UNA MIRADA AL UNIVERSO Y A SU AUTOR (XXI)

UNA MIRADA AL UNIVERSO Y A SU AUTOR (XXI)

Contemplando la Creación P. Ángel Espino García

1.- Su nombre era Hugo, que significa “Inteligente”. Nació en Francia en el año 1052. Su padre Odilón se casó dos veces, y al quedar viudo por segunda vez, se fue de monje cartujo, donde llevó una vida de santidad. A los cien años murió, con el consuelo de que su hijo Hugo, que ya era Obispo, le aplicó los últimos sacramentos. A los 28 años, el joven Hugo de excelente conducta, era muy instruido en las cosas civiles y de la Iglesia. Fue invitado por el Obispo de ese lugar, como secretario, a una reunión de Obispos que se llevó a cabo en Avignon, Francia, en 1080, para poner remedio a los desórdenes de ese tiempo. En dicho Sínodo, todos opinaron que el más apto para poner remedio al desorden, era el joven Hugo, a quien le propusieron ser sacerdote, pues era un simple laico. El joven Hugo se oponía, pero el Delegado del Papa lo convenció y lo ordenó como Presbítero. Después lo llevó a Roma, donde el Papa Gregorio VII, lo ordenó como Obispo, a la edad de 28 años. Hizo un gran apostolado, fue un gran orador y rezaba antes de predicar. Sufrió mucho, pero con paciencia. Murió el 1 de abril del año 1132 y lo canonizó el Papa Inocencio II dos años después.

2.- NUESTRA MADRE TIERRA.- La tierra es como una madre para nosotros, capaz de dar lo que cada hijo necesita para vivir. En el camino hacia los Azufres hay una frase que dice: “La tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos”. Es nuestro deber cultivarla para entregarla sana y salva a los que vienen. La tierra es generosa para quienes la cultivan. Es una madre para todos, y solo pide respeto de todos, y no violencia de los explotadores.

3.- LA ATMÓSFERA.- Inicialmente el planeta tenía una atmósfera distinta de la actual. Cuando los volcanes lanzaban sus erupciones, emitían vapor de agua, y ese vapor se fue depositando en forma de lluvia en las zonas más bajas del planeta, las cuales se fueron llenando de agua, formándose poco a poco los océanos. De allí surgieron las primeras plantas que comenzaron a fabricar oxígeno, que al desprenderse de las hojas, se fue transformando en la actual atmósfera, rica en oxígeno para vivir. Bien el padre Francisco Alday: “Y Dios dejó su Rostro en cada cosa”.