Carlos Javier Gonzalez: El jefe de campaña de Sheinbaum despacha en Palacio Nacional

López Obrador sabe que, dada su grosera y burda intervención para imponer a su candidata, requiere de una oposición que legitime a la Sra. Sheinbaum.

El Financiero.-Author photo. Carlos Javier González. noviembre 05, 2021. Abogado experto en administración pública.- Parece ser que cuando el presidente de la República manifestó que la oposición está moralmente derrotada, ni él mismo sabía a qué nivel se encuentra dicha derrota: es total, absoluta y completa. Baste escuchar las grabaciones en las que el presidente del PAN reconoce que en las elecciones del año 2022 para seis gubernaturas, sólo prevén ganar una. Aunque Marko Cortés ya matizó y dijo que en realidad se refería a que no sería factible ganar si no se va en alianza con el PRI y el PRD –algo impensable apenas hace unos pocos años–, se muestra de manera diáfana la realidad de la oposición en nuestro país: simplemente, no existe.

Es evidente que la oposición no tiene posibilidad de regresar al poder en 2024 frente al poder avasallador de uno de los presidentes más populares en la historia reciente, que combinado con la aburrida mediocridad de los partidos de oposición generan un escenario que pudiera parecer ideal para la que será la candidata de Morena en las presidenciales: Claudia Sheinbaum.

López Obrador sabe que, dada su grosera y burda intervención para imponer a su candidata, requiere de una oposición que legitime a la Sra. Sheinbaum y ante la mediocre oposición de PAN, PRI y PRD, debe de generar opositores cuya participación en la contienda presidencial de 2024 sirva para que en un ambiente controlado, la hoy jefa de Gobierno de la CDMX pueda ganar con un viso democrático.

Es por ello que AMLO ha comenzado a ver que los únicos opositores que realmente pueden aparentar dar una batalla y hacer contrapesos vienen de su propio movimiento. De ahí su intención de abrir la sucesión con una antelación nunca antes vista: 3 años de anticipación son inéditos en la historia del tapadismo mexicano, pero responden a la intencionalidad de que la victoria de Sheinbaum sea incuestionable en 2024. Por eso intentó revivir, de la nada y de la mano del pillo de Emilio Lozoya a Ricardo Anaya, quien sólo atinó a utilizar la inercia que le regaló el presidente –con el fin de revivirlo políticamente– para la edición de unos videos francamente anticlimáticos. Anaya se volvió a mostrar aburrido, distante de la gente y mamón. No estará en la contienda del 24.

Entonces había que buscar opositores consistentes y creíbles, por lo que López Obrador ha echado mano de nuevo, de Marcelo Ebrard y de Ricardo Monreal, ambos morenistas con algo de aceptación y con deseos de alcanzar la silla del águila, pero sin tamaños para ello. La sucesión del 2024 será decidida por una única persona y ya está operando para lograrlo. Es por ello que AMLO deja a Ebrard brillar en el extranjero…pero solo un poco, porque tiene controlado al canciller con los expedientes de la Línea 12 del Metro y sus investigaciones que concluyen que el responsable, por lo menos políticamente, será Marcelo. Y a Monreal lo deja que haga el papel de independiente en el Senado, que cuestione a veces algunos procesos dentro del movimiento, pero que no se salte las trancas. Cualquiera de estos dos personajes que no sea favorecido por el dedo divino, tal vez busque acomodo en los desprestigiados y vetustos partidos tradicionales, cuya marca más que ayudarle le perjudicaría. Imagínese a usted a Monreal o a Marcelo liderando una alianza PRI–PAN–PRD. Eso sería el fin de cualquier viso de ética o congruencia política y una garantía de derrota en 2024. Entonces queda la opción de que emigren a otro partido emergente que no tiene el desprestigio de los tradicionales, como Movimiento Ciudadano, un partido con un gran impulso y en franco ascenso. Pero López Obrador, astuto como es, también le está preparando un candidato a MC, un candidato limpio, honorable y sobre todo, con un nombre inmenso que le dará una gran popularidad: El joven Luis Donaldo Colosio, alcalde de Monterrey. De otro modo, no se explica la sorpresiva y grotesca defensa de la caricaturesca CNDH de Mario Aburto Martínez, asesino confeso de Colosio padre para que cuente su versión y los que están detrás del asesinato. Esto será para mostrar a Luis Donaldo Jr., como una víctima del perverso salinismo y su derivación, el neoliberalismo, al tiempo que cierra el paso para que Monreal o Marcelo se queden con la candidatura de MC, que se reservará para Colosio. Es genialmente perversa la estrategia de López Obrador, y queda claro, muy claro, que el jefe de campaña de Claudia Sheinbaum despacha en Palacio Nacional.