Preserva CONAFOR hábitat de la Mariposa Monarca
• En cinco años se han invertido 59.4 millones de pesos
De 2013 a la fecha la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) ha destinado 59 millones 467 mil 173 pesos a la conservación de la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca (RBMM) que incluye territorio del Estado de México y Michoacán.
Este año, se invirtieron 5 millones 624 pesos, de los cuales un millón 309 mil 302 pesos se asignaron a Michoacán y 3 millones 691 mil 322 pesos al Estado de México.
Con los apoyos de la CONAFOR los dueños y poseedores de terrenos forestales realizan acciones de detección y control de plagas, vigilancia forestal y conformación de brigadas para la prevención y combate de incendios en la reserva, así como trabajos de reforestación y mantenimiento de caminos.
Con recursos del Programa Nacional Forestal (PRONAFOR) y de Compensación Ambiental, en los cinco años se han reforestado 2 mil 99 hectáreas, se han producido 1.7 millones de plantas y se abrieron 19 kilómetros de caminos forestales.
En total, la superficie vigente del concepto Pago por Servicios Ambientales (PSA) en la reserva es de 18 mil 991 hectáreas, que representan el 33.7 por ciento de la superficie total, de las cuales 9 mil 16 corresponden al Fondo Concurrente de PSA Fondo Monarca.
Los sitios de hibernación de la mariposa se localizan a 3 mil metros sobre el nivel de mar en los bosques de oyamel (Abies religiosa) de Michoacán y Estado de México, donde encuentran condiciones ideales para su vida como temperatura cálida, humedad y árboles con una altura de 20 a 50 metros que la protegen contra la lluvia.
La RBMM tiene una extensión de 56 mil 259 hectáreas ubicadas los municipios de Temascalcingo, San José del Rincón, Donato Guerra y Villa de Allende, en el Estado de México; Contepec, Senguio, Angangueo, Ocampo, Zitácuaro y Áporo, en Michoacán.
Estos insectos iniciaron la travesía en agosto, volando más de 4 mil kilómetros para llegar puntuales a los sitios de hibernación. Producen uno de los fenómenos migratorios más increíbles del mundo por su alto valor ecológico.
En 2008 se declaró Patrimonio Mundial Natural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).