Palomas Mensajeras, la esperanza del reencuentro de familias en medio del COVID-19
• Radicada en California, María Prado confía en pronto volverse a encontrar con su mamá Teresa, quien en noviembre viajó desde Lázaro Cárdenas para estar con ella después de 15 años sin verse
California, Estados Unidos, a 18 de febrero de 2021.- Para María Prado Valencia reencontrarse con su madre en noviembre del 2020, después de 15 años sin verla y en medio de una pandemia que ya había provocado que se pospusiera el viaje en varias ocasiones, marcó su vida para siempre y le demostró, dice, que con fe no hay fecha que no se cumpla, ni plazo que no se venza.
“Yo les digo a las personas que no pierdan la fe, sí se puede, yo la verdad fui la primera persona que habló a Lázaro Cárdenas gestionando este programa porque ahí no había, me dijeron incluso que me podían referir a otro municipio, pero yo nunca perdí la fe, siempre estuve ahí haciendo trámites porque su acta estaba mal y cuando ya todo estaba listo llegó la pandemia y le pospusieron el viaje varias veces”.
“Yo mantuve firme mi fe hasta que se llegó esa fecha que nunca voy a olvidar, es lo mejor que me ha pasado, volver a ver y abrazar a mi madre”, destaca María con la voz entrecortada por las emociones.
Acompañada de su esposo y su hija mayor, María llegó a Estados Unidos hace más de 15 años. En la ciudad de los Ángeles, California, nacieron sus otros tres hijos, desde entonces el único vínculo con su natal Lázaro Cárdenas fueron las llamadas telefónicas con su mamá Teresa, sus seis hermanos y los integrantes de las familias conformadas por ellos. Pero en noviembre pasado su vida cambió.
“Por el COVID no pudimos salid a pasear, yo quería llevar a mi mamá a muchos lugares, la economía y todo, todo estaba paralizado, salimos poco, pero con la llegada de mi mamá todo cambió, jugó con sus nietos, nos cocinó, nos hizo muchos guisos, se vinieron a mi mente muchos recuerdos al probar su sazón, mi mamá me transportó al tiempo de cuando era chiquita; nos hizo tamales que congelamos y disfrutamos como si ella estuviera sentada en nuestra mesa, el seis de enero”, narra esta migrante michoacana.
Con esa fe que la caracteriza, María confía en que su mamá estará de nuevo con ella en abril y para que este propósito se cumpla, además de diariamente elevar sus oraciones a Dios, le pide a su madre y familia en México extremar precauciones y apegarse a las medidas sanitarias para evitar el contagio del coronavirus.
“De hecho, en la mañana andaba buscando boletos, tengo fe en que en abril primero Dios estará mi mamita de nuevo conmigo. Yo le digo a mi mamá que se cuide mucho, que no salga si no tiene a que salir porque mi mayor deseo es volverla a tener conmigo, le digo que si necesita salir se cuide mucho y si no que se apoye con mis hermanos y todos allá para que salga lo menos posible”.
“Mi mamá es muy chistosa y pronto estará acá para contarnos historias y anécdotas y llenar la memoria de mis hijos y nietos de ese amor por México que yo no les pude dar porque está difícil regresar para allá”, enfatiza María.
Con el cierre de actividades en la Embajada de Estados Unidos en México, la restricción de vuelos y diversas actividades originado por la pandemia de COVID-19, el programa sello del Gobierno de Silvano Aureoles Conejo, Palomas Mensajeras, mantiene en pausa las diferentes fases de las actividades de reunificación familiar.