Arena suelta: Deja hacer. Deja pasar.

Por: Tayde González Arias. Las cosas que hacemos responden a la voluntad o indicaciones para su realización, actuamos constantemente por intereses que son individuales o sociales, lo que nos mueve a llevar acciones para beneficio y perjuicio, sin embargo en muchas ocasiones llevar a cabo acciones detrás de un telón, bajo extrema cautela o secrecía hace que las cosas buenas parezcan malas.

Es importante no desvirtuar la realidad de lo que hacemos, lo que debe transcurrir que pase lo más público posible, lo más evidente y claro, para evitar el conflicto que trae aquellas personas que llegan a considerar que el mudo confabula en su contra, pues hay esas personas que consideran contantemente estar hablando de ellas, si a escondidas encuentran sollozando sobre algún tema, o se apartan para tratar algún asunto. No encuentro mayor dificultad (aunque para algunos lo llegan a considerar grosero), en el hablar para pedir conversar en privado, para comentar que se retiren del lugar o externar que se van a separar para tratar un asunto personal, frente a todo lo que se pueda llegar a hacer pensar.

Hablar de frente y hacerlo claro, nos ahorra tiempo y calidad en la conversación, facilita la comunicación efectiva y nos separa de conflictos que bien pudieran evitarse, no es agradable el ser señalados por desvirtuar una verdad, y se repele ese señalamiento cuando se aclaran las dudas y se transparentan los temas, tampoco es bueno que vivamos pensando que todo mundo conspira en nuestra contra, dejar hacer y dejar pasar es el principio de la economía que debe aplicarse en nuestra vida.

Dejemos que pase lo que tenga que suceder, procurado cada momento no dejar dudas de las buenas intenciones para lo nuestro y los otros, hacer armoniosa nuestra vida en gran medida depende de nosotros mismos, pues la conducción de nuestros modos y formas no se le pueden atribuir a nadie más que no sea a nuestra propia persona, dejar de culparnos y enfrentar cada cosa que se presenta con actitud de superación que fortalecerá cuerpo y mente y nos hará vivir sin presiones.

Que pase lo que tenga que pasar, una vez que llevamos una vida honesta de vivir, razonable al convivir y amorosa con los nuestros, pues el devenir cotidiano con esos cuidadnos no podrá ser menor, ni fatal, mucho menos desagradable. Depende cómo pides y qué pides de la vida para que se te den las cosas. De tal suerte que hablar claro dé como resultados respuestas certeras y dejar dudas serios problemas.

Así como los medios de comunicación generan extraordinarias campañas publicitarias para vender y les vemos y nos convencen, también cada uno de nosotros debemos crear ideas claras y precisas que nos faciliten la vida con nosotros y los demás, si tenemos claro que queremos, así mismo vamos a comunicarlo, si creemos no tener las palabras correctas o exactas, podemos esperar unos segundos pero probablemente con el léxico que tengamos sea suficiente para dar a conocer nuestras intenciones.

No nos ahoguemos en un vaso de agua, y si alguien no quiere escucharnos o respondernos, eso ha de ser ahora, pero mañana tus ojos verán nuevas personas y más oídos para continuar la convivencia.

Nadie es dueño de todas las palabras, pero sí de las suyas, nadie tiene la mejor manera de hablar porque es un bien que cualquiera puede adoptar, practiquemos los mejores modales y conductas que garantizan en gran medida lo mismo de regreso, el secreto en tener lo que quieres que pase o aquello que deseas esta en lo que realizas hoy, en lo que trabajas en este momento, en la labor que estas desempeñando, pues así como nunca se ganará la lotería por mucho que sea su deseo quien no compra el boleto, tampoco es merecido ser rico sin esfuerzo o sin haber movido un dedo.

Para que la vida sea plena se requiere de que además que sea una meta, se practique para ello, el sabor del triunfo solo es dulce cuando hay esfuerzo, no hay talento en el desgano ni en la indisciplina, solo hay verdad cuando nos esforzamos en que no se oculte nada, por pequeño o grande que sea el detalle. La grandeza de los hombres esta en la historia que cada día escribimos.