El dinámico contrabando de autos
#Monterrey, #NuevoLeón. 25 de julio de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Alberto Barrera Enderle, doctor en historia por la Universidad de California y actual investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS Noreste), estudia el fenómeno del contrabando de automóviles en la frontera norte de México.
“Parte de mi previo interés, que obtuve en mi doctorado, tenía que ver con contrabando pero durante la transición de la época colonia-nación, aunque la región estudiada era la misma: el sur de #Texas, Nuevo León, #Tamaulipas y #Coahuila. Pero ahora mi investigación se centra en el siglo XX y es sobre contrabando de autos”.
Barrera Enderle analiza cómo choca el proyecto de nación revolucionario con las costumbres y las prácticas cotidianas de la región noreste. Entre esas prácticas estaba adquirir muchos bienes de consumo en Estados Unidos e introducirlos principalmente de forma ilegal al país.
“Hay que entender que el contrabando no solo tiene que ver con drogas o un contrabando masivo, sino ese pequeño contrabando que no tiene la finalidad de comerciar, sino únicamente de no pagar impuestos. Entonces, los automóviles son la ventana que yo utilizo para retratar la situación”.
Antecedentes del contrabando automotriz
“Los años de 1920 son el boom de la industria automotriz, entonces va a generar una sobreproducción de automóviles y en México aumentó la demanda, aunado a la poca producción local. Al existir altos impuestos, tenían que burlar las formas de introducirlos ilegalmente al país”.
Las aduanas se acoplaron rápidamente a las prácticas de la región noreste, por lo que se desbocó una gran corrupción en los límites del país. Esto provocó dos tipos de contrabando: el individual, que son aquellas personas que ingresan un automóvil sin pagar impuestos, y las bandas de crimen organizado, que comenzaron a contrabandear el producto para obtener márgenes de ganancia.
El investigador encuentra en el flujo de automóviles una vitrina para entender el comercio transfronterizo.
“Este contrabando era binacional, lo que implica que había gente del otro lado de la frontera que también participaba en este negocio. Había un alto número de robos en Estados Unidos, porque se podía cambiar fácilmente el número de motor y demás. Después pasaban a México, donde las autoridades eran parte de este negocio”.
El académico menciona que también existía una gran lucha entre el Estado mexicano, es decir, entre el ámbito municipal, estatal y federal, debido a la importancia de que se pagaran impuestos en la frontera. Sin embargo, las entidades legalizaban dichos automóviles a cambio de cierto ingreso.
“Entre 1930 y 1950 se presentó una lucha entre los tres niveles de gobierno por controlar ese negocio y ese recurso. Por eso es importante saber cuáles eran las negociaciones que se llevaban a cabo, pues es parte del proceso de contrabando”.