¡Habemus papam!

¡Habemus papam!

Arena suelta

Por Tayde González Arias

 

Existen algunas prácticas en el mundo que han venido cambiando, sin embargo, otras muchas continúan siendo tal cual hace años que no cambian ni se alteran o si lo hacen ha sido muy poco, tal y como es el caso del proceso para la elección del Papa, o la encerrona bajo llave literalmente traducida como cónclave.

 

Tras, tres ejercicios de votación en las que por primera vez votaron el mayor número de cardenales (135), de los cuales el papa Francisco había nombrado la

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pomposa cantidad de 108, se dejó notar el peso que tienen los cardenales latinoamericanos.

 

La chimenea de la izquierda con salida de humo negro (cuando no hay acuerdo) tuvo poco uso esta vez, y la anhelada derecha, con el humo blanco saliendo por la chimenea de la Capilla Sixtina, fumata blanca (cuando hay acuerdo, y nuevo Papa), llegó pronto, junto al nuevo Papa que se ha hecho llamar León XIV.

 

El nuevo Sumo Pontífice, una vez más (como su predecesor) vuelve a ser americano, pero ésta vez, aunque con madre española, lo cierto es que sobre todo es nacido en Chicago, lo que para el actual Presidente de ese país (EEUU), lo más seguro es que llega al cargo más importante de la iglesia católica, un elemento que le suma al ego patriota del bipolar Donad Trump.

 

Los agustinos, son la orden del nuevo papa León XIV, y se trata de La Orden de San Agustín que es mendicante es decir una orden religiosa donde sus miembros no poseen bienes, ni rentas estables, por lo que viven de caridad de aquellos a los que sirven.

 

Los agustinos, son una de las comunidades religiosas dentro del catolicismo o cristianismo más antiguas, contando con aproximadamente 800 años de historia, y con presencia en más de 40 países, su dedicación es a la evangelización y las misiones, la educación, la formación dirección espiritual y vida parroquial, así como la defensa de la justicia y la paz, por lo que teóricamente se trata de una persona ideal para el cargo, considerando que el acto democrático fue pasar el cargo de Franciscanos a Agustinos.

 

Si bien es cierto que ni los reyes o monarcas actuales deben tener la bendición como ocurría hace años de los papas, ni los presidentes o alcaldes o cualquier otro cargo similar exige la bendición papal, lo cierto es que en países como México se mantenía la expectativa de quién sería el nuevo jerarca de la iglesia católica y ahora que se ha conocido el nombre son muchos los que esperan su pronta visita.

 

A León XIV, le da la bienvenida un mundo dinámico, junto a una nueva guerra que se cocina entre la India y Pakistán, dos potencias nucleares quienes vivían en tensa calma y al parecer se suman a los conflictos armados, ya en procesos como lo son los que mantienen Rusia y Ucrania o Israel y La Franja de Gaza. Temas de los que se espera una postura a favor de los débiles, de quienes tienen la razón o los poderosos que sin tocarse el corazón están.

 

El nacido Estadounidense, y con nacionalidad Peruana, conoce América Latina, es experto en matemáticas y cuenta con un rostro amigable, pero ha de ser fiel a su congregación religiosa, defendiendo a los más necesitados, en especial a los migrantes que tienen tantos enemigos que le suman a su triste peregrina, debe seguir con las ideas de avanzada que tenía su predecesor para evitar la se siga mermando el número de seguidores o feligreses, pero sobre todo debe limpiar a iglesia de aquellos que usando una sotana y habiendo estudiado las sagradas escrituras se han portado peor que demonios.