Tratamientos con células madre no son curas milagrosas
“Aunque la investigación en este campo siguen siendo rayos de esperanza terapéuticos, la realidad es que aún no estamos curando a las personas”, Terry Devitt.
Las terapias basadas en el uso de células madre han aumentado de forma masiva desde que en 2014 se publicara el primer estudio sobre el primer caso de cultivo de células madre embrionarias, sin embargo es importante tener cuidado porque las clínicas que las anuncian pueden llegar a prometer cosas que van mucho más allá de lo que la ciencia ha logrado demostrar.
Al respecto, durante el ciclo de conferencias titulado “Los nuevos horizontes de la ciencia”, que se llevó a cabo en la Universidad de George Washington en Washington, Estados Unidos, el periodista Terry Devitt explicó que el prospecto de un abasto inagotable de células que se puedan usar para tratar enfermedades que a la fecha no tienen cura, como Parkinson, diabetes, heridas en la médula espinal, o incluso problemas cardíacos ha disparado un uso inapropiado por parte de las clínicas que claman tener la cura “para todo” a base de células madre.
“Aunque las células madre embrionarias e inducidas siguen siendo rayos de esperanza terapéuticos, la realidad es que aún no estamos curando a las personas con su uso. Eso tomará más tiempo, lo que no es sorprendente para todos los que conocen el camino del laboratorio a la clínica, sin embargo para el público la sola idea de que se puede vivir con un suministro inagotable de células de reemplazo que eventualmente se pueden usar para tratar una gran gama de enfermedades ha causado sensación”.
Aunque en México el uso de este tipo de terapias apenas está despegando, es importante que todos aquellos que decidan hacer turismo médico para buscar el tratamiento en otros países tengan en cuenta que las células madre llegaron cargadas de controversia y no son la cura milagrosa para todos los males, como muchas clínicas las quieren hacer ver.
Al respecto, la periodista Marilynn Marchione ahondó en el hecho de que muchas personas han visto una oportunidad en las células para dar servicios directos a los consumidores, y las condiciones, para las cuales la ciencia no tenía respuesta, son perfectas para dicho fin.
“El efecto placebo es enorme, especialmente cuando se trata de la percepción del dolor. La investigación ha demostrado que mientras más se paga por un tratamiento es más probable que se crea que está sirviendo”, dijo Marchione.
Pese a esto, Peter Marks, director del Centro para la Evaluación e Investigación Biológica de la Administración de Fármacos y Alimentación (FDA por sus siglas en inglés) en Estados Unidos, advirtió que el uso de células madre para malestares tan básicos como la migraña o el dolor de articulaciones debe ser tratado con cautela por parte de los consumidores.