«Cita con Victoria» Autor: Víctor Hugo Hernández Cedillo.

En nuestra Liga de Fútbol, juega un mexicano modesto. Un caballero, en toda la extensión de la palabra… Es hijo de un viajero Belga, que llegó a vivir en la Ciudad de Guadalajara.
Este siempre lleva consigo un jersey rojiblanco debajo de un smoking negro y un moño en el cuello. La perfecta combinación para vestir de gala… Su pelo relamido con gel, le oculta sus lindos y varoniles cuernos. Él, usa anteojos no sólo para leer, sino también para darle un toque de intelecto a su gran personalidad, no por farolear. Este jugador tan sorprendente, parece mucho menor de lo que en realidad es. A nadie le da la impresión que tenga 111 años.
Entre la Liga, este galán siempre se torna extraño y maduro, como un señor, como un hombre más bien. Es popular, noble, carismático y siempre depende de sí mismo. Su tono seguro, fuerte y decidido frente a los extranjeros, es lo que gusta, lo que atrae y enamora. Su nombre: «Chivo de Guadalajara”
Actualmente él, anda pretendiendo a una mujer de lindos ojos, de sonrisa perfecta y de piernas torneadas. Ella se llama «Victoria», es una dama guapísima de tremendo porte y con demasiada elegancia. Es tan sensual, que a Chivo y a otros diecisiete jugadores, los incita y los provoca. La dama a pesar de su gran sencillez, tiene su carácter y genera mucha expectativa. Es tan inspiradora y sorprendente, que es capaz de juntar y hacer pelear a 18 jugadores, tan sólo por verla una vez cada semana. Los tiene a sus pies…
Chivo, en su larga vida, ha tenido doce novias. Amoríos que le han marcado su vida. Actualmente anda en busca de su treceava conquista, sólo que esta vez, su nuevo prospecto «Victoria», lo ha dejado plantado por siete veces consecutivas… No la ha podido ver en persona, únicamente se han visto virtualmente; se mandan mensajes por messenger y coquetean por whatsapp, pero cuando por fin llega la hora de la cita y él está más seguro de verla, ella no llega… No se concreta y se va empatado con su soledad.
Quizá a «Victoria», le da pena cancelar la cita y prefiere dejarlo esperando solo en el lujoso restaurante llamado ‘Estadio’. Tal vez tenga ojos para otro pretendiente. Puede ser que a ella, le gusten los extranjeros o quizá este cegada por algún jugador norteño que anda de moda, pero que aún es muy ‘chico’.
Hay un jugador amarillo que la intenta persuadir y seducir con joyas y dinero. Prácticamente la quieren comprar. Ella accedió por fuerza doce veces con el jugador de la Ciudad de México, pero jamás hicieron buena pareja. Es mas, nunca se besaron, ni siquiera se tomaron de la mano. Ella fue sometida, amagada y amenazada, para andar paseándose con ese tipo corrupto. Juntos eran como agua y aceite. Se percibían como una pareja muy dispareja. Ella victoriosa y él, insignificante. Ella muy inteligente y con amplio tema de conversación. Él, un tipo aburrido, sin gracia y sin chiste. ¡Apático! Ella es una bella princesa y el de amarillo, una bestia…
Otro que anda tras el amor de «Victoria», es un jugador amargado y de pecho frío. Este no tiene experiencia en el amor, ni en fútbol, ni en la vida, ni en nada… Alguna vez se le vio con una mujer, pero ya tiene más de cincuenta años, -algunos en la perla tapatía, dicen entre rumores-, «que pertenece al otro bando, que le gusta el arroz con popote, que le truena la reversa, que no conquista nada ni a nadie, que es muy ‘delicadito’ como una margarita y que únicamente le gustan los fieles victoriosos». Saaabee.
No lo sé, pero retomando al tema de ‘los plantones’ de «Victoria» con el guapo tapatío, podría escucharme prejuicioso al no conocer las razones y los motivos que la han orillado a dejar esperando, a quién le hace la mejor pareja. Lo que sí sé, es que una vez que lo vea, ya sea en Pachuca o en dónde le toque verlo, se enamorará de él. No lo dejará. Ambos tras una cena romántica, una buena charla futbolera y un tierno beso, se sentirán identificados. Puede ser que para Chivo, sea su treceava novia que lo lleve a la gloria y para ella, él siga siendo su único idilio. El tiempo lo dirá…
Estos mancuerna, para más de 40 millones de rojiblancos, hacen el mejor dúo. Son el par de tórtolos, que el fútbol pueda tener. Chivo y Victoria, posiblemente lleguen a ser de esas parejas que se enojan y pelean a cada rato. De esas que de lejos se extrañan y de cerca se aburren. De las que se dejan de ver por largos períodos, se reprochan y se echan en cara todo, pero al final… siempre gana el amor y terminan juntos fundidos en la ca..ncha, lugar donde se acaban los rencores y se olvidan los problemas, para dar paso a un treceavo amor inolvidable.
Esta vez me leerán muy machista, pero las cosas, así son:
«Victoria no es nada sin Chivo, y Chivo siempre será el mejor, aún sin Victoria…»
¡Mañana, Chivas conquista la Victoria!
Posdata:
En caso de no conquistar a Victoria, Chivo deberá conquistar a Katia o a Irma; ya para que le bajen de intensidad a sus enojos, los cuales nos afectan a todos…
Twitter: @Vichhc