Arena suelta
Por Tayde González Arias
La Constitución te ampara,
La justica te defiende,
La policía te guarda,
El sindicato te apoya
Y el sistema te respalda.
El estado de Michoacán se ha distinguido de entre los demás que integran el pacto federal, de los Estados Unidos Mexicanos, como una entidad en la que se manifiestan las ideas y en donde se organizan los ciudadanos para dar a conocer inquietudes que han llevado desde la creación de partidos políticos nacionales, hasta la creación de los poderes de la unión.
Cierto es que cada estado tiene su cualidad especial, y cada uno merece un estudio especial, por lo que cuando hablamos de Michoacán, siempre vale la pena detenerse en su riqueza gastronómica, que ha ganado fama internacional, lo mismo que su identidad cultural basada en los pueblos originarios; Náhuatl, Otomí, Matlatzincas, Mazahuas, y desde luego Purépechas.
Los microclimas con los que cuenta el territorio michoacano, le hacen atractivo para nacionales y extranjeros, los ríos, las presas, los lagos y lagunas que tiene ésta extensión territorial, también le hacen fértil, por lo que el sector primario, es fuerte y su campo así como su ganadería suelen ser competitivos.
En medio de ésta descripción sobre todo lo que es Michoacán, podría parecer que todo es miel sobre hojuelas, y que lo único que pudiera pasar aquí es bondadoso y suma al progreso de la nación, y aunque en gran medida así es, vale la pena resaltar que la entidad se ha caracterizado desafortunadamente como un destino al que países como Estados Unidos o Canadá, han señalado a sus ciudadanos no viajar a esta parte de México, debido a los altos niveles de inseguridad que le asolan.
Si viéramos solo las declaraciones oficiales, provenientes de las fuentes de gobierno, no hay mucho de qué alarmarnos, pero si escuchamos las opiniones de los ciudadanos, empresarios, transportistas o docentes, las cosas cambian, una
vez que desafortunadamente muchos han sido víctimas de la delincuencia y por lo tanto su percepción de la condición de la seguridad en la demarcación, la califican como grave y la hacen una exigencia para las autoridades.
Varias han sido las líneas de acción que ha emprendido el gobierno del país por garantizar la seguridad de los mexicanos en el territorio nacional y desde luego en los estados y municipios, temas diversos se han adoptado como lo es la creación de nuevas instituciones u organismos encargados de la prevención del delito y la protección de los ciudadanos, sin embargo los resultados no han sido los que se
han esperado, y los señalamientos por el abuso de autoridad de los cuerpos policiacos no han cesado.
Vale la pena el replanteamiento acerca de la capacitación militar y policial, es menester el que cada elemento policiaco, se encuentre instruido desde la tácticas militares, hasta el adecuado procedimiento o el seguimiento de los protocolos debidos en cada caso. Las horas de capacitación de las policías siguen siendo muy pocas e insuficientes. Las instituciones policiacas como los partidos políticos gozan de una mala fama por conductas inadecuadas.
Si bien es cierto que es difícil la aceptación de quienes exigen disciplina o de que se aplauda a los encargados del buen orden, cosa que solo pasa en las sociedades inconformes y abusadas, el respeto de la figura policial, como la de otros profesionistas, debe contar con las garantías y el respeto social, por lo que debe ser más cauteloso el policía y el político, para que pueda ser aceptado y en algún momento, porque no decirlo, hasta aclamado.
Los casos como los ocurridos en los municipios de la Huacana o los Reyes, durante el mes de agosto del año que corre, en donde los militares y los policías fueron maltratados, humillados y expulsados por los ciudadanos, dan muestra de la falta de respeto que se tiene a las policías, derivado de los abusos y en muchas ocasiones de que cuando se les requiere no se les encuentra, y cuando se trata de llevar acabo detenciones, llegan a hacerlas de manera arbitraria, así como de las cuantiosas veces en las que se les ha sorprendido siendo parte de actos de corrupción, soborno o “mordidas”.
Casos de abuso de poder sobre las corporaciones de policía, e incluso de militares, se cuentan en muchos lugares, y se debe dar uso al sistema auditivo para que sean bien escuchados, razonados y encontrar la solución. Por ahora más allá de hacer cambios de instituciones, de elementos o de las diversas figuras correspondientes a la seguridad, hace falta la vocación policial, la moral y la
ética, la lealtad y la honradez, en cada persona que use una arma o un tolete, cuyo único propósito es la salvaguarda de los derechos de los ciudadanos mexicanos.