TERCERA GUERRA MUNDIAL
TERCERA GUERRA MUNDIAL
ARENA SUELTA
POR TAYDE GONZÁLEZ ARIAS
La inminente intervención Rusa a Ucrania, mantiene en vilo al resto del mundo ante lo que algunos han denominado el inicio de la tercera guerra mundial. En 2014, después de que las protestas masivas conocidas también como Euromaiden en Ucrania derrocaran al presidente cercano al Kremlin, Viktor Yanukovich, el gobierno de Putin invadió y anexó la península ucraniana de Crimea, una medida que tanto Europa como Estados Unidos tildaron como ilegal.
El golpe fue contundente y parecía que la expansión crecería en poco tiempo. Tanto funcionarios ucranianos como
occidentales siempre sostuvieron que Rusia ha apoyado a los separatistas de las regiones de Donetsk y Lugansk.
Los enfrentamientos en la región eran constantes. El derribo de un avión con 298 pasajeros con un misil tirado desde la zona separatista ucraniana fue una de las consecuencias del conflicto. Hoy, Ucrania y Occidente aún apelan a este acuerdo como el camino diplomático para solucionar el conflicto. Sin embargo, las fibras cada vez son más delgadas y, conforme la tensión crece, respetar el tratado cada vez parece menos probable.
El acuerdo original, alcanzado entre Rusia y Ucrania en septiembre de 2014, fue firmado después de extensas conversaciones en Minsk, la capital de Bielorrusia, bajo los auspicios de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE). En ese momento se estableció como una hoja de ruta para poner fin a los enfrentamientos en la zona de Donbass (que integran Dontesk y Lugansk). El acuerdo fue alcanzado tras varios intentos de poner fin a los combates y, tras su firma, se acordó un alto el fuego inmediato con un protocolo de 12 puntos para solucionar el conflicto. Pero el acuerdo fracasó rápidamente, con violaciones de ambas partes.
Las negociaciones de paz, sin embargo, continuaron, tras maratónicas conversaciones entre Putin y los líderes de Ucrania, Francia y Alemania, en febrero de 2015 se llegó en Minsk a un nuevo acuerdo (Minsk II) de alto el fuego. Sin embargo, los enfrentamientos nunca cesaron. Putin siempre dijo que Ucrania no tenía intención de implementar los términos del acuerdo. Kiev había buscado enmiendas al pacto, que se negoció después de que las tropas ucranianas sufrieron una serie de ataques. Estados Unidos y otros aliados europeos habían expresado su apoyo al pacto y habían pedido a todas las partes que cumplieran con su parte del trato.
El acuerdo del alto al fuego firmado por Rusia y Ucrania en septiembre del 2015 fue un plan desarrollado por los entonces presidentes franceses, Francois Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel.
Los “acuerdos de Minsk” -o más bien la violación a estos- se ha convertido en una excusa para justificar la presencia militar rusa en las fronteras ucranianas. El consenso de la mayoría de los países es que este tratado está roto. Aun así hay organismos y referentes políticos que aún refrendan el tratado como algo posible. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha sido uno de los interlocutores más importantes en el conflicto, escudándose en este acuerdo.
Los intentos anteriores de Macron no impidieron el incremento de la presencia militar rusa en las fronteras ucranianas, pero la esperanza de que el trabajo diplomático tenga éxito no nos abandona”, declaró hace dos días Amnistía Internacional (AI) en un comunicado.
En la actualidad sigue siendo prioritario avanzar en los acuerdos de paz de Minsk, firmados en 2015 por Kiev y los separatistas y refrendados por el Consejo de Seguridad después de que Rusia invadiera la zona del este de Ucrania en 2014, y que en la actualidad avanza a un paso agigantado a lo que podría ser la tercera guerra mundial.