DEL CASO CIRO GÓMEZ LEYVA
DEL CASO CIRO GÓMEZ LEYVA
ARENA SUELTA
POR TAYDE GONZÁLEZ ARIAS
El asunto del atentado contra el periodista Ciro Gómez Leyva, por fortuna en la investigación y en los temas públicos sigue vigente, y esperemos que así siga pues es fundamental que se aclare y se detenga al autor intelectual. El tratar de matar a un comunicador, por donde se quiera que se quiera ver, es claro que se trata de eliminar lo que éste representa y las ideas que expresa.
En un país, en el que un tema o asunto reemplaza rápidamente o elimina a otro, para dejar de hablar de un problema e iniciar con el otro sin que siquiera se haya resuelto, el que pasen algunas semanas y se siga conversando de lo mismo, es valioso, en especial si no se han llegado a solucionar o aclarar las causas o el fin del tema. Por ello el asunto del ataque con armas de fuego contra el vehículo de Gómez Leyva, a más de ser un comunicador, debe comprenderse como el atentado contra un mexicano, cuya profesión a lo largo del tiempo, ha estado entre las más peligrosas de ejercer, por dar a conocer la verdad.
Podemos o no estar de acuerdo con lo que diga, u opine alguien acerca de la vida pública de una persona pública o dedicada a la función pública, pero no por ello hemos de querer eliminarle o arrebatarle la vida, si no para qué diablos serviría el razonamiento, el habla o la comunicación que
permite el acuerdo y la solución de las dudas o discrepancias.
Los hechos ocurridos el pasado 15 de diciembre del año 2022, en la colonia la Florida, de la alcaldía Benito Juárez, en la Ciudad de México, contra Ciro, no puede terminar en la detención de quién le disparó (lo que se supone ya se dio en Michoacán), sino que se debe llegar hasta el nombre o los nombres de quienes ordenaron dicha acción, para de esa manera ejecutar a las acciones que en derecho corresponden.
En el país en el que somos capaces de convertir una vergonzosa derrota a una alada victoria, y donde las telenovelas siguen siendo un producto de alto consumo, deberían de gustarnos los finales felices, por lo que se supondría deberíamos tener predilección por llegar hasta las últimas consecuencias en los actos ilegales o infracciones jurídicas, y encontrar la justicia y la verdad.
Por ello en el caso de Gómez Leyva, aunque se actuó, podemos decir que de manera pronta. Lo cierto es que los detenidos en el Estado de México, o en Michoacán, no tienen a la fecha de éste escrito el señalamiento de atento de asesinato, y no se sabe nada sobre de donde vino la indicación para llevar perpetrar la acción.
Sabemos que con miedo no se disfruta vivir, y tampoco estando bajo amenaza, se puede hablar con fluidez o sin empacho, y como estar informado es un derecho y una condición que permite saber en dónde estamos parados, la labor periodística debe ser libre como es libre en el hombre la facultad de pensar.
Es momento de que las autoridades muestren su competitividad, y aclaren éste caso como los de los demás periodistas que han sido ultimados en el ejercicio de su deber. De lo contrario seguirán mostrando la incapacidad e ineptitud en los encargos públicos de los que reciben un pago que viene preponderantemente de los impuestos que todos pagamos.
La violencia siempre va en escala, y se sabe que la violencia genera más violencia, como que en una guerra nadie gana, porque siempre que se pierde una vida, la humanidad pierde. Por lo que es importante que se trabaje en la prevención de más actos contra quien sea, que sea la meta acabar con cualquier tipo de violencia, y eso es, que se evite y se proscriba del habla del sujeto (cualquiera que éste sea), en especial de quien tenga un cargo público y ostente poder, toda incitación a lo violento, a la división, o insinuar que se deba liquidar tal o cual manera de ver las cosas.
En un barrio, una colonia, una tenencia, un municipio, estado o nación violento, muchos son los responsables de vivir así, porque cuando se deja de hablar de paz, o no se construye desde los hogares, la escuela o las calles, se apremia las malas palabras, cuando se permite que la niña o el niño ofendan al padre o la madre, al adulto mayor, al hermano o la hermana e incluso a sus profesores o compañeros. Hay responsabilidad de los gobiernos cuando no se esfuerzan en acabar por la pobreza, porque de alguna manera entregan a los que pueden pagarle al necesitado con tal de cometer actos violentos.
La reflexión es clara, y es que se debe evitar cualquier acto que atente contra la libertad de expresión, que se debe llegar a aclarar cualquier asunto en investigación, que se debemos de una vez y por todas caminar a la pacificación del país, bajo un estricto estado de derecho en donde el que robe pague, el que se sobornar o es corrupto sea castigado, y la violencia se destierre de la tierra azteca y del mundo.