Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas:
La Esperanza No Desaparece,
Seguimos Buscando
Nuestros seres queridos no debieron de haber sido desaparecidos, bajo ninguna circunstancia se debería de poder desaparecer a las personas: un día como este, el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas no debería de existir, pero hoy y aquí, en este México de terror, barbarie e impunidad, existe.
A lo largo de este 30 de agosto, el Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México salimos a las calles en al menos 18 de los 32 estados de este país para decir fuerte y claro: ha sido su ambición de poder, su incapacidad de brindar seguridad a la población, sus guerras y su soberbia de no reconocer su ineficiencia, lo que ha provocado la desaparición de nuestros familiares. Ha sido nuestra lucha la que mantiene la esperanza de encontrarles y es nuestra esperanza en la construcción de la justicia lo que nos obligó a crear la Ley General de Desaparición Forzada y por Particulares, esa que tanto se esmeran por no cumplir, esa a la que cada día le ponen más trabas y justificaciones para no traer de regreso a nuestros seres queridos, para que no se sepa la verdad y no haya justicia. El Estado corrupto es el que los desaparece y el que los mata.
En México, a la fecha, seguimos sin tener certeza de la cantidad real de personas desaparecidas, las cifras oficiales apuntan a que son más de 37 mil personas, sabemos que son miles más y el Estado también lo sabe, finalmente muchas de las desapariciones han sido cometidas por las propias fuerzas del estado, las policías, el ejército, la marina. Arrastramos una historia de impunidad que viene desde la década de los 60´s, desde la “Guerra Sucia” en los 70´s y que hasta el día de hoy, los crímenes del pasado cometidos por el Estado permanecen impunes y en las sombras del olvido de las instituciones. Las familias de las personas desaparecidas continuamos la digna búsqueda de nuestros familiares y la lucha por la verdad y la justicia. Los buscamos a todas y todos porque nos hacen falta, porque nos duelen, porque la impunidad en las desapariciones del pasado, permiten las desapariciones de hoy.
Pasamos ya 6 años de terror e impunidad durante la guerra del gobierno de Felipe Calderón al narcotráfico: fuego contra fuego. Entre las balas y los miles de asesinatos; para el final del sexenio se hablaba de más de 24 mil personas desaparecidas. Ahora estamos a unos meses de que termine el sexenio de Enrique Peña Nieto y la situación es aún peor: las personas desaparecidas son más, las personas asesinadas son más y la impunidad es transversal, perpetua y perversa.
Durante este sexenio de corrupción que mata, mientras el Estado pretendía enfrentar al crimen organizado y mientras también, nuevas personas eran desaparecidas, nos conformamos como Movimiento frente a las amenazas, la adversidad y el dolor de vivir la ausencia: somos 55 colectivos de 18 estados diferentes del país y 3 países de Centroamérica que buscan a sus familiares migrantes desaparecidos en el territorio mexicano. Juntas y juntos hemos logrado construir una esperanza que no logran hacer que desaparezca, juntas logramos también la aprobación y promulgación de la Ley de desapariciones forzadas y cometidas por particulares y juntas, las familias lograremos la verdad y la justicia.
Enrique Peña Nieto se comprometió a impulsar la implementación efectiva de la Ley General de Desaparición Forzada y por Particulares por supuesto que esto no sucedió y dejamos de tener mesas de seguimiento hace meses: ya no hay gobierno. El ejercicio presupuestal que se debía de hacer para garantizar una Ley con organismos y comisiones fuertes no se ha hecho y el Movimiento ha sido sistemáticamente excluido de los espacios y decisiones en donde nuestra participación es un requisito fundamental para una implementación correcta de la Ley. No tenemos que agradecerle absolutamente nada al Estado ni al sexenio: es su deber, trabajo y obligación construir condiciones sociales e institucionales de justicia, verdad, reparación y no repetición.
Hoy en día seguimos esperando que la Comisión Nacional de Búsqueda inicie su trabajo para encontrar personas, sin embargo, el Estado corrupto continúa poniendo trabas y dificultando procesos. A ellos les decimos, pueden darnos migajas de verdad y de justicia pero nuestra lucha se mantiene en tanto no aparezcan nuestros familiares y todas las personas desaparecidas en el país. No importa el nivel o jerarquía que otorgue a la Comisión Nacional de Búsqueda en tanto tenga el respaldo de Gobernación y de cada una de instituciones que deberán coordinarse con la Comisión Nacional de Búsqueda. Ya basta de protagonismos, de ineficiencias y simulación; es momento de trabajar, de aportar, de sumar, de construir, de trabajar coordinadamente, quien no lo quiera hacer que se vaya.
Más allá de la justicia divina a la que no temen pero que seguramente los alcanzará, las familias de personas desaparecidas nos encargaremos de que la historia recuerde que Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto dejaron el país lleno de sangre y muerte, de dolor e impunidad, nos encargamos de grabar en la memoria de los mexicanos y mexicanas, que estos crímenes atroces fueron cometidos y perpetuados por ellos, sus partidos y sus colaboradores. Haremos que no olviden la indolencia con la que trataron a los miles de familias y que jamás tomaron la responsabilidad de construir seguridad y justicia.
Estamos a unos meses de empezar el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. Decimos de antemano que como comunicaron recientemente las y los compañeros del colectivo #SeguridadSinGuerra, nos preocupa, primero, que el nuevo gobierno contemple al ejército y a la marina como fuerzas de seguridad pública y segundo, que no esté planteando un programa de desmilitarización del país y retiro de las fuerzas armadas, ni mucho menos el fortalecimiento real y efectivo de las policías para cumplir con eficiencia el mandato de seguridad pública.
Dentro de un mes terminan los foros para la pacificación del país y al mismo tiempo, López Obrador declaró esta semana la permanencia del ejército y la marina en labores de seguridad pública, permanencia que en muchos casos, como por ejemplo en Tamaulipas hace unos meses o en Ayotzinapa hace 4 años, fue la que generó las desapariciones de civiles, de nuestros seres queridos, de nuestros familiares. Exigimos el retiro de las fuerzas armadas y la abrogación de la Ley de Seguridad Interior. Con el Congreso en sus manos, el fiscal carnal subordinado al ejecutivo y gubernaturas, no tendrán pretexto de que no avanzan y no trabajan porque alguien los detiene, se acabaron las excusas que hasta ahora han permitido la impunidad.
En cuanto a la implementación de la Ley General de Desaparición Forzada y por Particulares, ya hemos tenido a la fecha dos mesas de trabajo con la futura secretaria de gobierno Olga Sánchez Cordero y el futuro subsecretario de derechos humanos, Alejandro Encinas Rodríguez. Nos están asegurando que la situación de desapariciones e impunidad en el país es y será prioridad para este sexenio y desde el Movimiento no dejaremos de exigir que nos presenten un plan de implementación en donde nuestra participación efectiva esté garantizada, que finalmente nos dote de herramientas de búsqueda y fortalezca a las instituciones para encontrar a nuestros familiares desaparecidos, para acceder a la verdad, la justicia, la no repetición y la reparación de los daños. De igual manera estamos exigiendo que para la búsqueda de las personas migrantes de Centroamérica desaparecidas en nuestro país se implemente y funcione el Mecanismo de Apoyo Exterior, a través de las agregadurías, las embajadas y los consulados.
Las familias que conformamos al Movimiento agradecemos a quienes nos han acompañado en la lucha: a las madres que desde hace 40 años se manifestaron por primera vez para exigir la presentación con vida de los desaparecidos de la guerra sucia y hoy siguen con su digna lucha como ejemplo de valor, dignidad y entrega, a las organizaciones civiles que nos han acompañado en la lucha; a los organismos internacionales, a la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, al Comité Internacional de la Cruz Roja; a la Comisión Nacional de Derechos Humanos y a todas aquellas personas que nos han tendido la mano en este camino de dolor y lucha.
Nosotras y nosotros no nos vamos a cansar de exigir e impulsar las transformaciones que nuestro país necesita, no nos vamos a cansar de buscar a nuestros familiares, descansaremos hasta encontrarles. Somos el Movimiento por Nuestros Desaparecidos y dejaremos de serlo hasta el día en que podamos tenerlos de regreso a todas y todos, hasta, conocer la verdad, acceder a la justicia y vivir en un México de paz.