BALCONEANDO

10 de julio de 2019/ Francisco Rodríguez

Y Romero Deschamps se orinó… en los pantalones

Los inigualables crabcakes quedaron a un lado. Ya no les sirvieron el jugoso porterhouse, para compartir, que ha hecho del Morton’s uno de los restaurantes más famosos –y caros– de la comarca.

Los elementos policiacos llegaron a la mesa donde departían el abogado Juan Collado y quien aún se ostenta como secretario general del sindicato de Pemex (pero que ya no es, porque no ha recibido toma de nota de su reelección), Carlos Romero Deschamps.

Armas largas, esposas, que amedrentaron al personal y al resto de los comensales.

Se los llevaron juntos. A Collado, sujeto de los dos brazos.

Romero, a un lado.

Quienes ahí estaban no daban crédito. ¿Un «levantón»? ¿Secuestro por el que pedirían decenas de millones, pues ambos, Collado y Romero, son infinitamente ricos?

Un familiar presenció la escena. Lo comentó. Lo di a conocer en redes sociales.

Después se supo que a Collado quien, entre otros, tiene como cliente a EPN lo subieron a un vehículo.

Romero Deschamps ya no regresó al restaurante.

Por eso las primeras informaciones. El personal y los clientes del elegante comedero dedujeron que también se lo habían llevado. Que lo habían detenido –denuncias en su contra sobran– si los captores eran policías federales… como poco más tarde se confirmó.

La Caja Libertad le cuesta la libertad

Ante el revuelo en redes sociales, la Fiscalía General de la República salió a informar.

Que la detención de Juan «C» obedecía a «su probable responsabilidad en los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita». Lavado de dinero, en términos más conocidos.

No se mencionó en el comunicado a Romero Deschamps, quien seguramente se dirigió a alguna de sus guaridas a cambiarse los pantalones pues cualquier otro –y más él, que debe tanto– se habría orinado encima.

Obvio es señalar que quien se dice líder de los petroleros salió del restaurante ¡sin pagar!

Las imputaciones contra Collado Mocelo parten de su manejo en la Sofipo (Sociedad Financiera Popular) Caja Libertad, misma que preside. A septiembre del año anterior, contaba con un saldo en su cartera de 8 mil 200 millones de pesos, con un índice de morosidad de 16.22%, cuando este indicador en todo el sector es de 9.67 por ciento. Además, presentó un rendimiento sobre activos de 0.2% y un rendimiento sobre capital de 1 por ciento.

En el 2014, esta entidad tuvo una visita de inspección especial por parte de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) ante los rumores de que el dinero de sus ahorradores era mal utilizado para otros fines; no obstante, las autoridades descartaron que esto fuera así y se salvó de ser intervenida.

Ahí, en esa Caja Libertad, es donde se presumen los malos manejos del padre de la novia, en aquella boda a la que asistieron y se sentaron a la misma mesa Enrique Peña Nieto y Carlos Romero Deschamps, mientras los arrullaba el cantante español Julio Iglesias.

«Lavadores», la polémica clientela del «lavador» Collado

Carlos Ahumada, quien entonces tenía a Rosario Robles como concubina, fue uno de sus primeros clientes mediáticos. También ha sido representante legal de Raúl Salinas de Gortari, acusado del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu y de lavado de dinero; fue abogado de Eduardo Fernández, ex presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, acusado de lavado de dinero y de tener cuentas bancarias en Suiza después de acusar a Lino Korrodi y a los Amigos de Fox.

Fue defensor del ex gobernador quintanarroense Mario Villanueva, preso por sus nexos con el narcotráfico y acusado de lavado de dinero. También fue abogado de Edgardo Codesal, ex director de los árbitros mexicanos, implicado en grabaciones telefónicas ilegales del también silbante Felipe Ramos Rizzo. Por si fuera poco, Juan Collado también fue defensor del extinto ex subprocurador de la PGR, Mario Ruiz Massieu, acusado de lavado de dinero.

Es abogado de Enrique Peña Nieto y de Romero Deschamps a quien, por cierto, la gerencia del restaurante Morton’s le hace un atento llamado a que pase a pagar la cuenta que dejó pendiente.