Índice Político: ¿Qué busca EPN en las cajas de seguridad incautadas en Cancún?
Francisco Rodríguez. En las sociedades secretas, invariablemente regidas por sus propias leyes de opacidad, misterio y silencio, los escándalos en que incurren sus miembros –que pudieren llegar a revelar situaciones incómodas para la secta mafiosa– se castigan con suma rudeza.
No porque hayan violado las leyes de observancia obligatoria, las que vinculan a toda la ciudadanía a su cumplimiento y sanción, sino porque ponen en entredicho público el honor de la famiglia, la autoridad del gerifalte de mando que ejerce el padrinazgo absoluto sobre todas las actividades delincuenciales.
Así ha sido y así es desde los tiempos más remotos de la humanidad. Los últimos dos mil años ese comportamiento cupular ha sido adoptado por la Iglesia católica, sometida en sus inicios a la persecución del Imperio romano, y por las sociedades gangsteriles en toda la faz de la Tierra.
Otras sociedades secretas se suman a ese imperium mafioso de secreto y atraco social, basado en la confidencialidad, en la omertà, en la lealtad incondicional de los miembros hacia las verdades sagradas que forman la plataforma de su dominio.
Los mafiosos castigan el escándalo, jamás el delito
Así sucede con los grupos francmasones, con el famoso Grupo Bilderberg, con la Camorra napolitana, la mafia siciliana y la N’dranguetha calabresa, amén de los Illuminatti, los Big Masters de Albany, la mafia rusa, los financieros neoyorkinos egresados de Lehman Brothers, y hasta con los aprendices toluquitas que asuelan estas tierras.
Violar los grandes secretos equivale a caer en el escándalo, primera piedra de cualquier investigación policial o periodística que llegue hasta los sillones de los mandamases. Es algo que no pueden permitirse, máxime porque siempre los desvaríos de la conducta son cometidos por novatos venidos a más.
Se castiga el escándalo, jamás el delito. Este es materia terrenal no divina. Ellos están para aparentar que son aunque no sean. Ser respetados a toda prueba, a costa de la libertad, la integridad y la vida de alguno de los atrevidos que se quieren comer la luna a dos carrillos, que quieren hacer con el mar un buche de agua.
Gobernadores, cónsules del robo, asesinatos y atracos
Lo que ha pasado con los gobernadores, ejemplo del nuevo PRI, cómplices de Peña Nieto en los enjuagues cuyos emblemáticos ya forman una lista de 16 encarcelados, procesados o prófugos por extraditar, es digno de ser tomado en cuenta cuando de juzgar los procederes mafiosos se trata.
Todos los demás se han salvado, pues tuvieron el tino, la mesura si usted quiere, la moderación y la cordura de robar, asesinar y atracar con salvajismo, pero guardando las formas. Nunca exponiendo al escándalo los entrambuliques del presidentillo, donde ellos fueron los operadores locales, una especie de cónsules en las provincias priístas…
… donde ellos fueron la correa de transmisión entre las oportunidades del arrase con cualquier activo, bien inmueble, playas turísticas, moche$ con empresas extranjeras que trabajan a base de adjudicaciones sin concurso, reparto de comisiones con los narcotraficantes, compra de cadenas comerciales de renombre, pasto para los hambreadores.
Duarte y Hernández desembucharon… y he ahí las consecuencias
En el anaquel de los perversos gobernadores que faltaron a la confianza del llamado Jefe de las Instituciones Nacionales, se encuentran sin duda Javier Duarte, su socio en la Comercial Mexicana, Soriana y compañías adyacentes, y Eugenio Hernández, al que se le pasó la mano….
… en las indiscreciones del negocio de contrabando del gas patrimonio del pueblo a los gabachos, utilizando el gasoducto que en principio era concesión de empresas gringas que invirtieron sus miles de millones de dólares en Los Ramones, orgullo del llamado sexenio, en la Cuenca de Burgos.
Los dos, coyotes de la misma loma, aquejados del mismo mal, abrieron demasiado el abanico y la boca. Expusieron al ludibrio público, al pasto para las fieras al Jefe del Ejecutivo, su patrocinador original en todas las atrocidades que cometieron. Pero no lo hicieron con sigilo, desembucharon todo, y he ahí las consecuencias.
Y lo inaudito: unos días antes de que se gire la fatídica orden de aprehensión contra esos personajes, los diarios a modo y las empresitas radioeléctricas se dan vuelo cantando las loas a su honestidad y eficacia. Apenas son aprehendidos por cualquier corporación de medio cachete, los mismos medios sacan a plana y pantalla casera completa sus caras de locos y rateros dignos de atar.
Saña inaudita contra Borge, encarcelado en Panamá
Mario Villanueva Madrid, el ex de Quintana Roo todavía paga en chirona su osadía de manchar el pelaje de Ernesto Zedillo. César Duarte, el de Chihuahua, estuvo a punto de ser salvado por los oficios de su socio Emilio Gamboa Patrón. Hoy está prófugo, porque las reverencias del yucateco no alcanzaron para cubrir sus trafiques.
Pero en el caso del también ex gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge Ángulo, se han roto todos los estándares de tratamiento y de castigo. Primero, encargándoselo a los celadores panameños, expertos en este oficio desde la comedia de Manuel Noriega, con la tremenda consigna de hacerlo callar a como dé lugar, al cabo es una orden transnacional, ¡faltaba más!
Roberto Borge, socio insignia de Peña Nieto en el robo de las playas y terrenos turísticos de la Rivera Maya, se fue de la mano rematando en dos pesos una riqueza ancestral del dominio público de los mexicanos. Los mares azul esmeralda y las playas de talco fueron subastadas sin recato, muy por debajo de su valor, contra la Constitución y todas las leyes del cielo y de la tierra.
Crímenes ya acabaron con el turismo en Quintana Roo.
Pero tuvo la desgracia de asociarse en los enjuagues con su valedor, Félix González Canto y la ex policía judicial federal Leticia Rodríguez Lara, Doña Lety, para formar un cartel sumamente peligroso en esa costa del Caribe mexicano, a semejanza de sus socios calabreses de la N’dranguetha, que se les salió de todo control.
No sólo han robado, han asesinado a mansalva, sembrando el terror y atentando contra los turistas europeos, canadienses y gabachos, la inmensa mayoría de huéspedes de ese paraíso tropical. Acabaron con la industria sin chimeneas, con las costas y los presupuestos de ese sufrido Estado.
Borge, preso en Panamá, ha sido metido en una jaula para enfermos mentales en esa barandilla de la justicia mexicana. Vive como lo que es, un simio. Ahora se queja de que esas condiciones de confinamiento han afectado sus capacidades mentales, ¿cuáles?
La Interpol ha querido extraditarlo a México, país de sus crímenes de baja estofa, pero los mandarines de aquí señalan a cada intento que todavía «no existen las condiciones» para repatriarlo. ¿Será que no han encontrado el momento exacto para diseñar los subterfugios que lo exoneren?
Incautación ilegal. Sin órdenes judiciales. Y niegan amparos
Peña Nieto, preocupado por los secretos que lo involucran, seguramente guardados en cajas bancarias de seguridad, toma una decisión desesperada: hace ya tres semanas que ordenó a la Marina Armada y a los lebreles de la SEIDO incautar las 1 mil 500 cajas de seguridad de los cancunenses, depositadas en la empresa privada First National Security, que seguramente también custodia los valores y efectivo de toda la mafia quintarroense, formada por Borge, Félix González Canto y Doña Lety, el brazo ejecutor del grupo mafioso.
Como de leyes –y de casi nada– Peña Nieto conoce ni sabe una jota, incurre en un despropósito marca caguama. Sus genízaros no llevan órdenes de cateo. Y ante las protestas, los afectados piden un amparo que un juez les niega. Así, EPN traslada la culpabilidad a los civiles que tienen sus ahorros en esa empresa de seguridad, a falta de confianza en los bancos concesionados. De hoy en adelante, dicen los perros de presa, tendrán que ir todos a las oficinas de la SEIDO en la Ciudad de México a probar que los valores referidos son de su propiedad. Sólo a un estulto pudo habérsele ocurrido este atropello salvaje e ignorante.
Presunción de inocencia se tornó en presunción de culpabilidad
De un plumazo, Peña Nieto ha decidido que todos los cancunenses sean sospechosos. Éstos desconfían de hacer presencia en la PGR, por aquello de la inveterada costumbre de los fruncionarios de sembrar pruebas en los portafolios de los inculpados y de los que no lo son. O de dar el pitazo a sus cómplices para que los hoy afectados, ya con sus propiedades en posesión, sean asaltados en las calles o hasta en los aeropuertos capitalino y/o de Cancún.
De hoy en adelante, según Peña Nieto, la SEIDO, la Armada y los oficiantes de ministerios públicos, la presunción de inocencia en favor de los cancunenses, se convirtió en presunción de culpabilidad, debido al miedo cerval del presidentillo mexicano. Y es que el pánico ya no anda en burro. Son los jumentos los que andan en pánico.
¿Qué busca Peña en las cajas de seguridad ilegalmente incautadas por la banda criminal de Atracomulco? ¿Papeles que lo incriminen, dejadas ahí por Borge como «seguridad»? ¿Dinero de algún «bisne» que no le entregaron, por aquello de ladrón que roba a ladrón…? ¿Qué?
Viola la Constitución y todas las leyes. EPN está desesperado por encontrar lo que busca en una o varias de las cajas incautadas.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: México perdió dos lugares como sitio recomendado para hacer negocios. Cuando los inversionistas internacionales tengan noticia de la violación flagrante al Estado de Derecho por las órdenes a la Armada y a la SEIDO para que actuaran arbitrariamente en la empresa que renta cajas de seguridad a los cancunenses –los bancos dejaron de prestar ese servicio desde hace ya algún tiempo–, el sitio caerá a los suelos. Esas órdenes sólo pudo darlas el titular del Ejecutivo. El tinterillo que despacha como sustituto en la PGR no tiene esos alcances. Además, las Fuerzas Armadas sólo responden a quien, dicen, es su Comandante Supremo. + + + José Narro se ha convertido en un personaje circense. El ex rector de la UNAM no sólo es usado y hasta utilizado por los atracomulcas como fauna de acompañamiento de quien será el candidato presidencial del PRI –¿Meade? ¿Nuño?, ¡hagan sus apuestas!–, ahora también una empresa digital de la que Televisa es copropietaria lo sienta frente a las cámaras y, de plano, lo hace interpretar el indecoroso papel de payaso de las cachetadas. No se respeta a sí mismo, menos respeta a mi Alma Mater que, en mala hora, estuvo bajo su cuidado. + + + Escribe don Fernando Salinas: » El ‘asalto’ a las cajas de seguridad por parte de la PGR se ve como algo suciamente planeado con el pretexto de confiscar bienes de una mujer involucrada con el narco. 2. Surge la duda de si los creadores de dichas cajas estén coludidos con la PGR, que de ser así, se estaría repitiendo la historia de cuando se quiso crear el infame RENAVE (Registro Nacional de Vehículos), con el cual se supone se iba a reducir o acabar el robo de vehículos, pero que más bien tenía la intención ser al igual que otros registros de vehículos en diferentes entidades, catálogos para el robo de los mismos al gusto de clientes potenciales, y en consecuencia y de igual manera, lo guardado e inventariado en tales cajas de seguridad, puede ser objeto de codicia para su robo y comercio con diferentes clientes de todo tipo. 3. Va a estar muy difícil que la PGR devuelva todo lo que se robó, ya ven que siempre se hacen perdidizas muchas cosas. 4. Con el problema en cuestión, al igual que con otros, se demuestra la falsedad de las declaraciones de Enrique Peña Nieto respecto a la lucha contra la corrupción, lo cual se ratifica aún más al no haberse nombrado al fiscal anticorrupción o la destitución de titular de la FEPADE. 5. ¿Habrá alguna reparación del daño a favor de los perjudicados por las autoridades?, ¿Habrá alguna sanción en contra de los funcionarios y demás servidores públicos que actuaron en contra de la Ley?» No. No la habrá.
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