Arraigada tradición de vestir al Niño Dios pese a la situación económica #Zitácuaro
Se instalan 25 puestos en el Jardín Constitución
H. Zitácuaro Michoacán, 16 de enero de 2019.- Por: Guadalupe Solache Rebollo. A pesar de la crisis económica por la que pasa el país entero, en las familias Zitacuarenses, principalmente las de la zona rural aún se encuentra arraigada la tradición de vestir al Niño Dios y llevarlo a la Iglesia el 2 de febrero en que se festeja a la Virgen de la Candelaria.
Para ello, en el Jardín Constitución ya se han instalado 25 puestos en donde se venden todo tipo de vestuarios, sillas, y también se hacen reparaciones. “Todo ha subido de precio, también el producto de este festejo, pero nosotros tenemos los mismos precios del año pasado” dijo en entrevista José Antonio Gallarza, representante de la Unión de Comerciantes 2 de Febrero. Sostuvo que está ocasión se instalaron desde el pasado 13 de enero y van a permanecer hasta el día central de esta fiesta, por lo que hay la oportunidad de que los creyentes acudan y obtengan lo que requieren.
En cuanto a los vestuarios que más se demandan, señaló que son el del primer año de la Blanca Paloma, o bien el de San Judas y la del Niño Doctor. Los precios varían de acuerdo al tamaño, el más económico es de 30 pesos y de ahí en adelante. Aunque muchos ciudadanos acuden a comprar el vestuario para el Niño Dios, la mayoría van porque requiere una reparación, se encuentran deteriorados, se les está cayendo la pintura o bien les falta una parte del cuerpo y se rompió.
Confió en que a todos los que están participando les vaya bien, ya que la situación por la que pasan todas las familias no es tan buena al inicio del año. “Los de la zona urbana, si no tienen, no lo festejan como marca la tradición pero en las rancherías es donde está más arraigado, ellos tengan o no tengan visten a su Niño Dios que tienen en sus casa, lo llevan a misa y hasta le buscan un familiar o amigo para que sea el padrino”, añadió.
pie y foto arraigada tradición de vestir al Niño: Persiste la tradición de vestir al Niño Dios y llevarlo a la Iglesia el 2 de febrero en que se festeja a la Virgen de la Candelaria.