Los tipos de cubrebocas
Por Apoorva Mandavilli | The New York Times
John Brooks, director general médico del programa de prevención de la COVID-19 de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) de Estados Unidos. “Es como un efecto grupal”.
(Fragmento de una nota más amplia).-El término cubrebocas se refiere a cualquier tipo de protección que cubre el rostro, pero su eficacia depende en gran parte del modelo. El criterio de referencia es el N95 que, como su nombre lo indica, es capaz de detener el 95 por ciento de las partículas nocivas que podría inspirar o espirar la persona que lo usa. Las mascarillas quirúrgicas también son muy eficaces para filtrar estas partículas.
No obstante, los expertos afirman que solo los trabajadores sanitarios requieren ese nivel de protección. Los médicos y las enfermeras trabajan muy cerca de los pacientes infectados durante periodos prolongados, lo cual aumenta de manera considerable el riesgo de que se contagien de coronavirus, señaló Brooks.
Por otro lado, la persona promedio está expuesta a cargas mucho menores del virus y de manera menos frecuente, así que quizá esté protegida con una mascarilla de tela bien elaborada, comentó Brooks. En algunos casos, unas buenas mascarillas de tela que cuenten con varias capas que puedan retener las partículas del virus —las más gruesas por lo general son resistentes a la luz— son tan eficaces como los cubrebocas quirúrgicos.
Además, las mascarillas de tela son reciclables y duraderas, y conservan su eficacia incluso después de varias lavadas. Las N95 y las quirúrgicas casi siempre se usan una sola vez y “se tiran a la basura”, comentó Brooks.
Los cubrebocas evitan que las personas infectadas propaguen el virus
Es indiscutible que los cubrebocas N95 y los quirúrgicos evitan que los patógenos infecten a otras personas, una de las razones por las que los médicos casi siempre han usado cubrebocas quirúrgicos para proteger a sus pacientes.
Existen cada vez más pruebas de que también las mascarillas de tela detienen los virus que exhala una persona infectada cuando respira, habla, canta o grita y que eso controla la propagación desde el origen.
Este hallazgo se volvió especialmente importante cuando los científicos supieron que las personas que ni siquiera tienen síntomas podrían transmitir el virus. Más del 50 por ciento de los contagios pueden ser provocados por personas asintomáticas.
Volckens señaló que además de los estudios epidemiológicos que demuestran que el uso de los cubrebocas es extendido en países que han controlado de manera exitosa el virus, se ha demostrado que reducen considerablemente el virus en las entidades regionales estadounidenses y los centros de atención médica.
Los cubrebocas protegen a quienes los usan, aunque todavía no se sabe con cuánta efectividad
En muchos estudios se ha demostrado que todos los tipos de mascarillas brindan cierto nivel de protección. Pero aún no se sabe con precisión cuánta protección ofrecen.
“La protección no es del 100 por ciento para quienes las usan”, comentó Leana Wen, excomisionada adjunta de salud de Baltimore, acerca de las mascarillas de tela. “Por esa misma razón es tan importante el uso universal del cubrebocas, porque necesitamos que lo porten las personas infectadas”.
Se cree que, en este sentido, los cubrebocas N95 son los más eficaces, seguidos de los quirúrgicos. Pero son escasas las evidencias sobre las ventajas de las mascarillas de tela.
“No se han hecho estudios adecuados sobre la protección para el usuario”, afirmó Linsey Marr, especialista en la transmisión de los virus por vía aérea del Instituto Politécnico y Universidad Estatal de Virginia. Sin embargo, afirma que la mayoría de los investigadores cree que las mascarillas de tela ofrecen al menos cierta protección.
Algunos de los estudios sobre la protección del usuario se realizaron en laboratorios en condiciones ideales, o con maniquíes, lo que no capta situaciones más realistas en las que las personas usan los cubrebocas de manera inconsistente o incorrecta.
A pesar de eso, en uno de esos estudios, una mascarilla hecha con cuatro capas de gasa quirúrgica de tejido apretado evitó la transmisión de manera más efectiva cuando la usaban ambas partes que cuando solo la portaba una persona infectada, dijo Brooks.
“Funcionaron mejor juntas, y las mascarillas de tela funcionaron esencialmente tan bien como las quirúrgicas”, dijo. “Cuando usas un cubrebocas, estás protegiendo a los demás además de a ti mismo”.