoamérica se mueven en sentido contrario”, dijo González, quien además añadió que el país está, literalmente, en medio del sándwich entre Centroamérica y Estados Unidos, así como de #EstadosUnidos y #China en materia de comercio internacional.

En medio de todo esto surge el planteamiento sobre los derechos humanos y el apoyo humanitario, un planteamiento que el investigador Raphael señaló como de élite. “Se redobla el discurso a los derechos humanos pero es un discurso que en nuestros países se mantiene a nivel de élite, es difícil que baje al nivel de comunidad, de localidad. (…) es un discurso de universidades, de élites en las organizaciones no gubernamentales, que compartimos y alimentamos con tratados internacionales”.

Gonzáles concluyó diciendo que las relaciones internacionales y los países mismos se construyen más allá de los gobiernos y advirtió que no debemos extremar el análisis y diagnóstico de lo que estamos viviendo ya que estamos viendo una enorme pluralidad de actores y de respuestas. “La primera clave para una cooperación y una narrativa diferentes, desde mi punto de vista, es conocer la profundidad de la pluralidad”.