El desfile de mi pueblo

El desfile de mi pueblo

Arena suelta

Por Tayde González Arias

La circunstancia de ser una persona o cosa en concreto y no otra, determinada por un conjunto de rasgos o características que la diferencia de otras; es lo que se conoce como identidad, además del conjunto de rasgos o características de una persona o cosa que permite distinguirla de otras personas. Mientras que la identidad nacional es el sentimiento de pertenencia a una comunidad histórica, cultural, lingüística y social, que se corresponde en mayor o menor medida con algún país, región o comunidad política, es en sí un sentido identitario (de pertenencia), basado en la idea de la nación, es decir, en oposición a lo considerado ajeno o extranjero. valía la pena la aclaración de los conceptos por que el pasado 20 de noviembre, fue fecha en la que se llevaron a cabo en prácticamente todas las poblaciones del país (México), diversos desfiles, por el 212 aniversario de la Revolución Mexicana, y aunque Fue hasta 1936 cuando el desfile deportivo es adoptado con carácter nacional, luego de que el Senado aprobara su decreto el cual inscribía: “Al conmemorarse este acontecimiento histórico con un desfile deportivo se refleja a voluntad pacifista y conciliadora de nuestro pueblo”, siendo realistas incluir comercios, o servicios mercantiles, se contamina el sentido de la actividad.

Mas allá de que un desfile bien organizado no debe tener espacios muertos, o largo tiempo entre cada contingente, los participantes deben ajustarse en la temática al respeto de la identidad nacional, pues, aunque estamos inmersos en el proceso de globalización, usar música con letras ofensivas o de alusión a actos sexuales e incluso sobre ilícitos, nos aleja en lo absoluto del pacifismo o la reconciliación nacional.

Hay una responsabilidad compartida, en el incumplimiento, la informalidad y el descuido en la presentación de números alejados de nuestra identidad nacional durante los desfiles, que va desde los centros educativos al olvidar que el mensaje debe ser la voluntad pacifista, hasta los organizadores al no indicar claramente que las participaciones deben apegarse al propósito y objetivo que cada desfile representa.

El caso del municipio de Zitácuaro Michoacán, en dónde el pasado veinte de noviembre se llevó a cabo el desfile, sirve de ejemplo para evitar, lo que molesta a los participantes y a quienes salimos a presenciar el trabajo y esfuerzo de los que desfilan, y que casi siempre tiene que ver con el hecho de citar para el inicio de los desfiles a las 11 de la mañana e iniciarlos una hora después, lo que debe eliminarse de una vez y por todas, pues la formalidad, debe ser el inicio de la seriedad de la actividad. La duración no debería extenderse a las dos horas, ya que en el caso que mencionamos se tardó el evento cuatro horas, lo que conllevo a que los trasportistas de tenían que esperarse y retrasar sus actividades, los niños y jóvenes se cansaban y los observadores comenzaron a abandonar las banquetas y aceras en las que se encontraban.

Pero sobre todo, en los desfiles debe aplicar la máxima que dice “no importa la cantidad sino la calidad”, es decir no podemos estar siempre invitando a que vengan de otros lugares a sorprendernos, sino contar con actos de calidad, que se preparen con tiempo y que cada pueblo cuente con su banda de marcha, de viento, sus bastoneras, sus cuerpos de tablas rítmicas y demás espectáculos que con profesionalismo representen la inversión en dedicación cultura y arte de cada uno de nuestros pueblos, tenencias o comunidades.

Ahora que se retomaron las actividades públicas, también vale la pena considerar no dejar del todo el uso de cubrebocas, el gel antibácterial y las medidas de sanidad que tanto costaron adaptar, sobre todo al saber que el mal sigue presente en todo el mundo y que debemos aprender a lidiar con él. Pero sobre todo debemos tener claro que, así como debemos tener cierta postura dependiendo del sitio en el que nos encontremos, los desfiles son una muestra de la identidad nacional, y tienen propósitos claros y definidos que van desde el orgullo nacional, hasta el pacifismo y la sana convivencia.