Engaño pederasta
Engaño pederasta
Arena suelta
Por Tayde González Arias
El respeto y la responsabilidad siempre han sido valores relevantes, desde la existencia del ser humano, y se menciona que una persona madura es también una persona responsable y respetuosa entre otros valores que se deben tener y que sin embargo se desgastan fácilmente y se eliminan de las diferentes prácticas sociales sin miramiento alguno.
No obstante, con la pérdida de valores que avanza a grandes zancadas, se han sumado a la serie de actos que ponen en riesgo la vida en valores, los famosos influencers, que sin miramiento alguno y con poca responsabilidad se ponen a grabar o compartir información que sólo causa morbo o intriga, pero no aporta nada axiológicamente aceptable.
Hace apenas seis día, para éste entrega se publicó por parte de una influencer de nombre Florencia Guillot, una entrevista en donde se romantiza una relación de un mujer menor de edad con un hombre que le doblaba la edad, y con sonrisa de oreja a oreja se acepta y se promueve éste tipo de prácticas que no puede ni debe ser que se trate de una relación en donde ambas partes se encuentran desarrollados neurológicamente, pues se sabe que biológicamente es hasta los 21 años que se da el desarrollo completo de la mujer o el hombre.
Definitivamente hay cosas que no podemos normalizar, ni aceptar que se siga reproduciendo como lo es claramente y en éste caso el grooming, al ser una forma de acoso en donde una persona adulta, principalmente varones, tiene contacto o seguimiento con un niño, niña o adolescente, por medio de engaños con el fin de conseguir contacto de tipo sexual con las y los menores.
Y aunque se llegan a esconder muchas de estas prácticas bajo lo conocido como costumbre o costumbres, el bien mayor que debe prevalecer es el de la protección de nuestros menores, no sólo por ser nuestros hijos, sobrino o nietos, sino porque se trata de las futuras familias y como tal el futuro de nuestras mujeres y hombres que sin saber están siendo víctimas y les están usando únicamente.
Una cosa es llevarse algunos años, y otra muy diferente es engañar a quien no cuenta ni con la experiencia ni con la capacidad intelectual para decir si, no o nunca.
Es cierto que la sobreprotección puede generar entre otras cosas adultos temerosos, pero qué podemos decir de los niños o jóvenes que no son debidamente protegidos y que se entregan fácilmente a las y los ladinos que sólo andan cazando, en las redes sociales o en las calles de nuestros pueblos y ciudades.
Afortunadamente este septiembre de 2023, por unanimidad, la Cámara de Diputados aprobó la reforma del Código Penal Federal, con el objetivo de que los delitos sexuales cometidos contra personas menores de 18 años sean imprescriptibles. Con lo que se busca erradicar la impunidad, debido a que México ocupa el primer lugar mundial en abuso sexual infantil, y eso permitirá entre otras cosas que los desgraciados que se atreven a cometer éstos deleznables actos, cuando menos lo piensen dos veces.
Sin embargo, hace falta seguir trabajando para evitar re victimizar a las o los que han sido violados, y ser cautelosos con los modos en los que se examina, y ejecutan los procesos sancionadores de estos hechos ilícitos, con protocolos eficientes y delicados.
Debemos parar, dejando se seguir y pidiendo que se eliminen esas páginas o perfiles que, bajo el emblema de libertad de expresión, hacen apología de delitos que llevan a devastar moralmente a una sociedad que lo único que recibe por todos los medios es adoctrinamiento para ser todo menos, seres humanos.