Un bosque bajo el asedio inmobiliario
Francisco Javier y Ricardo Funtanet Mange, empresarios cercanos a políticos del grupo Atlacomulco, fueron beneficiados con una serie de permisos fast track para derribar cerca de 200 mil árboles y, en su lugar, construir 20 mil viviendas en el municipio de Jilotzingo, Estado de México.
Por Marcela Nochebuena/MCCI
Faltaba sólo un mes para que Eruviel Ávila dejara de ser gobernador en el Estado de México, cuando los hermanos Funtanet Mange, cercanos al grupo político de Atlacomulco, obtuvieron el último de los permisos necesarios para transformar un bosque de encino de 186 mil 504 árboles en el mayor desarrollo inmobiliario construido en los últimos 13 años en el Estado de México.
La autorización final para edificar —en una zona boscosa del municipio de Jilotzingo— 20 mil viviendas del proyecto bautizado como “Bosque Diamante”, se publicó el 1 de agosto de 2017 en la Gaceta Oficial del Estado de México. En octubre de 2018 comenzó, en forma discreta, la tala de árboles en el camino Espíritu Santo-Chiluca.
La empresa que tramitó y obtuvo todos los permisos para el desarrollo inmobiliario es Bosque Avivia 58, aunque en algunos documentos se presenta como Grupo Avivia. En la escritura 43679es posible conocer que los accionistas mayoritarios son los hermanos Ricardo y Francisco Javier Funtanet Mange, empresarios inmobiliarios del Estado de México y cercanos a políticos del grupo Atlacomulco.
Francisco Javier Funtanet Mange, además de ser empresario, también ha incursionado en la política: fue secretario de Desarrollo Económico en la administración del exgobernador Arturo Montiel y diputado local durante la gubernatura de Enrique Peña Nieto. Cuando fue legislador, entre 2009 y 2012, presidió la Comisión de Protección Ambiental.
La empresa de los hermanos Funtanet Mange obtuvo los permisos para construir Bosque Diamante gracias a cambios al uso de suelo realizados por un presidente municipal que omitió requisitos indispensables. Lo logró también mediante una modificación al uso de terrenos forestales que autorizó la propia Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), luego de contradecirse en sus propias valoraciones donde había calificado al proyecto como inviable por fragmentar el ecosistema e ignorado la opinión negativa al proyecto que presentó la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio). Y lo hizo pese a que había inconsistencias en la acreditación de la propiedad.
El proyecto inmobiliario de los Funtanet no sólo se benefició con la rápida entrega de los permisos para su construcción. Este conjunto urbano contempla una salida directa a la autopista —en construcción desde principios de 2017— que conectará al municipio de Atizapan con Atlacomulco, cuna de gobiernos priistas del Edomex.
Otros dos desarrollos de los hermanos Funtanet, Bosque Esmeralda —autorizado en 2005 en terrenos de reserva ecológica— y Bosque Real serían accesibles, por vías rápidas, a sólo 10 y 30 minutos de distancia del lugar donde se proyecta levantar Bosque Diamante, que abarcaría 236 hectáreas del municipio de Jilotzingo, zona que forma parte del área de recarga acuífera para los valles de México y Toluca.