Columna de Oscar Espinoza Villarreal: ¡Ni hablar, a repartir los huevos, no hay de otra!
No sabemos aún cuál será el destino del TLC, como resultado de este proceso de renegociación. Lo que sí sabemos (si es que aprendemos las lecciones) es que resulta muy peligroso, en el tema del comercio internacional, poner todos los huevos en la misma canasta. Sin duda, estamos obligados a contemplar una mayor diversificación de nuestro comercio exterior.
Y una interesante alternativa para avanzar en ese propósito, la constituye el acuerdo comercial que habrá de sustituir al TPP. Tras la salida de Estados Unidos de dicho Tratado durante el primer mes de gobierno de Trump, los 11 países miembros del mismo buscaron reformar el tratado para las economías que decidieron permanecer, habiendo arribado el 23 de enero a un consenso sobre la versión final del texto del Acuerdo Amplio y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP), mismo que será firmado este 8 de marzo en Chile.
Las economías combinadas de los 11 miembros representan alrededor del 14% del PIB mundial y 15% del comercio mundial, esto supone una menor proporción del comercio global de lo que el TPP original con Estados Unidos comprendía, es decir 37.4% del PIB global y 25.9% del comercio mundial. Según Shujiro Urata de la Universidad Waseda en Tokio, cada país podrá derivar un crecimiento de 1% anual promedio en el PIB para 2030, gracias a la nueva versión del Acuerdo.
Entre otras cosas, 22 provisiones del Tratado original cambiaron; principalmente en derechos de autor, bienes culturales y solución de disputas, Entre los temas que se han modificado, uno de los más relevantes es la transparencia del Tratado. Durante las negociaciones previas se criticó que no se conocía el resultado final de los acuerdos; pero ahora existe más transparencia sobre el acuerdo, disponible en la página de la Secretaría de Economía: http://bit.ly/2uAQ3AB
Uno de los temas que se ha modificado y que interesaba a Estados Unidos era la regulación de disputas entre inversionistas y gobierno. Sin Estados Unidos, este tema ha perdido relevancia, dejando a cada país dirimir las disputas según sus sistemas judiciales. Estados Unidos buscaba una mayor regulación en este punto pues sus compañías se podrían ver beneficiadas por esta regla, en cambio Canadá se oponía a estos mecanismos.
Otro cambio relevante es el ocurrido en el tema de la protección de derechos de autor a un estándar de 50 años en todos los países, respecto al umbral de 20 años común a todos los países de la OMC. Asimismo, existe una mayor flexibilidad sobre los bienes patentables, particularmente en la industria farmacéutica haciendo más fácil la entrada de genéricos.
En la reunión Anual del Foro Económico Mundial, realizada a finales de enero, Justin Trudeau, abrió su ponencia mencionando que los temas relevantes en este acuerdo para Canadá son la propiedad intelectual, los bienes culturales y el sector automotor. Trudeau considera que era necesario permanecer en este acuerdo porque los tratados comerciales tienen el objetivo de ofrecer mejores oportunidades a los ciudadanos, sobre todo en un contexto en el que la industria está cambiando.
Sin embargo, Canadá ha sido uno de los países más reticentes al nuevo acuerdo por el tema de bienes culturales. Canadá pugnó porque los productos artísticos, programas de radio y televisión, y productos tradicionales permanecieran fuera del acuerdo, insistiendo en que cada país tenga soberanía sobre cómo comerciarlos y subsidiarlos. Este punto es relevante para el comercio de contenido digital y de telecomunicaciones, ya que se refiere a la discrecionalidad sobre lo que puede ser transmitido en otros países.
Es interesante observar que en el caso de Canadá, este país espera obtener beneficios por 3 mil 400 millones de dólares como resultado del CPTPP, cifra superior a la de 2 mil 800 millones que esperaba ganar con la versión previa del acuerdo. No he encontrado estimaciones para México, pero sería interesante conocerlas.
La presentación de Donald Trump en el último día del Foro hizo énfasis en la idea de que Estados Unidos ya es un destino competitivo para invertir. Sobre política comercial, Trump señaló que buscará combatir «prácticas comerciales inequitativas», como robo de propiedad intelectual, incentivos industriales públicos y la planeación estatal de la economía. Durante la presentación resaltó el lema de America First en el que la prioridad de la política comercial será nacional. Trump no descartó la posibilidad de regresar al TPP si la nueva versión del acuerdo es favorable para Estados Unidos, pero no mencionó la relación con México o China.
En el caso de nuestro país, décimo tercer exportador del mundo, los mercados automotrices, manufacturas de electrodomésticos y aeropartes, hortalizas y alimentos procesados son los sectores más relevantes que tiene para negociar en el Tratado. Con el Acuerdo, México tendrá acceso a seis nuevos mercados: Australia, Brunéi, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam.
El CPTPP se inserta en una estrategia de diversificación del comercio mexicano. Otro elemento importante de dicha estrategia, lo constituye el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, respecto al cual concluirá la novena ronda de negociaciones el 22 de febrero próximo. Se busca mejorar las reglas de origen, contratación pública, empresas propiedad del Estado, comercio de servicios, inversión, propiedad intelectual, anticorrupción y mejoras en el proceso de solución de diferencias comerciales.
Aun cuando es de esperarse que las tasas de crecimiento con otros mercados sean limitadas, dada la concentración que existe con EUA y Canadá, éstas son, sin duda, dos alternativas importantes para lograr aquello que manda la conseja popular: repartir los huevos en varias canastas.