Arena suelta
Por Tayde González Arias
A qué le tiras cuando gritas; ¡viva México!, mexicano.
Qué tan mexicana es la fiesta mexicana, la fiesta mexicana realmente es mexicana o solo nos han vendido la idea de lo que debemos hacer en determinada fecha, estás pregunta nacen en el marco de algunas de las explicaciones que dan, algunos autores acerca del maquillaje o los cuentos a modo, que se tuvieron que escribirse para realzar el sentido patriótico nacional.
Como si se tratase de ganar algo, o de recibir algún premio por llegar al fondo de las cosas, no falta quien pone en duda, la verdad de las cosas, y no se aleja de ésta condición, el asunto de la independencia de México, independencia que se lograra, al entregar vidas, al vivir sufrimientos y precariedades, frente a los españoles que desconocían, infringían, y violaban los derechos políticos para que los mexicanos, pudiésemos autogobernarnos.
Si se habla del sentido patriótico de la independencia de los mexicanos del yugo español, vale la pena la mención de qué, lo que se pretendía de origen, era el acceso al poder de los nacidos en territorio azteca, es decir, que no tuvieran que ser forzosamente los extranjeros colonizadores, los que decidieran el destino de nuestra patria.
De modo que de alguna manera, lo que celebramos a mitad del mes de septiembre, es el acto de insurrección para que nuestro país, pudiera ser gobernado por los nacidos en ésta patria.
El sentido de las arengas, o las vivas, tiene un enfoque cargado de política, de aspiración de poder, y de coraje, por la impotencia de acceder al gobierno o a espacios de autoridad que en su momento eran negados a los connacionales. Aunque han pasado 209 años, desde que se descubrieran a los rebeldes, cuyas reuniones clandestinas se habían dado desde Valladolid Michoacán, hasta Dolores Guanajuato, el interés en común era, quitar del poder a los españoles, que eran el grupo cupular que sometía, hasta la actualidad, los ciudadanos de México, seguimos cargando cadenas, como presidiarios de un sistema que sigue beneficiando sólo a unos cuantos, pues no es para nadie desconocido que los que mandan en el “cuerno de la abundancia, son los que tienen para comprar voluntades, los del capital que han hecho y seguirán haciendo de todo para mantener las cosas como les conviene.
Si el movimiento de la independencia, como el de la revolución mexicana realmente hubiesen servido para fines sociales, entonces ya habría otro Juárez, ya tendríamos una democracia de avanzada y no los “pininos” de sistema de corruptelas y
entreguismos en el que vivimos, o porqué parece en muchos pueblos de México, que se tiene que apellidar el sujeto de una u otra forma para ser gobernante, porque los cacicazgos seniles, prevalecen, y las presidencias municipales, las gubernaturas e incluso los cargos más sencillos dentro del sistema políticos y burocrático, se han pasado entre los nietos, los hijos, los compadres o los amigos.
No existe independencia alguna, cuando no accesa a un cargo púbico el más calificado, sino el militante del partido en turno, no hay independencia cuando se vive a merced del señor del dinero, y se ponen los cargos públicos en cerebros incapaces de identificar una letra de la otra por lo redondo. La verdadera independencia, y el verdadero sentido de salir a un balcón a gritar la palabra libertad, sin temor a equivocarme seria, que se estuviera trabajando porque el suelo fuera más parejo y la balanza igual, y no cuando se sigue sabiendo y se sostiene e incluso se es parte de un aglomerado rancio de gente que va por la vida hablando de ayudar a los demás, y de trabajo digno e incorruptible, pero acepta, permite y fomenta, que los graduados de las universidades estén desempleados, y su equipo de trabajo no solo sea de ignorantes e iletrados, sino que la línea por la que se conduzcan en su ética y su moral, sea más chueca que la rama del árbol más alto del cerro de Chapultepec.
Definitivamente que llegamos al 2019, bajo duras penas y problemas por afrontar, y la primera de ellas es que los pobres, y los de a pie, conozcan el valor que guardan al ser mayoría, y con ese número mayor hacer valer sus ideas, bajo la iniciativa social, con la visión a futuro, acompañados de la acción democrática, en la que el sufragio efectivo pueda impedir el seguir votando por los que no han hecho nada a pesar de haber sido, en más de una ocasión, y en más de alguno de los poderes, sus autoridades.
La independencia de México, y la Revolución Mexicana, se logrará en la práctica cuando veamos erigirse a otra persona de la comunidad, como diputado, como presidente o gobernador, y que sabiendo la cosmogonía, la cosmovisión del pueblo al que pertenece, actué como un docto y haga por su patria, lo que su pueblo le exige; igualdad y progreso.