FACETAS DE MÉXICO: Quiere el presidente para Banco del Bienestar, pago de nóminas, programas, sociales y recepción de remesas en dólares
-Dará al sistema bancario una cobertura nacional capaz de manejar más de un billón de pesos anuales, la séptima parte del Presupuesto de Egresos para 2022
-Históricamente, el gobierno ha fracasado como propietario de instituciones bancarias
Pascacio Taboada Cortina/Jorge Martínez Cedillo. El Presidente Andrés Manuel López Obrador “no tiene llenadero”. Al inaugurar las primeras sucursales del Banco del Bienestar en tres alcaldías de la Ciudad de México, anunció que, con 2 mil 700 sucursales, esta institución será capaz de manejar los recursos de pago de nóminas de los servidores públicos al servicio del Estado, de los programas sociales y espera incorporar la recepción y pago de remesas correspondientes a envíos en dólares de mexicanos que, con gran esfuerzo, trabajan del otro lado de la frontera norte de México.
En estas condiciones, el Banco del Bienestar será la institución bancaria más grande del Gobierno Federal que maneje una cantidad de recursos sin precedente. Pagará la nómina de los servidores al servicio del Estado –incluido el magisterio nacional—los subsidios destinados a adultos mayores y espera, una vez que avance la construcción de las sucursales, para alcanzar una dispersión anual por un billón de pesos, equivalente a la séptima parte del presupuesto federal programado para 2022.
En principio, para el año que entra anunció una dispersión de recursos federales por más de 550 mil millones de pesos, destinados a los programas sociales y de adultos mayores.
Sus más grandes deseos, como van las cosas, son los de tener bajo su control al Gobierno de la República (ya lo tiene), manejar la política nacional (tiene de su lado al Congreso de la Unión, vía su partido), a la mayoría de gobernadores y a un gabinete “que no mueve un dedo, sin la autorización del Presidente”.
“Para cerrar el círculo”, además de manejar los dineros fiscales del país, abriga la posibilidad de recibir dólares y pagar las remesas en pesos, que mensualmente envían nuestros compatriotas desde el país del norte. Esta es una gran oportunidad que tendrá el Banco del Bienestar, por la cantidad creciente de remesas que llegan a México mensualmente, por un monto de 4 mil 500 millones de dólares y un total anual por alrededor de 45 mil millones de dólares.
El presidente de la República manifestó su interés en la posibilidad de recibir remesas que mensualmente envían connacionales a sus familias desde Estados Unidos a México. Ese servicio de transferencia, dijo, será sin pago de comisiones.
Cabe señalar que la ansiedad del jefe del Ejecutivo por tener el “mando único en el país”, hizo lo posible por convencer al presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, para que continuara, por dos años más después de 2024, en su puesto como presidente de ese Poder, lo cual no ocurrió por haber denegado ese ofrecimiento, frente a una ola de críticas, no al presidente, sino al mismo Zaldívar Lelo de Larrea.
En otro orden de ideas, hay que recordar que, cuantas veces el gobierno federal ha creado instituciones bancarias a lo largo de la historia, en particular para apoyar el desarrollo agrícola, ganadero, agroindustrial y de otro tipo de actividades, ha fracasado. El Gobierno ha demostrado en la práctica, que no es buen administrador de bancos o financieras. Invariablemente caen en carteras vencidas y no hay forma de evitar que se conviertan en “barril sin fondo”.
Así ocurrió con el Banco Nacional Agropecuario, con el Banco Nacional de Crédito Ejidal y con el Banco Nacional de Crédito Rural (BANRURAL), así como con la Financiera Rural. Actualmente opera la Financiera Nacional para el Desarrollo Agropecuario, Forestal y Pesquero, con un perfil bajo en sus operaciones, sin que se mencionen grandes o tan siquiera medianos planes de desarrollo del campo mexicano, tan necesitado de recursos financieros.
De todas estas instituciones bancarias, la que más tiempo ha operado en México, es lo que fue el Banrural, el cual tuvo un tiempo de 28 años para desaparecer a principios de 2002.
Pascacio Taboada Cortina. Cel. 55 16 49 23 34. Jorge Martínez Cedillo. Cel. 55 16 45 78 62