Poeta del Centro Penitenciario de Apatzingán gana Concurso Nacional de Poesía
-Fue elegido por unanimidad entre 449 obras de todo el país
Morelia, Michoacán, noviembre de 2021.- Con un reconocimiento a la excelencia por su manejo del lenguaje, Ricardo Colín García, persona privada de la libertad del Centro Penitenciario de Apatzingán, obtuvo el primer lugar en el 26° Concurso Nacional de Poesía “Salvador Díaz Mirón”, en la categoría de lengua español.
Por unanimidad, los jueces del concurso determinaron que la obra de Colín García, titulada “Legado”, era la mejor exposición entre los 449 poemas presentados en el concurso, toda vez que mostraba “un verso, fluido, buen manejo del vocabulario y figuras retoricas, así como musicalidad en sus versos”, además de que en este el autor expresó “su deseo por ser recordados por su pertinaz búsqueda del sentido de la vida”.
De acuerdo a los lineamientos del concurso, el premio consistirá en un apoyo que será otorgado a los familiares directos que el ganador determiné mediante una carta.
El 26° Concurso Nacional de Poesía “Salvador Díaz Mirón”, está convocado por la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en conjunto con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, a través de esta Dirección General de Instituciones Abiertas Prevención y Readaptación Social.
A continuación el poema ganador:
L E G A D O
Estos trazos en hojas que no serán nunca verdes,
Testimonio, mejor dicho testamento del que muere,
Sonidos de mis manos… frases silentes,
Fragmentos de mis yo… Los otros están ausentes,
Mensajes dirigidos a todos los nadie,
Relaciones de la fracasada conquista de mí mismo,
Obituario de todos los cadáveres de mis sueños,
Diario sintetizado, pues nadie lo empezó,
Mi nombre no vivirá por siempre,
Nada quedara para que los hombres de voz articulada lo recuerden,
Y aunque no importa finalmente,
No ser después de ya no estar, es algo peor que la misma muerte,
Me pregunto ¿significara algo hacer algo significante?
¿Dejar escritos? ¿Dejar algunos hijos? ¿Dejar algún invento?
¿Valdrá la pena conocer el amor…amar?
¿O se debe desaparecer sin dejar rastro?
Y es entendible, cuando veo en el espejo mi rostro,
Desgraciadamente es el único que tengo,
La vida… esta maldita y dulce vida es lo que me dejo,
Me veo en la superficie reflejada y eso no soy yo,
Y no es que me niegue a la evidencia como los jueces,
Y no es que reniegue de lo que fui y lo que soy,
Pero me gustaría….
Que al irme del presente, gracias a mi pasado,
Existiera algo de mí para los del futuro.
Ricardo Colín García
“Dedicado a mi pequeña hija Verónica.”