El Dr. Mercola presenta una demanda contra una senadora de Estados Unidos

Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola. Datos comprobados

14 de Noviembre, 2021

El Dr. Mercola presenta una demanda por censura

HISTORIA EN BREVE

A principios de septiembre de 2021, la senadora de Estados Unidos, Elizabeth Warren, envió una carta a Andy Jassy, director ejecutivo de Amazon.com, exigiéndole una «revisión inmediata» de los algoritmos de Amazon para eliminar los libros que venden «desinformación del COVID», y destacó que la venta de dichos libros en Amazon «tal vez era ilegal»
Warren se refirió específicamente a mi libro titulado «Toda la verdad sobre el COVID-19», coescrito con Ronnie Cummins, fundador y director de la Asociación de Consumidores Orgánicos (OCA, por sus siglas en inglés), como un excelente ejemplo de «libros reconocidos y con comentarios basados en falsedades sobre las vacunas y curas para el COVID-19”
Cummins y yo, junto con nuestro editor, Chelsea Green Publishing y Robert F. Kennedy Jr., quien escribió nuestro prólogo, decidimos demandar a Warren por violar nuestros derechos de la Primera Enmienda y por pedir a los vendedores de libros que retiren o limiten las ventas de nuestro libro
Resulta curioso que las afirmaciones de Warren sobre información errónea, en realidad es desinformación que pone muchas vidas en riesgo
A principios de septiembre de 2021, la senadora de Estados Unidos, Elizabeth Warren, envió una carta1 a Andy Jassy, director ejecutivo de Amazon.com, exigiéndole una «revisión inmediata» de los algoritmos de Amazon para eliminar los libros que venden «desinformación del COVID», y enfatizó que la venta de dichos libros por parte de Amazon «tal vez era ilegal».2,3,4

Aunque no detalló qué leyes podría violar Amazon, Warren parece advertirle a Jassy que la compañía se podría considerar como legalmente responsable de muerte por negligencia y homicidio, al vender libros que «desinforman» a los lectores sobre el COVID-19, su tratamiento y sobre las vacunas.

Warren se refirió a mi libro titulado «Toda la verdad sobre el COVID-19», coescrito con Ronnie Cummins, fundador y director de la Asociación de Consumidores Orgánicos (OCA, por sus siglas en inglés), como un excelente ejemplo de «libros reconocidos y con comentarios basados en falsedades sobre las vacunas y curas para el COVID-19».

«El Dr. Mercola ha sido descrito como «el difusor más influyente de desinformación sobre el coronavirus en línea». Warren escribió y5 agregó lo siguiente: «Este libro no solo fue el mejor resultado al buscar los términos ‘COVID-19’ o ‘vacuna’ en las categorías de ‘todos los departamentos’ y ‘libros’; si no que Amazon también lo calificó como ‘Best Seller’ y el ‘Best Seller #1 en la categoría de ‘Libertad política’.

El libro difunde conspiraciones peligrosas sobre el COVID-19 e información falsa y engañosa sobre las vacunas. Afirma que la vitamina C, vitamina D y la quercetina pueden prevenir la infección por COVID-19. Y el libro sostiene que no se puede confiar en las vacunas.»

Warren cree que está por encima de la ley

Warren debe saber que, como funcionaria del gobierno, es ilegal que viole la Constitución de los Estados Unidos, al pretender obligar a las empresas privadas para que censuren mi nuevo libro.

Dado que ella decidió ignorar la ley, Cummins y yo, junto con nuestro editor, Chelsea Green Publishing y Robert F. Kennedy Jr., quien escribió nuestro prólogo, decidimos demandarla por violar nuestros derechos de la Primera Enmienda. La demanda federal, en la que Warren figura como la única acusada, se presentó el día 8 de noviembre de 2021, en el estado de Washington. Como se señaló en nuestra demanda:

«Hace mucho tiempo se dejó en claro que la Primera Enmienda garantizaba que los libros que desafiaban la ortodoxia gubernamental pudieran venderse sin temor a la intimidación o represalias gubernamentales.

Hace casi sesenta años, en el caso Bantam Books v. Sullivan, 372 Estados Unidos 58(1963), la Corte Suprema sostuvo que los funcionarios estatales violaron la Primera Enmienda al enviar cartas a los vendedores de libros advirtiendo que la venta de ciertos textos tal vez era ilegal.

La corte explico que el ‘problema’ en tales cartas y en la ‘amenaza oculta’ de las repercusiones legales que comunicaron, es que le permiten al gobierno lograr la censura mientras manipulan el poder judicial, ‘y no ofrecen ninguna garantía contra la represalia del discurso protegido de forma constitucional’ y, de esa manera, se genera una «supresión» inconstitucional.

No importaba que los funcionarios que enviaron la carta no tuvieran el «poder para aplicar sanciones legales formales», es decir, que los funcionarios no pudieran sancionar o enjuiciar a los vendedores de libros. De hecho, esta situación hizo más evidente la inconstitucionalidad.

Los funcionarios ‘no son agentes de la ley; no pretenden que los califiquen para dar o intentar dar a los distribuidores un asesoramiento legal justo. Ellos no quieren aconsejar, sino reprimir’.

Tampoco hizo ninguna diferencia, ya que el Tribunal concluyó que las cartas estaban enmarcadas como una mera ‘exhortación’ o que los vendedores de libros estaban en ‘libertad’ de ignorar las cartas, ya que los funcionarios se habían ‘propuesto eliminar las publicaciones consideradas ‘inaceptables’ y ‘las personas no ignoran las amenazas de los funcionarios públicos’.

Al parecer, hoy ciertos miembros del Congreso de los Estados Unidos olvidaron o piensan que están por encima de la ley establecida en Bantam Books».

Warren ataca el discurso protegido por la constitución

No hay duda de que nuestro libro: «Toda la verdad sobre el COVID-19», es un discurso protegido por la constitución, y que la carta de Warren que le envió Amazon tiene la intención de suprimir la libertad de expresión.

En nuestro libro, compartimos puntos de vista, ideas, opiniones, hechos verificables e hipótesis fácticas que nuestro gobierno federal ignora, ya que contrarresta la narrativa elegida de que el SARS-CoV-2 surgió de forma natural, que no se puede prevenir por ningún otro medio que no sea la terapia génica experimental, y que tampoco se puede tratar con nada que no sean ciertos medicamentos sin autorizar, aún experimentales y demasiado costosos.

Desde que comenzó la pandemia, el gobierno ha querido eliminar el tipo de información que compartimos en nuestro libro con la misma táctica que utilizó Warren contra nosotros, lo que significa que advirtió a las empresas de Internet que si no censuran estas opiniones, tomarán medidas en contra de ellos. Como se explica en nuestra denuncia:

«El término ‘desinformación sobre vacunas’ como lo usa Warren es propagandístico y falso. La forma en que usa el término ‘desinformación sobre vacunas’ hace referencia a cualquier discurso que desafíe la seguridad y efectividad de las vacunas antiCOVID, a pesar de que ese discurso consista en información precisa u opinión protegida.

El 10 de septiembre de 2021, como resultado de la carta de Warren, una importante cadena nacional de librerías, llamada Barnes and Noble, notificó por correo electrónico al editor del libro «Toda la verdad sobre el COVID-19», que ya no lo venderían como un libro electrónico. Por el momento, Barnes and Noble, revocó esa decisión.

Para los demandantes es imposible saber con certeza si, como resultado de la carta de Warren, Amazon ahora degrada, descalifica o suprime el libro «Toda la verdad sobre el COVID-19» de muchas formas que estarían ocultas a la vista, pero los demandantes creen que Amazon toma tal acción de forma encubierta.

Incluso si ningún vendedor de libros en el país hubiera cedido a las amenazas de Warren, su carta aún se justifica como una clara violación de la Primera Enmienda.

En Backpage.com, LLC v. Dart, 807 F.3d 229 (7 ° Cir. 2015) (Posner, J.), en palabras de Bantam Books, el tribunal sostuvo que un funcionario gubernamental ‘viola los derechos de la Primera Enmienda de un demandante’ si a través de una ‘amenaza’ o ‘intimidación’ el funcionario intenta inducir a ‘un tercero’ a detener, ‘publicar o difundir el mensaje del demandante’, y enfatizó que ‘tal amenaza es justificable y eso se puede prohibir aunque no tuviera significado alguno: la víctima lo ignora y el amenazador se arrepiente.

Tales amenazas «se denominan ‘supresión’, y una supresión viola la primera enmienda». En consecuencia, los demandantes piden a este Tribunal que respete la ley que ya está establecida, los derechos constitucionales de los Demandantes: la Primera Enmienda, y que declare inconstitucional la conducta de Warren y que le ordene que no repita tal conducta en el futuro».

Warren habla de la ‘desinformación’ con información errónea

En nuestra demanda, también enfatizamos el hecho de que las afirmaciones de desinformación de Warren son información errónea. Por ejemplo, Warren afirma que nuestro libro «dice de forma errónea que la vitamina D puede prevenir la infección por COVID-19». De acuerdo con Warren, esta afirmación no tiene base científica. Esto es claro y falso, ya que existen muchos estudios, publicados en 2020 y 2021 que respaldan esta afirmación.

Una reciente revisión sistemática de la literatura concluyó que ‘el nivel de vitamina D en la sangre puede determinar el riesgo, gravedad y la mortalidad de la infección por COVID-19. Por lo que se recomienda mantener los niveles adecuados de Vitamina D a través de suplementos o métodos naturales para que las personas puedan protegerse de la pandemia’.
Por ejemplo, en mayo de 2021, el sitio web de los Institutos Nacionales de Salud: PubMed.gov, publicó un artículo del Journal of Medical Virology titulado: «Vitamin D Deficiency Is Associated With COVID-19 Positivity and Severity of the Disease».6 Otros artículos científicos también relacionaron la deficiencia de vitamina D con un mayor riesgo de infección, resultados más graves y mayores tasas de muerte por COVID.

De hecho, una revisión sistemática reciente7 de la literatura, publicada en la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, el cual es otro sitio web de los Institutos Nacionales de Salud, concluyó que «el nivel de vitamina D en la sangre puede determinar el riesgo de infección, gravedad y mortalidad por COVID-19.

Por lo tanto, se recomienda mantener los niveles adecuados de Vitamina D a través de suplementos o métodos naturales para que las personas puedan enfrentar la pandemia». Como se señaló en nuestra demanda:

«Mientras que Warren según intenta defender la verdadera información del COVID para salvar vidas, proporciona información falsa que podría provocar muchas muertes por COVID. Warren les dice a las personas que los niveles de vitamina D no son importantes para el COVID, cuando es obvio que corregir las deficiencias de vitamina D podría salvarles la vida, eso es algo que descubrirán muchos lectores del libro «Toda la vedad sobre el COVID-19».

De acuerdo con su propia lógica y con sus propias demandas, todas las principales plataformas de redes sociales deberían haber prohibido la carta de Warren como ‘desinformación del COVID’. Pero funcionarios como Warren solo denuncian la ‘desinformación del COVID’, exigen su censura y amenazan con repercusiones legales cuando las declaraciones en cuestión desafían la narrativa del COVID que apoyan, no cuando ellos mismos tergiversan toda la verdad.

La carta de Warren acusa además al libro «Toda la verdad sobre el COVID-19» de difundir ‘información falsa y engañosa sobre las vacunas’, incluso al alegar (en palabras de Warren) ‘que no se puede confiar en las vacunas’.

La tesis declarada del libro sobre las vacunas antiCOVID es que su efectividad «ha sido muy exagerada y que las principales cuestiones de seguridad no han recibido respuesta». Esta declaración es precisa y está dentro de los límites de la opinión protegida de forma constitucional.

La carta de Warren además cita una revisión realizada en junio de 2021 del libro «Toda la verdad sobre el COVID-19», la cual pretende enumerar ejemplos de la ‘desinformación’ del libro, la primera es la siguiente: ‘los autores argumentan que el coronavirus SARS-CoV-2 se diseñó en un laboratorio en Wuhan, China’. Es cierto que el libro «Toda la verdad sobre el COVID-19» sostiene que «la evidencia» respalda la teoría de las fugas de laboratorio sobre los orígenes del virus del COVID.

Pero le repito, la afirmación de que esta postura es «desinformación» es falsa. La teoría de la fuga de laboratorio, mencionada durante mucho tiempo como una ‘teoría de la conspiración’ por actores federales y suprimida en las redes sociales, de hecho, está respaldada por mucha evidencia sustancial. Por ejemplo, un artículo del Wall St. Journal: ‘Science Closes In on Covid’s Origins, que habla sobre cuatro estudios, incluyendo dos de la OMS, proporcionan evidencia poderosa a favor de la teoría de las fugas de laboratorio’, oct. 5, 2021.8

El siguiente es un ejemplo de la supuesta ‘desinformación’ en el libro «Toda la verdad sobre el COVID-19»: el libro ‘insiste varias veces en que las medidas y restricciones de salud pública serán permanentes. No es verdad.

Los CDC anunciaron que las personas en Estados Unidos completamente vacunadas podrían reanudar sus actividades sin utilizar cubrebocas ni distanciarse físicamente, reanudar los viajes nacionales y abstenerse de la cuarentena incluso después de exponerse al virus siempre y cuando no presenten síntomas’.

Este anuncio de los CDC obvio resultó ser falso, mientras que la predicción que se hizo en el libro «Toda la verdad sobre el COVID-19» de que las restricciones de salud continuarían después de la vacuna resultó ser más precisa.

Además, no es cierto que el libro «Toda la verdad sobre el COVID-19″ ‘insista’ en que estas restricciones serán permanentes; si no que, a partir de la pandemia, ciertas restricciones de nuestra libertad ‘tal vez’ serán permanentes».

Esto es sólo el comienzo

Un comunicado de prensa de Cummins señaló que esta demanda es solo el comienzo. La OCA y yo lanzamos una campaña para terminar con la censura que nos está atrapando. Esto incluye desenmascarar a los falsos verificadores de hechos y a los agentes de desinformación en los medios, pero todo esto tardará tiempo, así que tenga paciencia.

Cummins explica:

«La demanda federal de la OCA que se presentó por los libros del Dr. Mercola, Robert F. Kennedy Jr. y Chelsea Green no solo está dirigida contra Elizabeth Warren, sino que tienen la intención de establecer un precedente legal contra la creciente censura, difamación e intimidación que provienen de varias fuentes gubernamentales, corporativas y de los medios de comunicación.

Este interrogatorio de las grandes farmacéuticas/medios de comunicación/gobierno está impulsado por la desinformación y el dinero oscuro que proviene de poderosas firmas internacionales de relaciones públicas como Publicis Groupe y grupos fachada como el llamado Centro para Contrarrestar el Odio Digital (CCDH).

Somos objeto de ataque, no porque seamos proveedores de desinformación peligrosa y odio, como alegan Warren y sus cohortes, sino porque en medio de una crisis internacional de salud, economía y política, tratamos de exponer la verdad sobre los orígenes de laboratorio de esta catástrofe, y explicar cómo la salud, la medicina natural y preventiva, los alimentos orgánicos saludables, suplementos naturales, medicamentos genéricos de bajo costo, sistemas inmunológicos fuertes y un medio ambiente saludable son nuestras mejores defensas contra las enfermedades crónicas y los patógenos modificados.

No estamos en contra de las vacunas, sino a favor de la seguridad de las vacunas. No somos proveedores de desinformación, sino firmes defensores de la libertad de expresión, de la investigación científica sin obstáculos y de la libertad de elección.

Nos critican como ‘teóricos de la conspiración’ por hacerle publicidad a las manipulaciones detrás de escena de multimillonarios como Bill Gates, el Foro Económico Mundial y sus Colaboradores del ‘Hall of Shame’9 en el complejo militar-industrial.

Nos atacan por exponer los riesgos existenciales de la ingeniería genética y la manipulación de laboratorio, una ciencia loca que no solo contamina nuestra comida, semillas y animales, sino que fomenta virus, bacterias e insectos patógenos, parte de una catastrófica carrera armamentista biológica y médica que nos amenaza a todos.

Nos sentimos tristes y al mismo tiempo preocupados por ataques tan habituales a la libertad de expresión, a la libertad de relación y a la libertad de elección médica. Nos preocupa la polarización extrema y la ira que envenena el cuerpo político, al igual que el impacto de propagar el miedo y la vergüenza en nuestros niños y en todas las personas.

También nos preocupa el daño colateral a nuestra salud, nuestra psique y todo el tejido social por el autoritarismo del gobierno, de los virólogos y de los ingenieros genéticos que juegan a ser Dios, además de la codicia de las grandes farmacéuticas.

Estados Unidos y la comunidad de naciones que alguna vez se esperó, avanzan hacia la autodestrucción. El cuerpo político está enfermo, asustado, enojado y dividido. Al parecer las personas olvidaron cómo hablarles a otros cuando no estamos de acuerdo sobre la política, las respuestas al COVID, la seguridad de las vacunas y sobre una variedad de otros temas políticos.

Amigos y compañeros de trabajo que conocía desde hace años se han convertido en enemigos. Mientras tanto, los bosques se queman. Los recursos hídricos disminuyen. Nuestros niños y las personas más vulnerables se ven obligados a luchar más duro que nunca, solo para sobrevivir y preservar su cordura, lo que dificulta mantener una actitud positiva, disfrutar de la vida cotidiana y lograr la verdadera felicidad.

Si el COVID-19, producto de la ciencia loca y la codicia insaciable, nos ha enseñado algo, es que debemos transformar nuestros sistemas alimentarios y agrícolas y tomar control de nuestra salud.

Debemos reconocer, prevenir y resolver las comorbilidades alimentarias, ambientales y relacionadas con la salud pública de nuestra población enferma, fortalecer nuestro sistema inmunológico para combatir enfermedades crónicas y patógenos, al igual que brindar protección especial a las personas más vulnerables.

Debemos hacer que las corporaciones que obtienen ganancias a cualquier costo, los medios de comunicación, las agencias reguladoras, los políticos contratados, los capitalistas de vigilancia de Silicon Valley, los ingenieros genéticos fuera de control, los virólogos y los especuladores de armas biológicas se mantengan bajo control».

Cómo detener la locura

La OCA lanzó la campaña llamada Stop the Mad Science con este fin. Esta campaña mundial tiene como objetivo prohibir la ingeniería de virus, bacterias y de todos los patógenos pandémicos potenciales (PPP). La creciente evidencia sugiere que el COVID-19 fue el resultado de una investigación de ganancia de función (GOF), pagada en parte por los contribuyentes de Estados Unidos y llevada a cabo por investigadores de China y Estados Unidos.

A menos que terminemos con este tipo de investigación peligrosa (y continúa en todo el mundo, no solo en los Estados Unidos y China), el COVID no será la última pandemia provocada por el hombre que tendremos que enfrentar. Existen más de 65 000 personas que ya firmaron la petición en apoyo de este esfuerzo. Por favor firme aquí si aún no lo ha hecho. Como señaló Cummins:

«Los experimentos actuales en curso, financiados con el dinero de nuestros impuestos, que se deben detener de inmediato incluyen la ingeniería genética del SARS-CoV-2 para que pueda superar o eludir la inmunidad natural; la combinación del virus SARS-CoV-2 con la mortal bacteria del ántrax; el diseño la gripe aviar y el ébola para que sean más transmisibles; y otros experimentos criminalmente locos, escondidos detrás de la excusa de que el laboratorio y la ingeniería genética de patógenos son necesarios para la ‘biodefensa’ y la ‘biomedicina’.

Durante los próximos seis meses comenzaremos a organizar protestas y manifestaciones afuera de los laboratorios e instituciones donde se llevan a cabo estos experimentos tan peligrosos».