EL ESTÓMAGO AVISA CUANDO ESTÁ VACÍO, PERO EL CEREBRO NO

EL ESTÓMAGO AVISA CUANDO ESTÁ VACÍO, PERO EL CEREBRO NO

ARENA SUELTA

POR TAYDE GONZÁLEZ ARIAS

Nunca se debe actuar con las emociones al borde o la cabeza caliente, pero en esas circunstancias es cuando más ganas dan de hacer y deshacer. Aunque hay muchas razones que nos pueden llevar al enojo o coraje, no debemos entregar a otros el poder para que nos alteren nuestro bienestar emocional, nuestra paz o tranquilidad.

Cierto es que el mundo es un caos, que existen miles de cosas que nos pueden alterar, que es casi imposible no tener hambre y enojarte, pero, aunque el estómago avisa cuando está vacío, y eso no pasa con el cerebro, bien vale la pena que nos esforcemos más por ser dueños de nuestras emociones y las controlemos, y no vivamos a expensas de lo que el clima pudiera causar en nosotros.

La persona que se enoja con todo no es la mejor compañía, por lo que tarde o temprano termina estando sola, enclaustrada en sus enojos, en la espera eterna de ofrecer una mueca de alegría. La vida para poder ser disfrutable, ha de ser disfrutable con sus altas y

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bajas, pero nunca estancandose en la angustia o la depresión.

Cuántas veces esas personas que suelen quejarse por todo, es decir, lo mismo, cuando tienen calor, que cuando sufren por sentir frío, que cuando no tienen dinero o cuando no saben qué hacer con lo que tienen, terminan enfadando a casi cualquiera que les rodea, ya que no hay persona que pueda soportar siempre escuchar malas noticias.

El extremo, o polo opuesto a la negatividad, es esa persona positiva que no pisa el suelo de la realidad, y vive en un sueño de perfección, lo que resulta útil en una conversación con él o ella, cuando tenemos que salir de batallas internas existenciales en donde no hay valor personal, cuando se acaba la autoestima o se cae en condiciones de profunda tristeza, al perder sentido a la vida por no poder superar problemas internos o externos.

Es fácil hablar de la ecuanimidad, lo realmente complicado es encontrar y vivir en ese estado, pero depende de cada uno buscar las condiciones adecuadas que nos permitan estar alejados del estrés o las presiones que ocasionan los desequilibrios emocionales, y el desinterés por la vida.

Aunque cada uno, conforme a nuestros traumas y problemas que tenemos, requerimos algún grado de atención psicológica y psiquiátrica, somos muy pocos los que aceptamos recibir esa ayuda o bien los que tenemos acceso a ésta atención,

ya sea por profesionales de la salud en ésta área o por el costo que la atención de este tipo exige.

La familia, debiera ser el primer núcleo que apoyara en la regulación de las emociones, de tal suerte que un enojo, pueda ser bien tratado, lo mismo que el exceso de las emociones que pudieran llevarnos a afectación de terceros. También los amigos o el ámbito social en general, debieran ser espacios en los que se señalan, las faltas, deficiencias o excesos que cada uno realizamos para sí y con los demás.

Si bien es cierto que no podemos evitar los sucesos que nos motivan o desmotivan, y que sus efectos nos pueden enaltecer o sumir en la más profunda tristeza, al tratarse de asuntos inesperados, cuando menos estemos preparados para enfrentarlos, de tal manera que, podamos actuar de la mejor manera cada que tengamos que resolverlo o simplemente vivirlos.

Regular nuestras emociones es básico para poder disfrutar la vida, pues nadie que se altera por poco o mucho de lo que sucede en el entorno podrá contar con un equilibrio emocional, antes, al contrario, serán muy irregulares sus estados de ánimo.

Es importante disminuir las emociones negativas e incrementar las emociones positivas, haciendo uso de nuestra inteligencia emocional, para evitar gastar nuestras energías en el estrés, o en temas, problemas y asuntos que nos desgastan física y mentalmente, alejándonos del buen vivir y de la oportunidad única que tenemos en vivir plenament