Arena Suelta Por: Tayde González Arias
Una casa dividida nunca podrá sostenerse.
Las conductas separatistas nunca se han mantenido totalmente ajenas en el pensamiento humano, las ganas de autonomía y autodeterminación son tantas que se han hecho las guerras con tal de obtener soberanía. Los valores entendidos son claros cuando se trata de obtener nuestros propios recursos y cuando se tiene que emprender una lucha para ser nosotros mismos los que tomemos la batuta de nuestras vidas o nuestros destinos.
Existen muchos países en los que se decidió ser una federación o ceñirse a una unión, sin embargo, aunque lo sean por pacto, o acuerdo hay los férreos creyentes que lo mejor es estar separados, de ahí los conflictos en los que viven Inglaterra o España, por ejemplo. En los que no sólo son ideas políticas separatistas, si no que se han emprendido verdaderas batallas por lograr la autonomía, cabe destacar la diferencia que tienen estas ideas beligerantes con el resto del territorio del que forman parte y es que no sólo se habla un idioma o lengua distinta a los de la mayoría, sino que se cuenta con un capital artístico, cultural e histórico, que pareciera que determinaría que deben ser países distintos o comunidades autónomas.
En el caso de España por ejemplo, Barcelona tiene su propia personalidad, respecto de Madrid y la diversidad lingüística, además de marcar una diferencia, también se hace notar en lo cosmopolita de la ciudad, a más del compendio extraordinario de artistas catalanes de prácticamente todas las áreas; vamos, tendrían con qué ser autónomos, sin duda, al contar con elementos esenciales de un país. Hablamos de Europa, pero en el caso de América no es tampoco ajeno, el tema separatista o de autonomía, pues siendo honestos, basta con conocer de los últimos estados que se adhieren al pacto federal en el caso de México y de cómo Chiapas o Yucatán, (especialmente este último), desarrollaron sus muy especiales métodos de vida y formas comunes en las que parecieran estar más alejados no sólo territorialmente, sino en su cosmovisión y nivel de vida del resto del país; lo que se puede apreciar en sus desarrollos turísticos, centros y eventos culturales, arraigo y apego a la diversidad lingüística y el poco acercamiento para convivir con los demás estados.
El separatismo no es sólo una cuestión, del macro mundo, si no también del micro país, incluyendo las comunidades y haciendo especial énfasis en las áreas indígenas. En el estado de Michoacán, por ejemplificar, se encuentra el municipio de Cherán, ubicado en la meseta Purhépecha, un pueblo que a pesar de contar con escuelas bilingües de todos los niveles, desde preescolar hasta educación normal, e incluso educación tecnológica, no le fue suficiente el apoyo y recurso del gobierno y decidió que el 5 de febrero de 2012, tomaran posesión un consejo mayor, siendo éste, la máxima autoridad y erigiéndose como único y por supuesto primer municipalidad autónoma de dicha entidad.
Esta conducta beligerante y separatista, aconteció en el marco de serios problemas de inseguridad y delitos contra el medio ambiente, pero lo cierto es que muchas veces sólo se busca encontrar un pretexto, o como en este caso, algún elemento legal para buscar separarse de un sistema, que para muchos ha sido rebasado o un estado de derecho, que para otros no existe.
El mundo ha visto separaciones que han marcado la vida de los seres humanos que radican en esos lares, y muchos otros movimientos de separación y segregación se seguirán recordando porque los intereses políticos, económicos o sociales son tan grandes y elevados que llegan a justificar hasta la pérdida de vidas y la elevación de mártires, por causas y objetivos de autonomía.
Así Cataluña de España, seguirá en su propio rumbo por la autodeterminación, sólo habiendo tiempo y ruego por acuerdos en el marco de la paz, mismos que prevalezcan para casos similares, como lo son por su pronto proceso de autonomía, los de Timor Oriental y Kosovo y guardando las proporciones Sudan del Sur y/o Escocia respecto del Reino Unido