Malos hábitos alimenticios provocan el abuso de antiácidos
Como todos los medicamentos pueden provocar eventos adversos y la probabilidad de tener uno de ellos aumenta con el tiempo de uso
En un país como México dónde se comen muchos alimentos picosos, irritantes y grasos, como las canitas, el pozole o la pancita, es común que la población padezca de hiperacidez, por ello utilizan muchos antiácidos para atender el ardor del estómago, las agruras y el reflujo, sin embargo, se debe cuidar su aplicación.
Éstos medicamentos pueden evitar la absorción de nutrientes, vitaminas y otros fármacos del estómago a los intestinos y la sangre; se debe saber cuándo y en qué condiciones se pueden tomar, sostuvo Gilberto Castañeda Hernández, investigador del Departamento de Farmacología del Cinvestav.
“El mexicano come mucho chile y ácido (limón), que irritan el estómago; además, ingiere bastantes grasas (crema, fritanga, médula o chicharrón, entre otras) que provoca un vaciado lento del estómago y una acumulación del ácido que ahí se produce; por otro lado, el estrés hace que se produzca más ácido en el estómago y ese exceso de ácido genera las típicas agruras que se controlan con los antiácidos”, explicó el investigador.
El antiácido no cura, sobre todo los del tipo de pastillas masticables, simplemente ofrecen una capa protectora, pero muchas veces el estómago sigue produciendo ácido porque identifica un problema y puede ocasionar consecuencias graves como úlceras, hemorragias y en personas mayores hasta la muerte; también pueden provocar problemas óseos y se ha reportado un cierto riesgo de demencia; pero esto se presenta cuando hay abuso, si se usan bien, son medicamentos muy seguros.
Los antiácidos que existen en el mercado son efectivos para la hiperacidez (las agruras) causadas por cualquier tipo de estímulo, por lo tanto, controlan las agruras sin importar el tipo de alimentos que las causan y también son efectivos para las agruras causadas por el estrés o por otro tipo de patologías.
La mayoría de los antiácidos se usan de manera episódica, es decir, cuando se tienen agruras por exceso de comida o al ingerir alimentos irritantes y por estrés; si una persona tiene agruras, toma el antiácido, se alivia y ya, es una sola toma.
Ahora bien, si las agruras son muy frecuentes, se puede administrar un tratamiento con ciertos antiácidos, como el omeprazol, por 14 días (dos semanas). esto debe de controlar las agruras por varias semanas. Si a pesar de tomar el omeprazol u otro antiácido por el periodo indicado, siguen las agruras, se debe acudir al médico hay para ver que está pasando.
“Los antiácidos, como todos los medicamentos, pueden provocar eventos adversos y la probabilidad de tener uno de ellos aumenta con el tiempo de uso; por lo tanto, nunca se debe tomar un antiácido por más de 14 días, excepto cuando se hace por indicación médica, como es el caso de enfermedades como el reflujo gastrointestinal y otras enfermedades”, explicó Castañeda Hernández.
Los problemas de hiperacidez por exceso de alimentos se presentan en ambos sexos y en todas las edades; en general, son causados por malos hábitos alimenticios y/o estrés. Cuando hay reflujo gastroesofágico, el ácido pasa del estómago al esófago porque la válvula que los separa (llamada cardias) no cierra bien, hay que tratarlo de inmediato. Esto puede suceder desde el nacimiento. El ácido que sube produce quemaduras muy dolorosas.
En algunos casos, el reflujo se da a edades más avanzadas, adolescencia y edad adulta, porque la válvula que separa al esófago del estómago pierde fuerza al cerrarse. En estos casos, se usan los antiácidos de manera crónica, pero en ocasiones, si el reflujo causa daños graves, hay que operar para restablecer la fuerza de la válvula.
El abuso de ciertos fármacos no es un problema exclusivo de México, es un fenómeno mundial; las personas prefieren tomar un medicamento rápidamente en lugar de ir a consulta médica, esto reduce costos y tiempo, pero tiene riesgos, porque el paciente no sabe exactamente qué está tomando; si toma un medicamento contraindicado o en dosis excesivas, puede producirse un daño serio.
“El problema en México es que muchos medicamentos que necesitan receta se venden sin ella y eso permite la automedicación. En Estados Unidos, Canadá y otros países, no se venden estos productos sin receta. En el país, con excepción de antibióticos y psicotrópicos, en la farmacia se venden prácticamente cualquier cosa sin receta”, señaló Gilberto Castañeda Hernández.