Arena suelta: Una experiencia de vida.
Por: Tayde González Arias. En este lado del mundo hoy nos amaneció con frío, ayer hiso una tarde estupenda pues la caída del sol dibujaba sobre su cielo líneas multicolor y según los pronósticos de la temporada los días por venir serán semejantes, aunque con los caprichos de la naturaleza todo puede variar. El domingo pasado me visitó Eva, quien se hiso acompañar de Alejandra y Salvador, los tres han vivido en Panamá, aunque Eva es Mexicana, al igual que la madre de Ale, pero Chava es ciento por ciento Panameño, aunque en la actualidad y desde hace cinco años vive y trabaja en Zambia. Eva regreso a Zitácuaro que es en donde yo vivo, porque la ultima vez que vino se sintió arropada por el lugar y gustosa del buen trato de los citadinos de mi lugar, en sus palabras, no es tan caótico como las demás ciudades cercanas a la ciudad de México que es en donde radica cuando no está en el extranjero pernoctando en casa de su madre, que es madre y padre desde que ella tiene recuerdos.
Al mostrar a los visitantes las riquezas con las que se cuentan en la ciudad que además posee el titulo de Ciudad Heroica y de la Independencia se han quedado orgullosos de ser latinos, mexicanos y de la doble nacionalidad. Sin embargo no pudieron dejar de lado las comparaciones con la historia de nuestra gente. Una de las primeras platicas que desarrollamos fue con Salvador, quien tiene 24 años y al concluir su equivalente al medio superior en su natal Panamá, aplico a una beca para estudiar en Estados Unidos de América, en donde se decidió, desarrolló y concluyó la carrera de ingeniería en minas y metalurgia, aun sabiendo que su país no cuenta con una industria minera de amplio espectro, y aunque tuvo que poner en la balanza otras carreras y sin haber planeado o pensado en esta opción académica, le puso el empeño necesario para sostener los beneficios que le ofrecía una beca que lo llevo a estar en ese lugar, haciendo con ello además que fuera acreedor de ofertas de trabajo inmediatas a su egreso, decidiendo estar en el continente Africano, en una gran mina de cobre de Zambia. Con esta breve historia y con estas pocas palabras de lo mucho que hablamos, comprendí que es muy importante aprovechar las oportunidades, que algunas veces debes elegir pronto y aunque no sea lo que siempre quisiste una vez que tienes la opción debes tomarla con seriedad, también es muestra de que la edad no es sinónimo de madurez o inmadurez y que cuando quieres triunfar, obstáculos como la lengua o la distancia son trancas que se pueden saltar.
Por otra lado, Alejandra, que es una chica de tez blanca y a decir del teñido caoba en su cabello, muy libre y alegre por definición (quien además por cierto es vegana) nos platicó que ella estudio para ser licenciada en cine y aunque su mamá es de Coahuila México, se conoció con su padre panameño pero nunca había venido al país y esta era su primer experiencia, se la paso comparando partes de la ciudad con su añorado y querido Panamá, y cuando probó el pan, los quelites y el mezcal se dijo satisfecha y habida de comer más muy pronto. Ale, da muestra de tal cual comunes somos, de como no somos distintos y frente a lo que pueda diferenciarnos son más rasgos y características que como especie tenemos en común y eso es el gusto por lo nuestro y el origen de la vida.
Con Eva, ya nos habíamos visto antes, pero incluso ella no sabia que Ale era vegetariana y que Chava estaba en Zambia por estudiar la carrera en Estados Unidos de América producto de una beca, lo que invita a la reflexión de las tantas veces que compartimos y que creemos conocer a la gente que decimos ser amigos, pero no conversamos lo suficiente, no hablamos lo necesario, o de los temas que cobijan el alma y el ser, por eso es importante la charla, dejar de estar tanto tiempo en el teléfono y aprender usar idealmente el sentido de la audición y la boca, antes de que tengamos que partir de este mundo y vengan otros y nos cuenten las cosas que no fuimos capaces de descubrir directamente.
Cuando hablamos de la situación política de los países que son vecinos de los que habitamos, no deseamos parecernos a aquellos con inestabilidad política, como Zimbawue, tampoco asemejarnos a los que viviendo un movimiento como el apartheid, aún reside en ellos el rencor y lo hacen visible continuamente en Sudáfrica, pero la apuración de los cuatro en cuestión fue la misma y es que, los hombres y las mujeres del planeta podamos generar sinergia por el bien de los demás, incluyendo al medio ambiente, debido así como de las minas al extraer oro se devasta por el uso de materiales tóxicos, los recursos naturales, o por degustar platillos exóticos se asesinan animales, también entre nosotros al estar ausente el amor propio y el bien común seguimos abonando a la miseria humana que evita caminar a la buena vida.