«Juzgué sin saber»

Autor: Víctor Hugo Hernández Cedillo

Cuando en el país estuvo de moda el tema ese de: “amnistía para los delincuentes”. La mayoría de los mexicanos estuvimos en contra de esa propuesta porque éramos más los que habíamos padecido en carne propia esta dura problemática.

Pero no todo fue críticas en ese momento, hubo quienes hasta ovacionaron esa medida: sí, los políticos, los secuestradores, los sicarios, los extorsionadores, los corruptos y en especial, los americanistas… Y justo cuando escuché esa propuesta, aún sin saber de qué se trataba a fondo, sin querer juzgué e inmediatamente me imaginé que para llevar la fiesta en paz con los últimos mencionados; teníamos que pedir disculpas a todos esos delincuentes.

Así que me imaginé escribiendo esto: Perdón, mi amigo americanista. Te escribo esto, porque el dirigente de este país ha pedido amnistía para los delincuentes. Es por ello que me adelanto y pretendo ir más allá: no solo te voy a perdonar, sino que te quiero ofrecer disculpas en nombre mío y de todos los Civahermanos.

Perdóname, querido americanista, por haber dejado que te llevaras mi Samsung el día que me asaltaste afuera del estadio, debí traer el Iphone, pues tú mereces algo bueno. Perdóname por haberte dificultado tu trabajo el día que le puse alarma a mi coche. Mi intención no era hacerte perder tu valioso tiempo, solo era que, mi egoísmo no quería gastar en un auto nuevo.

¡Por favor, discúlpame! Perdóname por haberte llamado “Hijo del Chanfle” el día que les hicieron oficial un título que no lo era. Discúlpame por fastidiarte tanto al exponerte tantos argumentos para demostrarte que tu equipo es mediocre porque tiene varias finales amañadas.

No debí hacerlo, pues a tu equipo le sobra tanto dinero de impuestos que le perdona el SAT, que lo puede comprar todo… no se limita en costos de extranjeros, ni en costos de fichajes arbitrales. A ti, vecino americanista, te pido que excuses mi falta de tacto cuando me llamabas a las 2 de la madrugada para decirme que tenías secuestrado a mi familiar. Ahora entiendo que no debí colgarte el teléfono, que no era un asunto personal, ni deportivo, sino que solo era tu trabajo.

No debí de resistirme a darte todos los datos de mi tarjeta de crédito cuando quisiste estafarme con un premio que me había ganado en un concurso al que nunca entré. Por supuesto también lamento haber reportado tu teléfono ante las autoridades cuando me amenazabas de muerte si no te daba todo mi dinero, la contraseña de mi WiFi, ni la contraseña del Netflix.

También te pido perdón, aficionado americanista, porque hoy gracias a la amnistía, entiendo que no buscabas hacerle daño al fútbol mexicano, ni a la sociedad al ir asaltando comercios los días que van en caravana rumbo al Estadio Azteca; hoy sé que solo pretendías hacernos ver que solo vives tu pasión y que no es tu culpa ser tan malo, sino que únicamente demuestras cuanto valoras y amas la playera amarilla que llevas puesta cuando cometes tus fechorías…

A todos ustedes, queridos americanistas, a los que alguna vez ofendí de manera injusta e insensible llamándolos “Hijos de puta” por celebrar títulos robados, hoy les pido perdón, porque sé que la amnistía hoy, os hará libres…