Autor, Víctor Hugo Hernández Cedillo: Cosas de niños

Hoy me tocó asistir a una junta en la escuela de mi hija. La maestra nos citó para la «Rendición de cuentas» por el fin del ciclo escolar. En dicha reunión nos proyectó un vídeo de cómo los alumnos metidos en temas políticos, decidieron llevar a cabo un debate breve, para así escoger al jefe del grupo de quinto del próximo ciclo escolar. Esto para despertar en los niños la inquietud de estar informados en lo que necesitan como grupo, y así, darles la capacidad de análisis, de intercambiar ideas, opiniones, de dar propuestas y sobre todo, de respetar las ideas de sus compañeros.
En todo el vídeo se puede ver como empezaron a organizarse para asignar a sus candidatos: tres niñas y un niño. Se pudo ver como elaboraron propuestas, prepararon una logística y una pequeña campaña para mostrar sus proyectos e ideas a sus demás compañeros; dentro de varias, me llamaron la atención dos: una niña propuso que todos los días durante el recreo dedicarían cinco minutos de su descanso para que todos los de su grupo recogieran la basura que pudiera haber tirada en el patio y otra, fue la de una niña que propuso que todos los días dedicaran una hora para debatir de diferentes temas, para salirse un poco de lo que marcaba la línea que deben llevar según los libros. La maestra actuó como moderadora y los demás alumnos serían los que votarían para asignar el cargo. Dentro del vídeo de 30 minutos, mostraron todo el trabajo de casi tres meses. A la mitad del vídeo, el único niño que estaba postulado decidió dejar la contienda porque decía no estar preparado para dirigir al grupo. Quedaron únicamente las niñas. En el corto debate, hubo respeto entre ellas, ninguna descalificó a la otra. Las únicas propuesta en la que estaban de acuerdo las tres, era de que una vez por mes todos deberían tener un convivio y que todas las niñas deberían ir al sanitario acompañada de otra niña. Cosas de mujeres, supuse.
En el pequeño debate, nunca hubo roces infantiles como el de: «Tú me sacaste la lengua», «Es que ya no te juntas conmigo», «Tú no me quisiste pasar la tarea», «Es que tú tienes una mochila de frozen y yo de Luna», etc. Todas fueron respetuosas, sólo se dedicaron a plantear propuestas. La votación se hizo de forma secreta y todos participaron. Cada quién anotaba en un papelito el nombre de su compañera con las mejores propuestas. Al final, la maestra quién actuó arbitrariamente, dio el resultado. Todos aplaudieron, las tres se siguieron hablando con respeto, y entre todos apoyaron a quién obtuvo más votos. No hubo riñas, ni comentarios clasistas. Entre los niños, no se ofendieron cuándo se enteraban por quién habían votado.
Al finalizar el vídeo, algunos padres mostraron su inconformidad; argumentaban que la maestra no debía salirse del programa de estudio y que no debían tener este tipo de debates con toques políticos, que aún no están maduros para eso. Otros estuvieron a favor de que se hiciera este tipo de dinámicas. La maestra expuso que todo era por el bien común dentro de la escuela. Los molestos decían que no sirve de nada y sacaron el tema real del domingo. Pocos empezaron a opinar: «el que quedó de presidente es un ignorante», otros defendían que la mayoría no puede estar equivocada, que no lo era. Con el calor político actual, se empezaban a encender los ánimos. La maestra apenada, intentó calmar los de algunos, pero le fue imposible y mientras más crecían los dimes y diretes, yo solo veía por la ventana, que los niños ya se encontraban jugando en el patio, todos se hablaban y sonreían. Mientras que en el salón únicamente quedaron los padres «maduros» que seguían ofendiéndose unos a otros…
Los adultos ni siquiera se percataron cuando los niños «inmaduros» se salieron a jugar con un Orgullo diferente, al que tenían sus padres adentro del salón, mismo que no los dejó valorar el esfuerzo de sus aprendizajes y por la dinámica de una sana convivencia: sin resentimientos, sin odio, sin prejuicios. Los enganchados seguían con un tema que según ellos, sólo deben llevarlo las personas maduras…

¡Vaya ejemplo de los niños!

Twitter: @Vichhc