P. Ángel Espino García. Contemplando la Creación: EL CANTAMISA DEL P. ABRAHÁM EN LAS LIRAS
1.- Cuenta el P. Anthony De Mello que un hombre compró una bicicleta y fue de compras al mercado. En la puerta dejó su aparato y fue de puesto en puesto con su alforja. Tomó la combi y se fue a casa, olvidando su bicicleta. Por la noche se acordó y se le fue el sueño. Muy temprano fue al mercado pensando que se la hubieran robado. ¡Sorpresa! La bici estaba en el lugar donde la había dejado. Muy feliz fue a la Iglesia a dar gracias a Dios por su bicicleta. La colocó junto al cancel y fue al altar a orar y a dar su ofrenda. Pero al salir del templo, su bicicleta había desaparecido.
2.- ASÍ EN LA VIDA.- Tanto en los templos como en las calles hay que amar a Dios. Ya es tiempo de buscar al único Dios verdadero y no a dioses imaginarios, como el robo o cualquier idolatría. El Amor de Dios no está muerto y un minuto de amor verdadero vale más que los sacrificios. Es mejor ayudar que almacenar y es mejor pedir que robar. Gracias a Dios por la vida, por el amor y por los amigos. La vida es el sol que no se apaga y brilla en nuestras almas. Gracias a Dios porque nos ama.
3.- EL COLOR DE LA FIESTA.- El campo “Las Liras” es un pequeño paraíso con sus árboles, su aire puro, su campo verde y el canto de las aves. Con fecha inolvidable del 14 de octubre del 2020, el campo se vistió de gala para el cantamisa del primer sacerdote de San Felipe, Zitácuaro. Llegó la procesión con el P. Abrahám, acompañado por su familia y cientos de fieles. Todo era sorpresa: cientos de globos de colores, la música y el salón lleno a toda su capacidad con fotos y frases alusivas a la Eucaristía. Nunca en la historia de Las Liras se había visto tan gran número de fieles en una santa Misa con tanto entusiasmo y compartiendo los alimentos como hermanos, guardando las medidas sanitarias.
4.- LA SENCILLA Y CLARA HOMILIA.- Estuvo a cargo del P. Carmelo Cervantes, quien le debe su vocación, después de Dios, al P. Roberto, quien daba dulces a los niños en su Parroquia. Explicó el predicador cómo a Dios no se le puede encerrar en un concepto. Dios es AMOR. Por amor hizo la Creación y por amor nos ha creado. Por amor, Dios se hizo carne. El Amor de Dios es personal y preferencial. También dijo San Agustín: “Ama y haz lo que quieras”. Al final, el P. Carmelo, dueño de la audiencia, dio unos consejos: “Vive tu sacerdocio como una gran aventura del amor de Dios. Cada día, ten un encuentro personal con Dios. Tu familia es tu ancla en las tempestades. Nunca ejerzas tu ministerio por remuneración. Ama a tu Iglesia y obedece al Magisterio”. Muchas felicidades al P. Abrahám y a sus compañeros. Gracias al P. Rubén Andrés por la organización y gracias al P. Carmelo por el espíritu de su homilía. ¡Salvemos lo verde!