Arena suelta: Manifiéstate, respetándote

Por: Tayde González Arias. Las muestras de afecto son esos sucesos de los que por fortuna todos hemos sido beneficiados, los públicos selectos entre los que encontramos sonrisas, saludos, guiños o caricias, no son muchos, por lo que hemos de procurar a estas personas y porque no, incluso los animales que también ronronean, lamen, y abrazan entre otras tantas señas de respeto, amor, cariño y demás enseres para el cuerpo y el alma.

Las manifestaciones artísticas denotan la primer impresión del talento que llegan a culminar en verdaderas muestras de profesionalismo en cualquiera de las bellas artes, mientras que en el ámbito social también suelen darse aquellas en las que se exigen derechos (casi nunca obligaciones) como: aumento de salario, equipos de trabajo ,aclaración, justicia y todo aquello que se considera debe de ser u ocurrir, estas acciones en este momento representan una opción para el cumplimiento, desde luego, después de agotar las instancias legales, correspondientes, sin embargo en ocasiones debido al desorden o al grado de violencia han sido motivo de repudio.

No se puede negar que las manifestaciones juegan un papel necesario en el desarrollo del humano, pues las muestras de gusto o disgusto además de ser propias del ser humano también señalan si debemos seguir o detenernos, estar alertas a los mensajes que pueden estar siendo enviados es algo que debemos desarrollar como intuición cada uno de nosotros, lo que nos ha de ser muy útil y necesario para mejor entendimiento de sí y los demás.

Manifestemos nuestras inconformidades cada que no sea necesario, cuidando los modos, las formas e instancias correspondientes, para cumplir el mandato de respetar el derecho ajeno al libre pensar, escribir, redactar y a transitar, pues anteponer un interés sobre el otro es no solo incorrecto sino transgresor hasta rayar o ser violento, mención especial son aquellas masas que se convierten en turbas que se dejan guiar con rencores personales o grupales que les llevan a los golpes, pintas o consignas inapropiadas. No es que pidamos manifestaciones suaves pero si consientes, ni mucho menos tocar el derecho a la libre manifestación, sin embargo preponderante es no pedir y al momento atropellar.

No es posible consentir un gobierno que solo responda a presiones como lo son las manifestaciones sociales, como tampoco es correcto, cuidando las proporciones, caer en el chantaje que pueda ejercer el niño mediante el berrinche o el momentáneo enojo, necesario es cuidar el estricto apego a la verdad y el derecho, pues es clara aquella premisa que afirmaba que hablando debe ser como se logre la meta, y no matándonos como hemos de entendernos.

Tomar cada uno lo que nos corresponde hacer y evitar el desgaste físico e intelectual, hay quienes en este momento se les menciona un rumor y en siendo expertos en la movilización y la alta grilla de inmediato salen tomar calles, casetas o edificios a estas personas alguien debe informarles que tiene la obligación de agotar las instancias que son comunales, municipales, estatales, federales e internacionales, y una vez que no se haga la justicia, aún analizar la vida en la que guardando la paz, un hombre como Gandhi, o una como Menchú, solo vivan tranquilos si no que han sido merecedores de respeto prácticamente en todo el mundo.

En el tema de las manifestaciones, unas hay que cuidarlas, otras que moderarlas y todas que expresarlas en los canales adecuados, cuando son como muchas veces espontáneas habrá que ser responsables, pero hemos de educarnos para no caer en imprudencias especialmente con aquellos detalles de disgusto, y en los que refieren buenos sentimientos solo actuar con cautela para no ser lastimados, heridos o abusados.

Vamos también a manifestarnos todos por la buena vida, siendo conscientes de quienes serán nuestros guías, nuestros iconos o maestros cuando nos toque elegir; esta tarea también es una expresión democrática y manifiesta voluntad de querer ser y estar en una línea de trabajo y pensamiento con un enfoque a favor o en contra de la sociedad. Se espera de lo que pasa en una contienda en donde se respeta la voluntad no solo el triunfo de la mejor propuesta, sino el exigir el cumplimiento de la misma, en cualquier caso como una máquina que o bien sonríe para agradecer o lo hace para engañar, procuremos lo primero, abrazar para decir te quiero o para al estilo de Judas traicionar, que no pase esto último. En la sociedad encontramos muchas enfermedades que buscan en la medicina el remedio, olvidando que es en cada uno de sus integrantes en donde se encuentra el antídoto.