Arena suelta: Me lo contaron ayer las lenguas de doble filo.
Por: Tayde González Arias. Seguramente en algún momento de la vida ha realizado tal o cual acto y estando acompañado con alguien sea o no de su confianza fue y contó el suceso y claro lo hizo no totalmente como fue, lo que terminó siendo un chisme o distorsión de la información, con lo que no conforme aún, algunos más lo reprodujeron hasta volverse en algunas ocasiones, en acusaciones en su contra que no transcendieron más que en problemas.
Ante situaciones en las que alguien nos dice – déjame decir qué, ya sabias qué, o ya te enteraste de qué- lo mejor que podemos hacer es preguntar si aquello que nos van a contar nos sirve y es de utilidad, si nos abona o es de carácter positivo y si así lo es, entonces pedirle o decirles que continúen de lo contrario desvíen su conversación y comience un tema nuevo. Los teléfonos descompuestos son eso, es lo que no escuchas bien, es lo que no se entiende bien o que no queda claro y en donde la información no es fluida. Existen aquellas personas que encuentran agrado en poner en mal a los demás, quienes sin escrúpulos olvidan que también tienen un nombre, una familia y un círculo social y osan meterse en la de otros, violan la privacidad y la confianza que se les confiere al hacerles parte de una conversación o incluirlos en temas personales.
No es que no nos importe lo que otros digan y hablen o nos tengamos que alejar para que no lo vayan a contar a alguien más, lo que si es real es que se tiene que corresponder con el respeto, con la cautela de guardar aquello que sólo por creer en nosotros alguien nos confío, pues de no hacerlo el carácter de mujeres y hombres de confianza no es apto para nosotros ni dignos somos de ser nombrados de este modo.
El chisme es la versión distorsionada y con maldad contado de boca en boca, la verdad es la que se aprende, se vive y se conoce cuando te acercas con la persona y no es necesario que pasen años al lado de alguien, ni que tengamos que vivir casados, lo claro es cuando quien escucha sabe que el mensaje es sólo para él o ella y no para nadie más, tiene un valor incalculable poder ser franco con la gente y que se tenga siempre en mente que no corresponde a nadie más contar lo que alguien quiera saber que al titular de esa idea o mensaje.
Seguramente le ha pasado que alguien dijo que usted dijo que no sé qué cosa y al final resulta que no fueron así las cosas y le contrajo problemas o cuando menos la necesidad de aclarar aquello que no tenía por que ser aclarado. Alguna vez por ejemplo, comentaron que dije que una compañera de la escuela estaba enamorada de mí, entonces la chica se molestó tanto y fue a hacerme un reclamo en plena hora de clase, me decía que porque no se lo había dicho yo y se lo había mandado decir, por supuesto que yo con la boca sin palabras sólo pude hacer cara de sorpresa y en todo gangoso decir que lo sentida mucho- imagina usted que si eso hubiera sido real esa información debía pedirle a uno y luego a otro para que fuera a decirlo o si mejor de ser ese mi sentimiento con un buen ramo de flores declararlo yo.
Muchos son los lugares y los momentos como las experiencias en los que se pueden evitar problemas al identificar a las personas que no nos quieren hacer el bien y buscan la mala fama a través del chisme, de ellos debe cuidarse e incluso de hablar enfrente de quien pudiera ir a contar que usted dijo que iba a tirar una torre cuando en realidad contó que se podía construir y habría que tener cuidado de que en algún momento tuviera que tirarla. Lo nocivo en la vida tiene manos y rostro y sin que vayamos temerosos de quien tiene buenos deseos o malos con nosotros, antes seamos perceptivos, cuidemos al hablar decir que lo decimos en confianza y si llegara a salir de control un comentario porque lo contaron lenguas de doble filo, busque a la persona o personas y aclare los puntos que deba aclarar.
En la actualidad el chisme al parecer se ha hecho más fácil de multiplicar, pues las redes sociales están infestadas de dimes, diretes y supuestas declaraciones, no sea víctima de ellas, pues, así como hoy pueden los medios hacer a un artista o aun candidato o gobernante mediante falsa información, también han desmoronado buenos líderes y causas nobles. Mi muy querido lector una lengua de doble filo corta por los dos lados.