Arena suelta, Por Tayde González Arias: Los perfiles de los nuevos funcionarios.

Los comienzos son siempre relevantes, porque generalmente se pone en ellos la esperanza de un cambio, de una transformación o de rediseñar el camino. Seguir una ruta diferente posiblemente la puedan pensar muchos, pero solo pocos son capaces de contar con los recursos suficientes para lograrlo. Pues no basta desearlo en necesario accionarlo.

Entre los sectores sociales, hay gente que por su juventud quiere “comerse al mundo” , otros, que como no pudieron en su momento ser “ellos mismos” buscan de pronto, al llegar a cierta edad, realizar cuanto se les negó en la juventud, los pretextos para no haber sido totalmente felices se relacionan con las nuevas responsabilidades. Es ahí en donde todo se justifica, decir que no se pudo hacer tal o cual cosa debido a que se adquirieren nuevos compromisos; pues había que mantener a la familia, superar la enfermedad y los estudios de los hijos. Cualquiera que fuera el caso, posiblemente nunca se deseo con tantas ganas, ni se le impregnó tanto entusiasmo a ese trayecto de vida, y por eso no aconteció todo lo que deseábamos hacer.

He dicho que puede tratarse de pretextos, porque la vida nos enseña que cuando alguien desea algo lo obtiene, pese a tener serios problemas. En la historia vemos por ejemplo, como atletas con alguna extremidad rota, cruzan la meta y hasta logran ser coronados. Por eso si quieres algo, debes visualizarlo, tienes que trabajar cada día en ello, y aunque se presenten distractores, hemos de seguir lo más rectos posibles a la meta.

Hemos hecho esta explicación de lo que se desea, porque lo mejor que nos pueda pasar en los tiempos por venir a los mexicanos, es que seamos gobernador por alguien que siempre quiso ser nuestro, guía, nuestro defensor, nuestro aliado y no solo nuestro gobernante. Pues si muchas etapas se han superado y algunos conceptos se han refrescado, sin duda uno de los que hacen falta que se renueven es el del gobierno.

Todos los cargos públicos, deberían ser otorgados a quienes con un ejemplo de vida, muestren la lucha por el servicio, el arropo de los suyos y la solidaridad que con cuantos en su trayecto de vida, lograran ayudar. Sin embargo, las planillas, en su momento, los cabildos, o los gabinetes; no están llenos precisamente de perfiles sociales con capacidad de gestión o sensibilidad de gobierno ( ya no hablemos de preparación).

Una de las mayores criticas que se han hecho a los sequitos de gobierno, es que no se requiere estar estudiado para ser honesto o capaz. Pero algo de enseñar la escuela, pues es clara la ley cuando habla de formar integralmente al individuo, y si se es letrado entonces se sabe cuando se esta actuado de manera correcta e incorrecta y entonces si se cae en una falta, casi que debería declararse culpable. Mientras que el burócrata sin conocimiento, habrá que vivir en la duda, de, en su momento, haber incurrido en algún delito con conocimiento o posiblemente por omisión.

La educación, en su mejor práctica, nos dice que no debemos evaluar a todos de la misma manera, si no el esfuerzo que cada uno haga, sin embargo en analogía al gobierno o al ejercicio público, se debe calificar igual al que pudo ir a la escuela, que a los que no lo hicieron, porque ambos al llegar al cargo están obligados a conocer la ley, ya sea leyéndola, o bien que se hagan llegar de quien lo haga.

La obligación más que clara de cada representante popular, es la entrega total en su función para que los habitantes de su demarcación vivan en un estado de bienestar.

Los perfiles de los presidentes, síndicos, regidores, diputados, senadores o gobernadores, pueden variar, pero no los principios de legalidad.

Se exige de los que se van; dejar la casa limpia de corrupción, se obliga a los que llegan, a cumplir con las exigencias de la sociedad. Si en su momento no pudieron estudiar, háganlo ahora que recibirán un salario seguro, pues para estudiar nunca se llega tarde, y también nos harán sentirnos orgullosos de tener gente preparada en la función pública, si son letrados demuéstrenlo defendiendo cada peso que es para un fin social, y que la única diferencia entre los ilustrados y los que no lo sean, sea la capacidad de rendimiento laboral en favor de México.