La mayoría de las galletas, granolas y avena contienen este tóxico herbicida
Por el Dr. Mercola A principios del año, los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California, en San Diego, informaron que en las últimas décadas se había suscitado un incremento drástico en la exposición al glifosato y, luego, en los niveles encontrados en el cuerpo de las personas.
Como era de esperarse, la introducción de los cultivos transgénicos (GE) denominados «Roundup Ready» ocasionó un aumento masivo en la aplicación del Roundup, cuyo ingrediente activo es el glifosato. Además, el glifosato se ha convertido en una herramienta popular para desecar los granos, legumbres y frijoles que no son transgénicos, lo que ha fomentado aún más la aplicación de esta sustancia química.
Entre 1974–el año en que el glifosato empezó a comercializarse en los Estados Unidos–y 2014, su aplicación se incrementó más de 250 veces.2,3 A nivel mundial, el uso del glifosato se ha multiplicado casi quince veces desde 1996, dos años después de que los primeros cultivos transgénicos empezaran a comercializarse.
Ahora, cada año los agricultores aplican casi 5 000 millones de libras (más de 2 mil millones de kilogramos) de glifosato a los cultivos agrícolas alrededor del mundo.
4 En los Estados Unidos, se utilizan alrededor de 300 millones de libras en las tierras agrícolas. Según los investigadores, pocos tenían niveles detectables de glifosato en su orina en 1993, cuando comenzó el estudio.5 Para 2016, el 70 % presentaba niveles detectables.6 En general, entre 1993 y 2016, los niveles de glifosato en los cuerpos de las personas aumentaron en un 1.208 %.
Las pruebas revelan que los alimentos están ampliamente contaminados con glifosato Si bien, Monsanto argumenta que el Roundup (y en general, el glifosato) es absolutamente seguro, cada vez más investigaciones indican todo lo contrario, por lo que se ha vuelto indispensable evaluar qué cantidad de glifosato contienen los alimentos.
Por desgracia, aunque el Programa de Datos de Pesticidas del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) cuantifican los residuos de pesticidas en los alimentos, ninguno ha incluido al glifosato en sus pruebas oficiales. El USDA prometió empezar las pruebas de glifosato en 2017, pero pocos días antes de comenzar la prueba, el programa fue cancelado.
La razón nunca se ha revelado. La única vez que el USDA analizó los niveles de glifosato fue en 2011, cuando se analizaron 300 muestras de soya y se descubrió que todas estaban contaminadas. Mientras tanto, en 2016 la FDA comenzó un programa de pruebas limitado para el glifosato, en el que se encontraron niveles elevados de esta sustancia química en productos de avena y miel, pero la agencia no publicó los resultados.
Ahora, los correos internos de la FDA obtenidos por la periodista de investigación, Carey Gillam,7 a través de las solicitudes hechas de acuerdo a la Ley de Libertad de Información (FOIA, por sus siglas en inglés), se revela que el Roundup está presente en prácticamente todos los alimentos analizados, incluyendo a la granola y galletas saladas. Gillam escribe:
«[L]os documentos internos obtenidos por The Guardian demuestran que la FDA ha tenido problemas para encontrar alimentos que no contengan rastros del pesticida. ‘He traído galletas de trigo, cereal de granola y harina de maíz de mi casa y todos estos contienen una cantidad considerable’, escribió el químico de la FDA, Richard Thompson, a sus colegas a través de un correo electrónico sobre el glisofato, el año pasado … el brócoli era el único alimento ‘a la mano’ que no tuvo glifosato …
De forma independiente, el químico de la FDA, Narong Chamkasem, encontró que el maíz contenía glifosato ‘en niveles que superaban la tolerancia’, de 6.5 partes por millón [ppm], según un correo electrónico de la FDA. El límite legal es de 5.0 ppm.
Normalmente, se le informaría a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) si se encontrara un nivel ilegal, pero un supervisor de la FDA le escribió a un funcionario de la EPA que el maíz no se consideraba una ‘muestra oficial». ¿Cómo podría influir el glifosato en la salud humana? El glifosato simula a la glicina (de ahí el «gl» del glifosato), un aminoácido muy común que el cuerpo utiliza para producir proteínas.
Como resultado, el cuerpo podría sustituir a la glicina por el glifosato, lo que causaría la producción de proteínas dañadas. Según una investigación publicada en la revista Entropy en 2013, los principales efectos tóxicos del glifosato se traducen en que:8,9 Inhibe la vía del shikimato, que se encuentra en las bacterias intestinales, tanto en humanos como en animales Interfiere con la función de las enzimas citocromo P450, necesarias para activar la vitamina D en el hígado, y producir el óxido nítrico y sulfato de colesterol, que son necesarios para promover la integridad de los glóbulos rojos Es un quelante de minerales esenciales, como el hierro, cobalto y manganeso.
A su vez, la deficiencia de manganeso afecta en la función mitocondrial y podría ocasionar intoxicación por glutamato en el cerebro Interfiere con la síntesis de la metionina y los aminoácidos aromáticos, lo podría causar la escasez del folato y los neurotransmisores vitales Altera la síntesis y transporte del sulfato El glifosato también interrumpe, destruye, deteriora o inhibe:10 Microbioma, debido a su acción antibiótica Metabolismo del azufre Rutas de metilación Liberación de la hormona estimulante de la tiroides en la pituitaria, lo que podría causar hipotiroidismo La sustancia química también se ha relacionado con ciertos tipos de cáncer.
En marzo de 2015, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), un órgano de investigación de la Organización Mundial de la Salud, reclasificó al glifosato como un probable cancerígeno de Clase 2A.11 Esta reclasificación se realizó con base en «evidencia limitada» que demostraba que el herbicida podría causar Linfoma No-Hodgkin y cáncer de pulmón en humanos, junto con «evidencia convincente» que lo vinculaba al cáncer en animales.
Desde entonces, más de 3 500 personas han interpuesto demandas contra Monsanto, al alegar que el herbicida había causado su Linfoma No-Hodgkin. Muchos de los casos en este litigio multidistrital se han manejado en un tribunal federal de San Francisco bajo la jurisdicción de un solo juez. Los documentos internos obtenidos durante el descubrimiento fueron publicados por los abogados de los demandantes, y se han dado a conocer como «The Monsanto Papers».
De manera alarmante, algunas de estas pruebas revelaron que la EPA ha protegido los intereses de la empresa al manipular y evitar las investigaciones clave para comprobar el potencial cancerígeno del glifosato. Según la toxicóloga, Linda Birnbaum, Directora del Instituto Nacional de Servicios de Salud Ambiental de los Estados Unidos, incluso una exposición menor podría tener un efecto perjudicial en la salud humana. «Aun cuando hay bajos niveles de pesticidas, estamos expuestos a tantos, y no consideramos el hecho de que esta exposición es acumulable», le indicó a Gillam.