Jonathan Ruiz Tortre.Parteaguas, Nuevos caminos para hacerse rico
Jonathan Ruiz Tortre.Parteaguas, Nuevos caminos para hacerse rico
-Lo mejor está por venir para aquellos que tengan ideas para educar gente, curarla, para generar energía, vender casas o para mejorar el verdadero multiverso de la nube.
Author photo. Jonathan Ruiz Torre. Parteaguas. julio 19, 2022. Parecería que nadie está vendiendo en estos días. La verdad es que hay un montón de gente haciendo negocios.
Los mexicanos se han perdido un lado de la fiesta del cambio del planeta. Aprovecharon tratados de libre comercio para poner fábricas en Monterrey y Querétaro, pero todavía no consiguen una empresa tecnológica del tamaño, digamos, de la argentina Mercado Libre.
Pero no es posible regresar a 1994 y poner a dos genios a crear algo parecido a Google.
Tampoco, al inicio del siglo para conseguir un Facebook o algo que se le acerque a Amazon.
¿Entonces? ¿No hay nada que hacer? Todo lo contrario. Lo mejor está por venir, quizá, para aquellos que tengan ideas para educar gente, curarla, para generar energía, vender casas o para mejorar el verdadero multiverso que ya opera: la nube, esa red de servidores remotos en los que guardamos desde los ‘mails’ hasta las fotos del Instagram.
Buena parte del dinero va en estos días a ideas que ofrezcan escapar de la dependencia del petróleo y el carbón.
Larry Fink, líder del gigante grupo inversionista BlackRock, advirtió este año que él va por proyectos de generación
de energía:
“Los próximos mil unicornios no serán motores de búsqueda ni empresas de redes sociales, serán innovadores sostenibles y escalables: nuevas empresas que ayuden al mundo a descarbonizarse y hacer que la transición energética sea accesible para todos los consumidores”, escribió en su carta para CEOs, de 2022.
Ese es un camino, pero recientemente platiqué con Miguel Nigorra, socio de Fifth Wall, el fondo de inversión más relevante del mundo en materia de proptech o tecnología de comercialización de inmuebles.
Ellos invirtieron en Clickalia, una empresa de origen español que hace menos de un año aterrizó en una oficina frente a la estatua del presidente Masarik, en Polanco. Hoy ya venden una casa a diario.
Su negocio consiste en el viejo modelo de comprar y vender, pero con todas las herramientas para hacerlo rápido, sin fricciones y conectando rápidamente a compradores de una vivienda céntrica y remodelada.
En lo que más invierten es en innovación y en marketing. En México, la mayoría apuesta a colgar un letrero en la reja y esperar a que llame alguien.
La edutech genera proyectos como Platzi o Byju’s y facilita el proceso educativo, pero de lo que se habla menos es de healthtech. Tomen en cuenta que si es posible hacer un videojuego para transitar virtualmente en una ciudad, algo similar puede hacerse con la tarea de ‘viajar’ en el interior de un cerebro humano.
La Universidad George Washington está utilizando una herramienta de realidad virtual para neurocirugía y cirugía torácica, lo que permite a los cirujanos explorar virtualmente el cerebro y el cuerpo de un paciente antes de realizar un procedimiento.
Los pacientes y sus familias también pueden obtener una mejor comprensión de lo que harán los médicos antes de que estos operen.
Un estudio de Harvard Business Review encontró que el entrenamiento de realidad virtual mejoró el rendimiento quirúrgico general de los participantes 230 por ciento en comparación con métodos tradicionales.
Y todo lo anterior y lo que siga surgiendo se basa en el almacenamiento de información en la nube, que además puede ser ya administrada con inteligencia artificial.
Surgirán proyectos que deseablemente puedan incluir la participación de mexicanos en esos rubros, con una adición importante que hasta ahora era marginada: las relaciones humanas, como la empatía, liderazgo, trabajo en equipo… desgastados por la pandemia.
Quizá por eso Microsoft México acaba de nombrar como director a un experto justamente en la atención de humanos, Rafael Sánchez Loza.
La tecnología útil es la que puede mejorar la situación de la gente y ese campo no tiene fin.