El Cáncer Cervicouterino es prevenible y curable si se detecta a tiempo

Surge con el objetivo de brindar un programa individualizado, integral, de vanguardia y protocolizado para pacientes con CaCu sin seguridad social

El Programa MICAELA junto con las Organizaciones de la Sociedad Civil seguirán impulsando campañas de prevención dirigidas a hombres y mujeres adolescentes y adultos jóvenes

INCan recibe a pacientes de todos los estados de la República Mexicana

El Instituto Nacional de Cancerología (INCan) puso en marcha el nuevo Modelo Integral para la atención del Cáncer Cervicouterino Localmente Avanzado y Avanzado «MICAELA”, con el que contribuye al mejoramiento del pronóstico de mujeres con cáncer cervicouterino (CaCu), a través de una atención integral individualizada.

El objetivo es ofrecer a un grupo de 480 pacientes con la enfermedad localmente avanzada sin seguridad social, un programa individualizado, integral, de vanguardia y protocolizado, el cual brinde apoyo psicológico, nutricional con tratamientos individuales innovadores, además mida el impacto económico para reproducirlo en otros estados de la República Mexicana.

“El tratamiento para las pacientes con CaCu y la proyección a la población que podría seguir impactando en los siguientes 10 a 15 años es la base para crear, un modelo integral de atención con altos estándares de calidad, que pueda ser validado y reproducible posteriormente”, comentó la Dra. Lucely Cetina, Investigadora en Ciencias Médicas “D”, del Sistema Nacional de Investigadores Nivel II y responsable del programa MICAELA.

En el INCan se reciben alrededor de 550 mujeres al año con este diagnóstico. El 80% se presenta con esta enfermedad localmente avanzada y el 30% de estos pacientes presenta una comorbilidad (daño renal crónico, diabetes mellitus tipo 2 o hipertensión). El cáncer cervicouterino es una enfermedad que pese a ser prevenible, es un problema en salud pública siendo la segunda causa de cáncer más común en mujeres mexicanas[1] y la cuarta causa de muerte en todo el mundo5.  De acuerdo con Globocan se estima una incidencia para el 2020 en México de 17 940 nuevos casos de mujeres diagnosticadas,[2] y 6 480 muertes a causa de este padecimiento.[3]

Alineado con los Programas de Prevención y control del Cáncer Cervicouterino establecidos a nivel nacional y sumando esfuerzos el Programa MICAELA, junto con la sociedad civil a través de las Organizaciones No Gubernamentales sin fines de lucro, gestiona una campaña de prevención dirigida a hombres y mujeres adolescentes y adultos jóvenes.

Para reducir la incidencia y la mortalidad del CaCu se deben aplicar medidas que disminuyan los factores asociados a un mayor riesgo de infección por el Virus del Papiloma Humano (VPH). Una de las principales medidas es la vacuna integrada al esquema nacional de vacunación, actualmente sólo para niñas de 11 años o 5º año de primaria.

Por su parte, la Dra. Ariadna Martínez Rivas, directora médica de la Fundación Luis Pasteur I.A.P. mencionó: “Las campañas de vacunación contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) deben beneficiar no solo a niñas en edad escolar, sino hasta jóvenes, hombres y mujeres, de 15 a 25 años, esto con el objetivo de seguir disminuyendo la incidencia, lograr un esquema de vacunación masiva”.

El CaCu representa un tabú social por su asociación con el VPH y con enfermedades de transmisión sexual lo que se traduce en un incremento en frecuencia en mujeres vulnerables; por su estado de pobreza, desigualdad social, económica y sobre todo cultural.

Las estrategias actuales para controlar la enfermedad aún son limitadas. Lo cierto es que el cáncer cervicouterino es prevenible y se puede combatir con educación, vacunas y pruebas de Papanicolaou. Sin embargo, aún falta un gran camino por recorrer para bajar el número de afectadas a causa de esta enfermedad”, comentó la Dra. Lucely Cetina.

“Es importante que tomemos al programa MICAELA como un ejemplo de mejores prácticas y procesos, los hospitales y sistemas de salud, deberían contar con indicadores que nos permitan medir un avance e impacto real en la población, además de ser un verdadero beneficio para las pacientes”, señaló Mayra Galindo, directora de la Asociación Mexicana de Lucha contra el cáncer.