Ángel Espino García, Contemplando la Creación: EL CORONAVIRUS, UNA FÁBRICA ENVENENADA

1.- He aquí un fragmento del escritor y pensador Samaniego: “Con varios ademanes horrorosos, los montes de parir dieron señales; consintieron los hombres temerosos, ver nacer los abortos más fatales. Después que con bramidos espantosos, infundieron pavor a los mortales, estos montes, que al mundo estremecieron, un ratoncillo fue lo que parieron”. Hay autores que en voces misteriosas, nos anuncian ideas portentosas; pero suele ser el gran parto de su pensamiento, solo un viento y viento huracanado.

2.- ASI EN LA VIDA.- Los poderosos de la tierra se reparten las riquezas del mundo: petróleo, gas, oro, uranio y comercio. Cuando advierten que surge un país con más fuerza, toman acuerdos secretos para planear y aplastar al que crece. Es como cuando dos abogados o más, toman acuerdos secretos para exprimir a sus clientes y dar el triunfo a quien ofrezca el mayor billete. O como cuando un futbolista destaca, y en lugar de apoyarlo o aprender sus jugadas, lo golpean en las espinillas para que no crezca. Es la envidia.

3.- LA REALIDAD.- China crece en forma impresionante, en la política, en lo social y en lo comercial. Es un pulpo que tiene sus tentáculos en cualquier país del mundo. A la fecha no ha habido quien le ponga una zancadilla. Algunos jefes de estado, al ver la enorme economía del monstruo, toman acuerdos secretos para frenar al gigante, y del arsenal de armas químicas y biológicas que hay, siembran el veneno ideal para lastimar a millones de personas para que el mundo sufra y se vuelva en contra del pulpo.

4.- EL PORVENIR.- Seguramente los poderosos ya tienen el remedio y el trapito. Pero antes de aplicar el medicamento a las multitudes, prefieren aplicarlo a ellos mismos y allegados, para estar inmunes y lograr sus objetivos: doblegar al gigante y obtener sus ganancias. Qué triste que los grandes de la tierra en lugar de unirse para apoyar a los pobres, los hagan sufrir más y los hundan en el dolor y en la miseria.

5.- LOS PLANES DE DIOS.- Sea involuntario o se maldad del hombre, los planes de Dios son de amor, pues nuestro Padre obtiene para sus hijos, bienes de los males y nos espera con todo su corazón, como el padre del hijo pródigo, para que el mundo tenga fe, regrese a Dios que nos ama, y que se cumpla lo que dijo Cristo en la última Cena: “Padre, que todos sean UNO, como Tú y Yo somos UNO, para que el mundo crea que Tú me has enviado”. Cuidemos el planeta. ¡Salvemos lo verde!