Contemplando la Creación

Contemplando la Creación

LA VIRGEN DE GUADALUPE, JUAN DIEGO Y MÉXICO (65)

P. Ángel Espino García

1.- Había una mujer muy pobre que gozaba de buena fama hasta que la perdió. Un día por la tarde, mientras hilaba en su habitación, llegó una gallina a paso lento, propiedad de su vecina. La mujer que hilaba cerró la puerta, levantó la gallina y la encerró en una caja, pensando en alimentarla para tener comida cada día. A la mañana siguiente, la gallina puso un huevo y comenzó a cacaraquear a todo pulmón. Cantó largamente con alegría y entusiasmo. La mujer se llenó de inquietud y corrió hacia al cajón para que no gritara el animal. Cuando la verdadera dueña escuchó el canto de su gallina, fue a buscarla y al encontrarla en el cajón, muy enojada, dijo a la vecina un sinfín de improperios y se marchó abrazando a su gallina. La buena vecindad que habían tenido hasta la fecha, se

6 Gigas – Evonet Zitácuaro

perdió totalmente y desde entonces la hilandera adquirió la fama de ladrona. Con razón dice el séptimo mandamiento: “No robarás”. El Decálogo del Sinaí es el camino verdadero para vivir en paz con Dios y con el prójimo.

2.- EL CUIDADO DEL PLANETA.- La encíclica “Laudato si” no ha sido propuesta solamente como un documento más para especular sobre la gravedad del problema ecológico. En la casa común nadie debe aislarse de una responsabilidad activa. Es inadmisible enterarse por los medios de comunicación de las catástrofes naturales y cruzarse de brazos, sin buscar qué hacer para enfrentar una amenaza, que de suyo, parece más común que la voluntad social para frenarla.

3.- LA VIRGEN DE GUADALUPE, JUAN DIEGO Y MÉXICO.- Conforme pasaba el tiempo, los mexicanos siempre deseosos de acumular mayores honores para su amada Patrona, la Virgen de Guadalupe, solicitaron al Papa León XIII, que incorporara dentro del Oficio Divino la historia de las apariciones y del mensaje de consuelo de Nuestra Señora, a todos sus hijos, sin importar raza, lengua o nación, así como recibir la distinción de coronar la Sagrada Imagen. Este acto de homenaje establecería el sello final para que Nuestra Señora de Guadalupe fuera reconocida como Patrona y Reina Soberana de México y Emperatriz de América. Proclamando a Nuestra Señora como Reina, se reconoce su superioridad en el papel de Madre del Salvador, y como consecuencia, su Soberanía por derecho. Si su Hijo es Rey, su Madre es Reina. El Papa Pio XII dijo: “La Santísima Virgen debe ser proclamada Reina por ser Madre de Dios, y porque Dios quiso que Ella jugara una parte única en el trabajo de nuestra Redención”.