¿Por qué le van al américa? Autor: Víctor Hugo Hernández Cedillo.
Se jugó el «clásico» contra los de Coapa y con ello, me viene a la mente aquel penoso día, cuando le pregunté a mi primo:
«¿Por qué le vas al América?»
En esos tiempos, él era un pre adolescente inmaduro, que se la pasaba postrado en la sala de su casa viendo la programación de televisa, me respondió:
«Porque es el equipo que tiene mucho dinero, compra lo que quiere. No escatima recursos. Es famoso, siempre sale en comerciales y hasta los conductores se ponen esa playera».
Mi tío, un señor adinerado que le daba todo para que Junior no se preocupara por su futuro, había creado un adolescente incapaz de valerse por sí mismo. Su hermano menor, quién se encontraba también en la sala, añadió:
«Porque el Chanfle es lo máximo»
No solté la risa por respeto a mi tía, quién con ojos de: «si intentas persuadirlos o debatirles lo contrario, te corro de aquí».
Obvio yo, un joven de 15 años, al que le gustaba estar con los primos pese a sus preferencias futboleras. Siempre mantuve el respeto por sus apaciguadas respuestas. En todas las reuniones, siempre se guardaban los comentarios futboleros. Era como una especie de censura al progreso mental y al desarrollo de ideas en un debate futbolístico dentro de una casa amarilla. Al tiempo y con la llegada de facebook después de una publicación que escribí, en una reunión familiar se desató un debate sobre si la falta de lectura inhabilitaba a un americanista para ampliar su criterio de discernir o, cuando menos, de analizar tantito la historia de su equipo. En estricto sentido la respuesta es negativa: un americanista no tiene por qué ser un lector consumado, para tener la capacidad de pensar o razonar algo. Deduje.
Pero eso era antes. Los americanitas de ahora están hechos de una materia gris muy endeble (hay quien diría que, más que materia, se trata de una pequeña membrana) y su formación académica resulta, si no deficiente, cuando menos incompleta. No son capaces de analizar, de reflexionar, de argumentar, y vaya…, de responder una simple y sencilla pregunta:
¿Por qué le van a ese equipo?
Se trata de un problema grave, porque si bien, mi tío, un inteligente emprendedor de negocios bien se supo relacionar con gente de televisa y su educación le abrió las puertas para ser socio de un Club al que jodidamente odia, pero que le permite vivir «bien», aunque no viva convencido, eso medio lo salva. Esto que escribo, lo respaldo porque cuando en las reuniones mi tío se pasa de copas, le salen sus recuerdos de persona humilde y sencilla, en la que de niño dibujaba el escudo de Chivas en la entrada de su vecindad. Mi tío renunció a los valores, por ir en busca de otros valores. No me imagino como pueden dormir aquellos que le van a un equipo, y tienen que mentir que le van al de casa, porque si no, los corren.
De acuerdo: no se trata de juzgar a mi tío y sus decisiones, pero una vez él, le propuso a mi papá un buen puesto en televisa, él se negó porque sus convicciones estaban muy bien cimentadas. Al igual que yo, cuando mi tío de manera espontánea y bromista me dice: «Te consigo empleo en televisa, en una de esas hablo con Emilio y que te de trabajo en Televisa Deportes para que le escribas al América».
Yo y mi sonrisa de: «No me chingue, tío».
Sólo le respondo: «No me gustaría».
En ese sentido, sólo me interesaría hacer una modesta contribución para elevar el nivel intelectual de sus seguidores amarillos y, quizás de pasada, mejoraran sus respuestas cuándo respondan la pregunta:
«¿Por qué le van al América?»
Quizá ampliarían un debate y no sólo respuestas típicas.
Hoy mi primo, ya es todo un licenciado. Y lee tanto, que ya no hace el ridículo en sus respuestas. Hoy sólo responde:
«Sí le voy, pero sólo sigo la tradición. No me convence su historia, sé de todo lo negro que hay detrás del equipo, por eso no asisto a los partidos. No puedo ser un aficionado apasionado porque no tengo el valor ético de apoyar una historia gris. Tampoco puedo cambiar, sería traicionar a mi familia. Pero sabes que ya no me pongo la playera, como en la adolescencia. Estoy atado. Dichoso tú. Yo sólo tengo el argumento de Santander, tú tienes el de Chiquimarco, el de Codesal, el de Arturo Brizio, el de Paul Delgadillo, Joaquín Urrea, César Ramos, etc. y luego el Director Técnico Miguel Herrera, tanto que criticó esas ayudas al América y hoy se traga sus palabras por dinero…»
Su hermano (mi otro primo), aún no termina sus estudios, su única fuente de argumentos es la de un tal Álvaro Morales.
Es bonito debatir con gente preparada del América, porque sus respuestas serán:
«Le voy por el glorioso América de los ochentas», pero ese argumento se desmorona cuando le hablas de esa misma década con la PRODE».
U otra respuesta, como la de mi tío:
«Porque debo apoyar la casa que me da de comer», ese no de desmorona tanto porque bien ha invertido y cuida sus valores económicos. Allá él.
Aunque son pocos, hay quienes aún con su preparación, deben aguantar la vergüenza de irle a ese Club. Es un amor ciego, que los hace olvidar su pasado y que sólo viven el presente de un liderato que no les borra todas las manchas en cada una de sus finales, pero que con esa buena racha, creen que su pulcritud está sana y limpia.
¡Ternuritas!
Mientras llega una buena respuesta que me haga poner de píe y reconocerle su argumento, sin groserías, ni Chespiritos, dejaré que esta mañana se siga enfriando mi café…
Twitter: @Vichhc