¿Qué estamos consumiendo?
¿Qué estamos consumiendo?
Arena suelta
Por Tayde González Arias
A quién estamos haciendo famosos en las redes sociales, cómo es posible que le demos la oportunidad de entrar a nuestra vida a la burla o las ofensa, será que disfrutamos más de la mala vida y de las malas prácticas de aquello que suma o permite ser mejor persona o ser humano, o ya no tiene sentido ni razón de ser buscar el respeto y con ello la humanización.
La ignorancia es fatal, y es tan mala aliada que por no conocer la trayectoria de un artista se descalifica el verdadero talento y se enaltece hasta la admiración a cualquier hijo de vecino.
Más allá del mero entretenimiento, en que te puede formar quien despotrica cada que puede detrás de una cámara.
Es sumamente grave que muchos niños y jóvenes (aunque no faltara el adulto), quieran convertirse en tiktoker, youtuber o influencer antes que en profesional en alguna área o disciplina como el ser médico, abogado o cualquier otra profesional, sobre todo si se hace por creer en lo que más dinero te puede dejar y no en lo que puedes hacer por los demás.
Definitivamente que tampoco somos capaces de diferenciar entre lo bueno y lo malo, porque en la red hay información valiosa, pero dado que para muchos es más sencillo abrir el buscador, Insertar lo que necesitas en texto y en voz y quedarte con el primer resultado, en vez de ir al google académico, y realizar una búsqueda especializada, más completa y eficaz.
¿Qué estamos consumiendo en la gran red mundial, o para qué las estamos usando? Un par de preguntas que muy fácilmente se contestan, pues basta con ver los millones de seguidores que tienen y con lo que ganan dinero, payasos que se burlan de su público, adultos mayores que no llevan con dignidad y respeto su edad y despotrican con malas palabras o bailes que rayan a la ridiculez.
Recuerdo que alguien dijo que criticaban los concurso de belleza porque por sus rasgos o características físicas no les permitirán competir, pero es un argumento muy básico decir que no se puede hacer un crítica a un asunto que no nos beneficia, pues se trata en sí de una serie de acciones y temas que no han construido ciudadanía sino más bien a acabado y hecho trizas la moral individual y social.
El tiempo es un bien no renovable, y también es dinero, y justo ahora que nos pasamos gran cantidad de tiempo frente a la pantalla del celular, por lo que valdría la pena ir a la información de consumo y además de hacerlo por salud física, como la lubricación ocular por ejemplo, considerar la salud mental, de tal suerte que evitemos el estrés y la liberación de sustancias benéficas para nuestra salud. Pues ¿Quién se vuelve adicto o quien se vuelve dependiente? No es acaso quien vive en soledad o no se encuentra en un estado de equilibrio y se acude a las redes sociales para llenar vacíos o resolver temas, que precisamente en esos lugares, jamás encontrarán una solución verdadera.
Si bien es cierto que el algoritmo de las redes sociales, permite que cuando te ves interesado por un contenido y lo buscas o lo vez por un tiempo determinado, inmediatamente enseguida una y otra vez te vuelven a aparecer ese tipo de videos, información o fotos alusivas al tema, deberíamos ser capaces no sólo de identificar, sino también de seleccionar y cuidar la calidad y veracidad de lo que vemos con el propósito de que los contenidos que se nos ofrezcan o se nos muestran como sugerencias nos facilitan tareas y nos permitan ser mejores en lo que somos y hacemos y no nos aleje de las cosas, temas o asuntos benéficos.
Más allá de los que están en acuerdo o desacuerdo de que los niños o menores usen dispositivos electrónicos por la información a la que tienen acceso, de que se instalen programas o software que inhiba el acceso a cierta información, valdría la pena legislar en materia de redes sociales, no como un asunto de libertad sino como un principio por que prevalezca la humanidad en los ciudadanos del presente y del futuro y evitar la descomposición social que parecer estamos viviendo en demasía.
Que cada uno hagamos lo que queramos pero que sea sabiendo lo bueno que es el conocimiento y lo solo lo hueco de lo que nos ofrecen las redes, que cada uno veamos lo que queramos en las redes sociales pero que sea bajo una clara condición de lo que nos abona y lo que nos quita en nuestro ser y persona.
«Piensa antes de Imprimir»