Angangueo y Tlalpujahua: pueblos mineros llenos de magia.

Por: Olivia Tirado Nieves

Angangueo, Mich.- Los pueblos mineros de la región Oriente son Tlalpujahua y Angangueo; mismos que atraen al turista durante todo el año. La gente que acude puede conocer las minas y hacer recorridos por los sitios más importantes de los Pueblos Mágicos; así se nutren de su historia, cultura y tradiciones.

La gente puede acceder a estos pueblos desde dos autopistas, una es la de Occidente (Guadalajara- México), entran por Tlalpujahua y llegan hasta Angangueo y la otra es la Toluca-Zitácuaro; donde inician por la Puerta de Oriente (Zitácuaro), recorren Ocampo, Angangueo y Talpujahua.

Tlalpujahua es de los municipios que más aporta en este recorrido turístico, donde la gente puede durar todo un fin de semana para poder disfrutar de los atractivos que ofrece, ya que son diversos. Además de su arquitectura, existe la gastronomía, artesanías, la historia latente de los hermanos López Rayón; pueden disfrutar de las visitas guiadas a las iglesias, conocer las historias que encierran, los milagros registrados, el estilo de estos templos y más.

Tlalpujahua tiene impregnado el olor a naturaleza, a provincia, a magia y navidad. Su esencia se respira a cada segundo; por lo que recorrerlo por sus calles empedradas, será una gran aventura. Algunas calles llevan a los talleres, que durante todo el año elaboran esferas; por lo que los turistas verán el proceso de ellas en sus formas variadas y diversos colores.

En la gastronomía sobresale la cabeza horneada con pencas de maguey; misma que se puede degustar en el mercado municipal. La conserva la pueden encontrar en algunas casas o bien en los portales. Los licores, mermeladas, frutas en almíbar rompope y más, la especialista es Casa Morales

Por otra parte Angangueo también nombrado Pueblo Mágico tiene vestigio de pinturas del artista barroco Cristóbal de Villalpando, sus tradiciones como la fiesta del tres de mayo y una vista panorámica desde el monumento al minero anónimo. Sus dos iglesias San Simón Abad y La Inmaculada Concepción, son pilares católicos que hablan de la fe que existe en la población. La gastronomía es parte fundamental de los pobladores, pues se distinguen en elaborar platillos como el mole de zanahoria, pozole de trigo, atole de higo, las corundas cubiertas con hojas de acelga que se degustan sin desprender la hoja. Su diversidad gastronómica impacta a cualquier comensal, nacional o extranjero.

Angangueo no se limita, pues es un pueblo ideal para el ecoturismo, ya que el visitante, además de contemplar el vuelo nupcial de la Monarca, también llamadas Hijas del Sol, tiene el privilegio de observar más de 170 especies de aves; muchas de ellas migratorias; aunado a la flora y fauna que posee. Lo más asombroso es que esta actividad se puede ejercer desde cualquier balcón del pueblo, pues desde ahí se aprecian los bosques y los diversos animales.

Aunque la magia no sólo se da en el día, sino también en la noche, pues, por la ubicación del pueblo, permite mirar al firmamento y observar las estrellas, con una magia especial, fascinante y única.