TAYDE GONZÁLEZ ARIAS. ARENA SUELTA: MUERA EL REY, VIVA EL REY. ADIÓS SILVANO, BIENVENIDO ALFREDO.

El Gobierno Silvanista, ha llegado a su fin, en medio de una crisis de inseguridad y de falta de pagos a trabajadores estatales que justificó por la falta de apoyo del Gobierno Federal. Silvano Aureoles, como muchos otros políticos busco ser el Gobernador de Michoacán, por mucho tiempo, y su llegada al ejecutivo estatal, se dio en medio una crisis política en la que habían pasado por ese cargo, en el tiempo que debiera haber estado un gobernador, tres mandatarios, que como en muchos casos, sin haber ganador en las urnas una elección, fueron puestos por el congreso del estado.

Se esperaba del gobierno del perredista, como casi siempre de los gobiernos o autoridades que inician, cambios o transformaciones en Michoacán, sin embargo, se vio rebasado por la inseguridad, el déficit presupuestal y la ambición por sostener a sus allegados en los cargos de elección popular, así como señalamientos de todo tipo, pero en especial de desvió de recursos.

Lo último que se le atribuye al ahora exgobernador, es su interés por la venta de bienes estatales, por lo que sus contrarios iniciaron una campaña, en la que exigían que no se vendiera el patrimonio de los michoacanos.

En la elección más grande que ha vivido México (la del 2021), se sancionó claramente, en Michoacán al gobierno en turno, al grado que, en algunas casillas, no se llegó a obtener ni siquiera un voto a favor del candidato de Aureoles Conejo, y es que en algunas regiones, como tierra caliente o el oriente de Michoacán, las inconformidades sociales eran tantas, y aunque para quienes conformaron el bloque oficialista “el tiro no fue derecho”, lo cierto es que por unanimidad el Tribunal Electoral de la Federación, ratifico lo que el Instituto Electoral de Michoacán, había dispuesto, que Ramírez Bedolla, es quien ganó la elección.

Éste proceso electoral, ha sido posiblemente el que más tiempo ha durado, porque antes de la campaña, durante la campaña, y al finalizar la campaña, la contienda se peleó; en las urnas y en los tribunales, cosa que ha venido pasando, cuando las inconsistencias o irregularidades se dan durante el proceso, pero sobre todo cuando no se sabe ser buen perdedor o perdedora.

Inicia el mes de octubre en Michoacán, con un gobierno que promete una coordinación perfecta con el Federal de López Obrador, lo que se entiende urge a las y los michoacanos, una vez que el dinero que al parecer por capricho y rencillas políticas no “soltaban”, al Silvano, se espera si le entreguen a Alfredo, y entonces se pueda pagar a las y los maestros, a las y los trabajadores estatales, proveedores y a todas y todos a los que les quedó debiendo Silvano.

Qué bonito y bueno fuera, que esos discursos de unidad que dan los candidatos ganadores, se cumplieran y que una vez que son autoridad eligieran en su gabinete a las mujeres y hombres más preparados, y capaces intelectual y moralmente para desempeñar los cargos o responsabilidades administrativas, pero como ya hemos visto y seguramente seguiremos viendo, desde los municipios, distritos y el estado, lo único que saben hacer es pagar los favores políticos, reciclando funcionarios

que lo único que han sabido es dar pena, antes que resultados, y en lugar entregarse a las causas sociales, se venden por el interés de llenar sus bolsillos, y aunque son muy pocos los rescatables, ojala sean suficientes para dejar de poner a Michoacán en las manos de los delincuentes y poner la bota sobre el cuello a las mujeres y hombres que trabajan cada día, en la limpia de las vías públicas, en la atención a enfermos de cáncer, el Covid u otras acciones delicadas, en espera de recibir un pago y a cambio ser víctimas del abuso e irresponsabilidad de aquellas y aquellos que tienen los fondos económicos del Estado.

No podemos más que, como creyentes ponernos en las manos de El Señor, y como ciudadanos estar atentos a los buenos o malos manejos del dinero que es de todos, además de como humanos, exigir cuando así se requiera, que el bienestar y la paz reinen en Michoacán y el mundo. Pues no hay tiempo para más equivocaciones y para experimentos o desfalcos en una entidad dañada en sus entrañas y afectada del corazón.

Que la autonomía, teórica y práctica del Estado Libre y Soberano de Michoacán, sea respetada y perdure, que no se militarice, pero tampoco que se expongan a la milicia a la burla, como en los últimos años, que se le pague al que trabaja, que gobierne sin distinción de partidos, y que la responsabilidad financiera, la trasparencia en los gastos como en la función pública en general, den de qué hablar por lo claro y lo correcto de su aplicación, para aspirar a ser realmente y merecidamente; el alma limpia de México.